Las islas Galápagos, conocidas mundialmente como un laboratorio viviente de la evolución de especies y Patrimonio Natural de la Humanidad, mantiene su lucha para liberarse del plástico. Una batalla nada fácil, pero que está dando grandes pasos. La aprobación de una ordenanza que está poniendo coto a este residuo -implantándose en fases- fue decisiva y ahora se está pendiente de una reforma al detectarse «ciertos vacíos». Una herramienta legislativa que va acompañada de trabajos de limpieza y concienciación donde colaboran estrechamente las administraciones, entidades y ciudadanos realizando un gran esfuerzo.
Según explican fuentes del Consejo de Gobierno de Galápagos (CGREG) al portal iambiente.es, la ordenanza provincial que promueve el consumo responsable de plásticos desechables y de poliestireno expandido se tramitó en el año 2015. Actualmente «está prohibido el uso de sorbetes de plásticos desechables y bolsas plásticas tipo camiseta». Ahora bien, informan que el proyecto ‘Galápagos libre de plásticos’ tiene nuevas fechas: el 26 de octubre esta restricción se extenderá a los envases de poliestireno expandido y el 26 de febrero, a los envases desechables de bebidas gaseosas y cerveza.
Al mismo tiempo, el Comité Interinstitucional (CGREG, Dirección del Parque Nacional Galápagos, Agencia de Regulación y Control para la Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos, GAD Municipal de Santa Cruz, WWF y Conservación Internacional) “está trabajando en una reforma de la ordenanza debido a ciertos vacíos y necesidades que se han detectado, como incluir las bolsas transparentes, de manera gradual mediante un costo o impuesto».
Fomentar la concienciación es fundamental para el que el proyecto salga adelante. Y es, tal y como destacan, “uno de los principales objetivos que se desea lograr es incentivar a la población y a los turistas sobre el el uso de envases y bolsas reutilizables en toda la provincia y desincentivar las alternativas desechables”. Para conseguir esta meta se cuenta con el apoyo de dos entidades: el Frente Insular y el Instituto Ecuatoriano de Productividad Social (IEPS). El primero es una ONG de ciudadanos locales que impulsan las actividades de limpiezas costeras en áreas urbanas y rurales. Además, participan en eventos para mostrar los impactos que causan los plásticos a los ecosistemas marinos y terrestres. La segunda es una institución pública formada por artesanas locales que ofrecen una gran variedad de alternativas al uso de de las bolsas de plástico.
22 toneladas de residuos
Las áreas protegidas de Galápagos, ubicado a unos mil kilómetros de Ecuador, comprenden un archipiélago con 8.000 kilómetros cuadrados en islas y una reserva marina de 138.000 kilómetros cuadrados. Alberga 2.017 especies que solo viven en este lugar. Un archipiélago único, que inspiró a Charles Darwin para su teoría de la evolución de las especies, y que no escapa de la basura que llega de China, Perú o América Central. ¿Cuánta se recoge? En lo que va de año se han retirado 22 toneladas. Respecto al plástico, desde la Dirección del Parque Nacional de Galápagos matizan que fueron recogidas 317.995 unidades de desechos, de los que 307.071 corresponden a este residuo (96,6%).
El parque coordina el programa de limpieza costera en la provincia en colaboración con Conservación Internacional. Para realizar esta iniciativa convocaron a voluntarios, además del resto de instituciones de la provincia (GAD’s, Armada, ABG), y se ofreció a los pescadores como una fuente de trabajo ya que algunos fueron contratados con sus embarcaciones. «Esta actividad -puntualizan- no solo es de mitigación para retirar los plásticos sino también de investigación porque con la información obtenida en estas salidas de campo se elaborará el plan de limpieza costera integral”.
El ecosistema y la salud pública
«Galápagos es una de las áreas protegidas con una gran diversidad y un alto porcentaje de endemismo, influenciado por un sistema de corrientes oceánicas que son las responsables de muchas de las características únicas de las islas, pero también de la movilización y acumulación de basura marina en diferentes puntos alrededor de las islas», explican al preguntarles cómo está afectando el plástico al escosistema. Este residuo que «a largo plazo se desintegra en partículas muy pequeñas que son arrastradas por el viento, corrientes y otros factores pasando a formar parte de los ecosistemas marinos y terrestres pueden generar consecuencias graves para la flora y fauna. Muchas de las especies marinas confunden los plásticos con alimento, lo que también genera graves consecuencias», advierten.
Entre las medidas de protección ambiental que está aplicando el Consejo de Gobierno (ente rector de la política pública en territorio) recuerdan que algunas han sido propuestas por la Dirección del Parque Nacional, como la prohibición de las bolsas de plástico tras realizar un diagnóstico que determinó que constituían un serio peligro para el ecosistema y en su desintegración, para la salud pública.
En el año 2014, el Consejo lanzó una resolución y la dirección del parque entregó una bolsa de tela para cada familia del archipiélago, ofreciendo así una alternativa sostenible. En total se distribuyeron más de cinco mil unidades. “Esta fue la simiente para la campaña actual de Galápagos libre de plásticos, que incluye otros productos; localmente, aunque este tipo de procesos son a largo plazo, podemos destacar que se van sumando iniciativas ciudadanas con voluntarios cada vez más conscientes de la problemática” que buscan soluciones o dan ejemplo para que se apunten más a esta lucha.