La Unión Europea impulsa la Semana para la Prevención de Residuos (EWWR, por sus siglas en inglés) para sensibilizar sobre los recursos sostenibles y la gestión de residuos. Franceses e italianos son los que más impulsan este programa dirigido a todo tipo de entidades para conseguir la misión de reducir los residuos. Desde el pasado día 17 y hasta el 25 de noviembre en una treintena de países se propondrán actividades en ese sentido.
En la décima edición de la EWWR, España se coloca en tercer lugar con 1.437 acciones. Cataluña lidera de lejos este listado nacional con más de un millar de iniciativas. Los organizadores están satisfechos porque con más de catorce mil propuestas este año se ha batido el récord de acciones.
Muchas hacen falta si se tiene en cuenta que en la Unión Europea se generan anualmente dos mil quinientos millones de toneladas de desechos. Por eso los promotores quieren concienciar sobre la importancia de reutilizar los productos y enseñar estrategias de reciclaje de materiales.
Es en estos días cuando se pone en especial valor el trabajo que llevan a cabo diversos entes que trabajan en este campo. La idea, explican, es movilizar y alentar al público.
España, entre los que menos residuos genera
Los organizadores recuerdan que el desperdicio es un problema ambiental, social y económico acuciante. El aumento del consumo de recursos genera grandes cantidades de residuos. Este aumento requiere más infraestructuras de recolección y tratamiento, cuyo costo pone una presión en los presupuestos de las autoridades públicas locales y regionales. Por ejemplo, la basura doméstica ha duplicado su peso desde 1970 y se mantuvo en un nivel alto desde hace quince años. En los 28 países que conforman la Unión, se generaron 482 kilos de desechos municipales por persona en promedio durante 2016. La cantidad de desechos municipales generados varía significativamente entre los Estados miembros, llegando a más de 770 kilos / habitante en Dinamarca. España se sitúa por debajo de la media, con 443 kilos.
Este desperdicio es el resultado de una producción y consumo no sustentable. Las tendencias de gestión de residuos en Europa están mejorando lentamente, pero persisten enormes discrepancias en el rendimiento. El EWWR llama la atención sobre estos temas al promover buenas prácticas de reducción de desperdicios y difundirlas entre el público en general.
Las tres R
¿Qué mensaje quieren recordar? La R es la clave. Reducir, reutilizar productos y reciclar materiales. Estas tres R representan las opciones que deben considerarse primero al elaborar una estrategia de gestión de residuos. Y entre ellas hay una jerarquía donde la reducción de desperdicios siempre debe ser la primera prioridad. De hecho, destacan que el lema que quieren dejar marcado es que el mejor desperdicio es el que no se produce.
Reducir significa utilizar menos recursos en primer lugar, así buscar la reducción de las fuentes. La segunda mejor opción es reutilizar los productos, incluyendo su preparación. La tercera prioridad, y la última opción de gestión de residuos que indican es el reciclaje de materiales.
A esas tres R, esta semana suma un cuarto apartado, la A de actividades de limpieza. Con este tipo de acciones, los participantes contribuyen a resolver el problema de la basura, pero también se les alienta a crear conciencia sobre la cantidad de desechos producidos.
El objetivo de este año, los desechos peligrosos
En esta décima edición otro de los temas sobre los que se centran es la prevención de desechos peligrosos. Su lema, ¡Es hora de desintoxicarse! Los residuos peligrosos se definen como un tipo de residuo que contiene una propiedad explosiva, inflamable o tóxica. Esta se puede encontrar en muchos productos, en cantidades pequeñas o grandes, como productos de limpieza, baterías, pinturas, pesticidas, bombillas fluorescentes compactas y WEEE (Residuos de equipos eléctricos y electrónicos).
Los residuos peligrosos representan un mayor riesgo para la salud y el medioambiente en comparación con otros tipos. Los responsables de esta semana destacan que es aún más importante reducir el consumo de productos con contenidos peligrosos y asegurarse de que se eliminen adecuadamente. Una cifra para ello, cada año se generan cien millones de toneladas de residuos peligrosos, una quinta parte de los cuales proviene de los hogares.