La protección del medio ambiente es una de las áreas que suelen trabajar en la RSC.

Principios de RSC (2): ¿Y qué no es Responsabilidad Social Corporativa?

La concepción moderna de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) va más allá no solo de la caridad o la filantropía sino del simple cumplimiento de la actividad empresarial (producir bienes y servicios para la comunidad, generar empleo y pagar salarios, por ejemplo) y de la ley o las normas jurídicas (como pagar impuestos y no incurrir en prácticas corruptas), lejos de ser una simple moda o quedarse en el marketing o la propaganda en busca de los correspondientes beneficios económicos. Veamos por qué.

¿Por qué no es filantropía?

En cuanto a la filantropía, ejercida a través de donaciones que salen por lo general de las utilidades de las compañías para atender a las necesidades de gentes muy pobres que abundan en numerosos países (verbigracia, en salud, vivienda y educación), es el origen en gran medida de la nueva RSC, siendo aún ahora plausible y hasta inevitable en circunstancias extremas de pobreza, donde recursos como los subsidios oficiales son indispensables.

La filantropía, sin embargo, no es RSC en sentido estricto. De una parte, porque en su mayoría es de carácter personal, no institucional o de la empresa en su conjunto, como es el caso concreto de los filántropos, y, de otra parte, porque carece del debido impacto social que reclama la RSC, la cual, a diferencia de la filantropía, le genera valor a la empresa, siendo así una auténtica inversión social, cuyo alto retorno tendremos luego la oportunidad de comentar.

¿Por qué no es una moda?

Pero, la RSC tampoco es una moda, si bien algunos críticos la tildan como tal a la luz del amplio despliegue que recibe en los medios informativos, la cascada de foros y seminarios que la analizan por doquier, y el lugar común en que se ha convertido al interior de muchas empresas, cuando no por los especialistas en la materia, cuyo número es cada día mayor.

No es una moda o, mejor dicho, no debe serlo. Se trata de un cambio estructural en las empresas, incluso para ser competitivas, en el cual tienen que participar, tras una radical transformación cultural, el sector privado y el sector público, las distintas organizaciones sociales (las universidades, en primer término) y la sociedad toda, todas las personas, para que unos y otros sean -¡seamos!- socialmente responsables.

¿Por qué no es sólo cumplir la ley?

La RSC, por último, no es apenas cumplir la ley (si bien obviamente hay que cumplirla) y, por ende, va más allá de ella, de las normas legales, para remontarse al plano ético, de conciencia sobre los principios que acabamos de mencionar, los cuales deben llevarse a la práctica.

Dichos criterios éticos exigen, de igual manera, que la RSC no sea simple apariencia o fachada, propaganda que a veces resulta más costosa que la financiación de los proyectos financiados allí por razones comerciales, de marketing, ni sirva sólo para resolver problemas internos como los de carácter laboral, bastante comunes en las empresas.

Una estrategia corporativa

En realidad, la RSC es una estrategia corporativa que responde al Plan Estratégico del que sin duda representa uno de sus principales pilares; es, como tanto se dice entre los expertos, el nuevo paradigma de la gestión empresarial, en especial sobre la gestión de riesgos, y constituye para todas las empresas, tanto grandes como pequeñas, la frontera de su excelencia, de modo similar a lo que ha sido el tema de la calidad, con las certificaciones del caso, durante las últimas décadas.

Las siguientes consideraciones, sobre causas y objetivos de la RSC, nos permitirán aclarar los conceptos básicos que acabamos de exponer.

(Próxima entrega: Causas principales de la RSC).

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