El pasado viernes se puso en marcha en toda Europa un nuevo sistema de etiquetado de combustible. Este permitirá que los conductores estén mejor informados sobre la sostenibilidad del combustible de sus vehículos en cualquier lugar de la UE. El objetivo es además evitar malentendidos y confusiones sobre el impacto ambiental de su elección.
Los combustibles alternativos pueden ayudar a reducir los problemas de calidad del aire que afronta Europa, muchos de los cuales están provocados por las emisiones del transporte. La creciente diversidad de combustibles que se pueden encontrar en el mercado europeo hace que los conductores, las empresas y las estaciones de servicio necesiten información más clara sobre los combustibles que se venden. A partir de ahora, cuando los consumidores lleguen a una estación de servicio de cualquier estado miembro se encontrarán con un nuevo sistema armonizado de etiquetado claro, simple y fácil de leer.
No sustituyen, complementan
El nuevo etiquetado también será obligatorio para los vehículos de nueva producción y los deberán llevar a la tapa del depósito del combustible. Estas nuevas etiquetas no sustituirán los nombres, marcas, calidad o tipo de combustible actual. Están basadas en estándares de la industria y han sido desarrolladas por los cuerpos de estandarización europeos con la participación de la industria, los consumidores y representantes de la sociedad civil.
Esta iniciativa se ha llevado a cabo en base al artículo 7 de la directiva sobre la infraestructura de los combustibles alternativos de octubre de 2014 y está en línea con el Plan de acción de la comisión adoptado en noviembre de 2017 que establece una serie de acciones de apoyo para acelerar el desarrollo de la infraestructura, incrementar las inversiones y mejorar la aceptación de este tipo de combustible. También complementa la propuesta del presidente Juncker «Europe on the Move» para una movilidad más conectada, segura y limpia.
El sistema que se implanta ahora se divide en tres grupos:
- Combustibles de tipo gasolina: están identificados con una «E» dentro de un círculo: E5, E10 etc. ( «E» significa biocomponente específico -etanol- presente en gasolina)
- Combustibles de tipo diesel: están identificados con una «B» dentro de un cuadrado: B7, B10, XTL etc ( «B» significa los componentes específicos presentes dentro del diesel. XTL significa diesel sintético, que no se deriva del crudo)
- Combustibles de tipo gas: se identificará con un rombo. Dentro se escribirá su subtipo específico: CNG, LNG, LPG y H2 (hidrógeno).
Hasta dónde llegan
En el caso de los nuevos vehículos, las etiquetas deberán ser visibles en el manual del propietario y en el cuadro electrónico. También se tendrán que ver en las estaciones de servicio y en los concesionarios. Las nuevas etiquetas se encontrarán en los estados miembros de la UE y en Islandia, Liechtenstein y Noruega, Macedonia, Serbia, Suiza y Turquía.
Actualmente el sector del transporte aún confía en el petróleo para satisfacer una gran parte de la sus necesidades energéticas. La eficiencia energética y la gestión eficiente del transporte puede contribuir significativamente a reducir las emisiones y el consumo de petróleo. Una manera de conseguirlo es invertir en soluciones de carburante alternativas que pueden ayudar a descarbonizar el sector del transporte sustituyendo de forma gradual las fuentes energías fósiles responsables de las emisiones de CO2 del transporte. El desarrollo tecnológico y la investigación han logrado desarrollar soluciones de combustible alternativo para todos los modos de transporte.
La penetración en el mercado, sin embargo, requiere una acción política adicional. Para solucionar este problema, el 2014 se adoptó una directiva sobre el desarrollo de infraestructuras para los combustibles alternativos con el objetivo de facilitar el desarrollo de un mercado único en Europa. La directiva preveía crear un sistema de información apropiada para los consumidores que indicara la compatibilidad de los diferentes coches y combustibles. Món Planeta