Los grandes proyectos de energía solar se están convirtiendo en una tendencia.

‘Macroproyectos’ solares para expandir energía limpia

Los esfuerzos para expandir la energía limpia y renovable están haciendo que, alrededor del mundo, se estén instalando placas solares a muy gran escala. Uno de los lugares donde se está haciendo es el sur de Egipto, donde se está construyendo la que será la central de energía solar más grande del mundo. Con un coste de casi 3.500 millones de euros, cinco millones de células fotovoltaicas y una superficie de más de 3.400 hectáreas, generará 1,8GW de energía, equivalentes a la producción de dos centrales nucleares. En comparación con instalaciones similares, también producirá el doble de energía que la central de Villanueva (México), que a día de hoy es la más grande del continente americano.

A la Tierra llega en solo dos horas una cantidad de energía solar suficiente como para cubrir todas las necesidades del planeta durante un año. Hace años se calculó que si se cubre el 2% del desierto del Sahara con placas fotovoltaicas se podría hacer frente a la necesidad energética de todo el mundo, pero tendría que haber una red de distribución que la hiciera llegar alrededor del planeta.

Los ‘macroproyectos’ de instalaciones solares se están convirtiendo lentamente en una tendencia. En China, por ejemplo, se está planeando construir una con una potencia de 2GW y, en la India, el gobierno ya ha dado los permisos para instalar una de 5GW. Los proyectos tan grandes se benefician económicamente de su escala y de la reducción de los costes de la fabricación de placas solares durante los últimos 10 años. Los gobiernos de gran parte del mundo también han jugado su papel facilitando su instalación a nivel legal.

Distribución de electricidad

El abaratamiento de los costes está haciendo que la energía solar sea cada vez más atractiva a los países en vías de desarrollo que, hasta ahora, no se la podían permitir. Estas regiones del mundo, que a menudo son las que reciben más irradiación solar, se pueden convertir rápidamente en fuentes de energía competitivas sin ayuda económica de los gobiernos, como también ocurre en algunas partes de los países desarrollados.

Sin embargo, el crecimiento de las centrales solares está limitado por los sistemas de distribución de electricidad, que normalmente no pueden llevar toda la energía que generan a los lugares donde se podría consumir. Su intermitencia, además, sigue resultando problemática por las dificultades de almacenamiento de la electricidad. China es uno de los países que se ha visto más afectado por este problema, llegando a perder el 30% de la electricidad generada con placas solares. Actualmente se está proponiendo hacer una red que conecte este país con Corea, Rusia y Japón, y a finales de los años 20 de este siglo podría haber una gran red europea que cubra todo el continente.

Otros países, como Japón, tienen demasiado poco sol para unirse a este gran desarrollo de la energía solar y tampoco dispone del espacio para construir instalaciones de la medida que se está haciendo en otras partes del mundo. Su idea para poner remedio a este problema es la construcción de una central solar en el espacio.

La Agencia Espacial Japonesa, actualmente, trabaja para poner en órbita una granja solar de una potencia de 1GW que puede proporcionar electricidad 24 horas al día. A partir de su instalación, en los años 30 de este siglo, la estación enviaría la energía hacia una isla artificial cubierta con miles de millones de antenas. La agencia nipona ya ha demostrado que puede dirigir energía a una distancia de unos cuantos cientos de metros, aunque todavía hay muchas dudas de si una planta de energía solar en el espacio es una opción creíble. Món Planeta

 

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