Un estudio ha encontrado microplásticos en los excrementos de humanos, por primera vez. Este descubrimiento, que ha avanzado el diario británico The Guardian, podría ser la prueba definitiva de que estas partículas, los efectos de las cuales aún se desconocen, han entrado en la cadena alimentaria humana. Y así, podrían estar presentes en el organismo de la mitad de la población del mundo.
El estudio se ha realizado con una muestra pequeña, correspondiente a ocho personas de Europa, Rusia y Japón. Todos sus excrementos contenían partículas de microplástico. En concreto, de los diez tipos que se buscaban, se han encontrado restos de nueve, con partículas que iban de los cincuenta a los quinientos micrómetros. Los dos plásticos más recurrentes han sido el polipropileno y el polietileno tereftalato (PET).
En promedio, por cada diez gramos de deposiciones se han encontrado unas veinte partículas de microplásticos, es decir, de menos de 5 milímetros de tamaño. Estas pueden provenir directamente de su uso en productos de cosmética como ser el resultado de la degradación de plásticos mayores, habitualmente al mar. De acuerdo con los resultados, los autores del estudio han calculado que «más del 50% de la población mundial podría tener microplásticos» en su organismo, aunque han advertido que para confirmarlo habría que hacer estudios a gran escala.
En todo tipo de ambientes
La Agencia Medioambiental Austríaca analizó las muestras usando un nuevo procedimiento que, según afirman, es más eficiente a la hora de mostrar la presencia de microplásticos en la cadena alimentaria. Después de haber encontrado esta clase de partículas en todo tipo de ambientes y también en el interior de varios animales, recientemente se encontraron en bebidas envasadas `por todo el mundo.
Según los responsables del estudio, los microplásticos más pequeños pueden entrar a la corriente sanguínea, el sistema linfático e, incluso, llegar al hígado. Esto hace que se plantee la urgencia de investigar cuáles son los efectos que estas partículas pueden tener en la salud de los humanos. La preocupación es que afecte la respuesta inmunológica del sistema digestivo o ayude a propagar patógenos o químicos nocivos.
El estudio realizado no permite saber con seguridad cómo entraron los microplásticos los organismos de los sujetos de estudio. De entre las ocho personas, todas consumían alimentos envasados en plástico o bebían de botellas del mismo material, ninguna de ellas era vegetariana y seis de ellas consumieron pescado de agua salada mientras duraba el estudio.
Los efectos de estas partículas en los humanos son muy poco conocidos, a pesar de su omnipresencia. No ha sido hasta hace poco que el gobierno del Reino Unido ha comenzado un estudio sobre el impacto que tienen en la salud. Los plásticos, sin embargo, han sido el objeto de fuertes campañas por parte de las organizaciones ecologistas. Así, muchos gobiernos del mundo han tomado o estudian tomar medidas para reducir su uso y aumentar el reciclaje tanto como sea posible. El objetivo es conseguir, al menos, que la cantidad de plásticos y microplásticos en los suelos y las aguas del mundo no siga aumentando. Món Planeta