Los voluntarios del proyecto BIOagradables limpian las playas de basura. Foto: Rafael Beladiez

Rebelión contra la basura en las playas

Desde el neumático de un tractor y una escalera metálica hasta tubos fluorescentes y un parachoques. Estos son ejemplos de la basura encontrada en las playas. Hay más: cientos de colillas de cigarro y bastoncillos del oído, latas de refrescos, botellas de agua, tapones de crema solar… La temporada turística va a dar su pistoletazo de salida y miles de turistas invadirán los arenales de España que lucirá 590 banderas azules, manteniendo el primer puesto mundial en número total de distinciones. Un galardón que tiene en cuenta criterios de calidad de las aguas de baño, información y educación ambiental, gestión ambiental y seguridad y servicios e instalaciones. “Estaría bien que se fijaran e incluyeran el criterio de cuánta cantidad de basura se genera en la playa en un año a la hora de dar banderas”, apuntan desde la asociación BIOagradables.

La Comunidad Europea (CE) acaba de declarar la guerra al plástico para poner coto a la contaminación marina con una propuesta para la prohibición de diez artículos de usar y tirar como pajitas para bebidas, bastoncillos para el oído y cubiertos, y que representa el 70% de la basura marina. Unos productos contra los que llevan tiempo rebelándose desde las muchas iniciativas públicas y privadas que en los últimos años han surgido. Clean Beach es otra de estas asociaciones: “La gente tiene que darse cuenta de que el mar es nuestra despensa, que comemos de sus productos. Cuando un plástico se descompone en pequeñas partículas, los peces los confunden con el plancton”.

Miles de voluntarios forman esta ‘marea verde’ que está cobrando auge para concienciar y limpiar las playas de los plásticos y otros desechos que tiramos sin ningún miramiento. El papel de la acción ciudadana en la conservación de los ecosistemas está fortaleciéndose. Según destacan desde la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, desde que el Programa Playas, Ríos, Voluntariado y Custodia del Territorio se puso en marcha en 2012 se ha movilizado a más de 31.000 voluntarios implicados en la conservación de las playas y los ríos.

Iniciativas de la ciudadanía

Emilio Beladiez es fundador y presidente de BIOagradables. En 2012, un grupo de amigos pusieron en marcha la asociación cuando regresaron, diez años después, a la playa de su infancia en la Devesa del Saler (Valencia) y se encontraron con un paisaje muy cambiado. Muchas botellas de plástico, restos de un picnic y ‘botellones’. Recogieron 30 bolsas de basura de tamaño doméstico. Su iniciativa fue espontáneamente sumando seguidores y en su tercera experiencia eran ya 35 personas. El pasado fin de semana se congregaron 270 voluntarios. De las primeras bolsas de tamaño doméstico que utilizaban, ahora se llevan bolsas de jardinería repletas.

El 85% de los residuos que recogen en las playas es plástico y en solo una jornada pueden acumular entre 1.500 y 2.000 bastoncillos del oído. En sus incursiones han encontrado de todo. El mes pasado, en La Patacona, extrajeron  bidones, botellas, latas, hortalizas al estar cerca de la huerta, “pero hemos llegado a encontrar neumáticos de tractores, un calentador de casa, un parachoques y animales muertos metido en bolsas; cosas exageradas”, apunta Beladiez. Hasta una escalera metálica, carros de la compra y sacos de escombros en las incursiones que han hecho de buceo.

“En seis años hemos visto un variación positiva, más gente e iniciativas de empresas y administraciones que colaboran en este tema. Pero aún queda mucho por hacer, si la población pusiera de su parte…No vale disfrutar de forma gratuita, las playas son de todos, es nuestra responsabilidad y no solo en verano, algo que a la gente le cuesta entender”, advierte.

En la costa de Santa Pola trabaja CleanBeach recogiendo colillas entre otros muchos residuos.
En la costa de Santa Pola trabaja CleanBeach recogiendo colillas entre otros muchos residuos.

En el municipio de Santa Pola, en la provincia de Alicante, está la asociación Clean Beach. El hijo de Héctor Blasco, su fundador, fue quien le abrió los ojos en 2013 cuando trabajando en la playa, y haciendo una sustitución en el servicio de hamacas, el pequeño encontró la colilla de un cigarro mientras jugaba en la arena y se la metió en la boca. No podía quedarse de brazos cruzados, se puso a recoger colillas, animó a otros compañeros a que le siguieran y “me di cuenta de la barbaridad que había”. En una hora extrajeron de fuera y de dentro de mar, entre diferentes objetos, 33 kilos.

En Clean Bleach también se han encontrado de todo: tubos fluorescentes, tapones de bronceadores, pajitas, compresas, radios, zapatillas, aletas, sin olvidar los bastoncillos del oído. Según Blasco, una sola colilla contamina diez litros de agua. Y en su asociación llevan ya recogidas unas 400.000 colillas evitando la contaminación de cuatro millones de litros de agua marina.

El próximo 7 de julio tienen organizada una campaña de limpieza voluntaria. Una acción que suma ya decenas seguidores y que se combina con otras actividades para sensibilizar y concienciar. “Ahora hay muchas más asociaciones y movimiento que cuando empezamos. Estamos notando cambios, pero cuesta porque falta educación medioambiental”, afirma.

La ONU ha advertido de que en 2050 habrá en los océanos más plástico que peces si no se hace nada para remediarlo. De ahí que las medidas que ahora se han propuesto para frenar la contaminación hayan sido celebradas por las asociaciones comprometidas  en custodiar el entorno natural y crear conciencia social. Foto principal: Rafael Beladiez

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