Expertos nacionales e internacionales, administraciones y empresas que trabajan el desarrollo de ciudades inteligentes han participado en un maratón de ideas innovadoras destinadas a crear sociedades más sostenibles, mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos y teniendo en cuenta todos los problemas que nos afectan (presión demográfica, infraestructuras, vivienda, seguridad, movilidad, consumo de energía y emisión de gases de efecto invernadero). Valencia ha sido, durante dos días, escenario del Congreso Smart Cities for Smart Citizens, donde se han presentado las últimas iniciativas, las experiencias piloto que están surgiendo y se han puesto en común los retos a los que se enfrenta cualquier urbe que aspire a ser más eficiente.
“Hasta ahora en los sistemas de ciudades inteligentes se ha tenido poco en cuenta lo que necesita el ciudadano y ha sido más lo que ha requerido la propia ciudad, la administración. Deberíamos hacer un cambio y analizar qué necesita el ciudadano para desarrollar los servicios”, destaca Vicent Botti, investigador de la Universitat Politècnica de València (UPV).
Botti, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos, cuenta en su haber con el Premio Nacional de Informática de la Sociedad Científica Española (SCIE) y el de Investigación de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial (AEPIA). El catedrático resalta que “las tecnologías de Inteligencia Artificial están abriendo nuevas oportunidades para mejorar los servicios que se ofrecen a los ciudadanos” y la disponibilidad de datos permite obtener muchos resultados. Como ejemplo pone el caso del acceso a la información sobre el consumo: “Con los contadores de consumo eléctrico puedes ver cómo la gente consume energía y diversificar patrones que no sean correctos para aplicar técnicas de persuasión y que cambie sus pautas”.
Pero, ¿qué necesita el ciudadano? Esta es la pregunta a la que, según el catedrático, hay que dar respuesta utilizando la información que generan los propios habitantes. Los teléfonos móviles se han convertido en una importante fuente de datos para extraer información sobre cómo la ciudadanía utiliza sus urbes y adaptar éstas a sus requisitos. De hecho, el grupo de investigación que Botti lidera ha recogido 1.500 millones de mensajes en redes sociales “que permiten conocer, por ejemplo, el número de turistas en cada localización, decidir cuál es el mejor sitio para un mensaje publicitario por donde pasa más gente, planificar eventos o recomendar rutas alternativas para el tráfico”.
![El congreso en Valencia ha presentado ideas para que las ciudades sean más sostenibles.](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2018/06/Congreso-1024x576.jpg)
Pionero en el medio ambiente
Para Iker Marcaide, fundador de La Pinada -proyecto que ha sido elegido por Europa como un barrio pionero en la lucha contra el cambio climático-, el desarrollo de las smart cities se puede dividir en tres etapas: “Un inicio que ha estado impulsado por la industria más de corte tecnológico, una segunda etapa donde la tecnología está al servicio de los ciudadanos y ahora estamos en una etapa interesante donde se están integrando aspectos más humanos y sociales en todo el diseño; una ciudad inteligente es una combinación de muchos tipo de ciudades, de urbes vibrantes, saludables, culturales, creativas, etc. Se está volviendo a pensar en todas estas dimensiones y de su integración va a resultar una ciudad más inteligente o ciudadanos inteligentes”.
Unas 1.500 personas han mostrado ya interés por La Pinada, un ecobarrio en Paterna (Valencia) cuyos futuros vecinos están participando en el diseño desde el principio. Familias con niños, personas mayores, solteros.. “Nuestro barrio parte de unos objetivos ambiciosos en cuanto a sostenibilidad desde muchas dimensiones, económica circular, consumo de agua, de energía, biodiversidad, cohesión social, inclusividad, resilencia y un entorno saludable”, explica.
Este ecobarrio pionero que se pondrá en marcha en España incluye 25 hectáreas entre pinos, donde se instalarán aproximadamente 1.000 familias en sus progresivas fases de crecimiento. Aunque en un principio se anunció que el próximo año comenzarían a construir las viviendas, su responsable prefiere no marcarse plazos. Ahora mismo, el proyecto está en su fase inicial de diseño. Tanto las viviendas como el entorno están enfocados a mejorar la optimización de los consumos energéticos y a los interesados se les pregunta cuáles es su presupuesto y cómo les gustaría vivir para recoger todas las inquietudes e integrarlas en la configuración. Una experiencia innovadora que puede parecer muy idílica pero, según Marcaide, “muchas de las cosas que estamos haciendo son muy aplicables a otros territorios adaptándolas a la idiosincrasia local”
Casos prácticos
En el congreso, promovido por la Marina de València y coorganizado junto con Avaesen y The Hub, han participado otros ponentes que han aportado diferentes visiones sobre las smart cities. La mejora de los vehículos, la fluidez del tráfico con inteligencia artificial, especialmente en los picos de los desplazamientos, la luz y la movilidad son, a juicio de Francis Pisani, periodista y escritor independiente especialista en innovación y transformación urbana, los principales retos a afrontar por las ciudades. Los problemas de ciberseguridad en un mundo de los datos es otro de los desafíos técnicos destacado por Michail Bletsas, director de Computación del MediaLab MIT, para quien “lo que hace a una ciudad inteligente no son los sensores, sino tener una visión clara de su futuro, tener calidad en sus instituciones y a ciudadanos implicados”.
Además, ayuntamientos y empresas han aportado las innovaciones que se están aplicando. Uno de los casos prácticos presentados ha sido la Oficina de Resiliencia puesta en marcha en Benidorm y presentada por Jorge Ballesta de Dinapsis-Hidraqua. En dicha oficina se concentran todos los datos de los distintos recursos y servicios municipales para adelantarse a cualquier incidencia que pueda sacar a la ciudad de su normal funcionamiento.