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Los científicos plantearon varios escenarios sobre la pesca en los mares.

Una mejora en la gestión de la pesca para frenar el cambio climático

El cambio climático tiene unos efectos muy negativos en los mares y océanos del mundo. Sin embargo, parece que todavía tenemos algunas opciones para invertir esta tendencia y conseguir recuperar su biodiversidad hasta hacerla más abundante de lo que es actualmente. Así lo ven un equipo de científicos liderado por la Universidad de California – Santa Bárbara, en Estados Unidos que han publicado sus resultados en Science Advances. El artículo afirma que, si ponemos en marcha programas de gestión eficiente de la pesca y limitamos el aumento de la temperatura de la Tierra, los océanos del planeta mantendrían el potencial de ser un hábitat más acogedor y estar más llenos de vida que ahora. Eso incluso a pesar de los efectos del cambio climático que ya sufrimos a día de hoy.

Con una respuesta adaptativa al cambio climático, las poblaciones de peces podrían ser más abundantes. Eso permitiría tener más comida disponible en los humanos y aumentar sus beneficios. En el otro extremo, sin embargo, el estudio también advierte que la inacción ante los cambios necesarios en la gestión de la pesca y la lucha contra el cambio climático podría dañar enormemente los mares y océanos. Y con ello y reducir drásticamente las capturas de pescado.

Océanos muy productivos

Una docena de científicos de varias universidades e instituciones de todo el mundo hicieron el primer estudio llevado a cabo hasta ahora sobre la disponibilidad futura de pescado. Plantearon diversos escenarios de cambio climático y la respuesta de los humanos. Su conclusión es que los océanos pueden ser muy productivos durante las próximas décadas si se toman medidas a largo plazo y se cambia la forma en que se gestiona la pesca actualmente.

Los resultados, que consideran sorprendentemente positivos, afirman que con una política pesquera sostenible y manteniendo el calentamiento de la Tierra en menos de 2ºC, las capturas podrían aumentar sustancialmente. Esto, sin embargo, solo será posible si los gobiernos aprovechan esta oportunidad para asegurar la disponibilidad de alimento para los humanos y el mantenimiento de las poblaciones de animales marinos. Hace poco, precisamente, un equipo de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, anunció el desarrollo de una herramienta que podría resultar extremadamente útil para lograr este objetivo.

El estudio calculó las posibles capturas futuras de 915 peces en todo el mundo ante varias opciones climáticas y de gestión. En él modelan qué impacto tendrían en la productividad de la pesca y su distribución geográfica, que afecta en la disponibilidad de pescado y también en las regiones donde pueden ser pescados. Los diversos escenarios se situaban en 2100 yendo desde un incremento de 1ºC —reducción de emisiones drástica— hasta 4ºC —ninguna acción contra el cambio climático—.

Capturas responsables

Para cada escenario, los autores calcularon la cantidad de biomasa, las capturas y los beneficios económicos en varios modelos de gestión que tuvieran en cuenta factores bioeconómicos. Los resultados muestran que aproximadamente la mitad de las especies examinadas se desplazarán a través de fronteras estatales y que casi todas sufrirán cambios en el número de ejemplares debido al aumento de la temperatura de los océanos. Implementando cambios en la gestión de la pesca, sin embargo, se podrían aumentar tanto los beneficios como la biomasa total de los peces. Esto incluye estrategias flexibles, capturas responsables según la productividad de los peces y la creación y mejora de las instituciones que gobiernan la pesca mundial.

Incluso introduciendo los cambios necesarios, algunos países ganarían y otros perderían. Lo que quiere decir que el éxito para la población mundial no depende solo de la reducción de emisiones sino de la colaboración entre Estados para conseguir cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Los efectos que tendría no hacerlo también se reflejan en el estudio. Teniendo en cuenta que miles de millones de personas dependen del pescado para su alimentación, la necesidad se hace urgente. La parte buena, sin embargo, es que los cálculos hechos por los científicos afirman que, con las políticas correctas, los peces se podrían recuperar de la sobrepesca en diez años. Món Planeta

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