La Fundación Caja Mediterráneo y el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante ponían en marcha hace un año distintas mesas de trabajo con el objetivo de detectar las debilidades y fortalezas de la ciudad para afrontar una nueva era más ecológica que además le permita ser sostenible en el tiempo. Nacía así el proyecto colaborativo Horizonte Mediterráneo Sostenible. En él han participado diferentes agentes sociales, tanto públicos como privados, organizados en distintos grupos de análisis. Estos han tratado asuntos como la gestión de los residuos, la movilidad de la ciudadanía, los retos necesarios para desarrollar un urbanismo sostenible, así como la eficiencia energética.
Y todo ese trabajo se ha plasmado ahora en un libro, una hoja de ruta para la ciudad. Este se ha presentado recientemente en el Aula de Cultura de la Fundación Caja Mediterráneo de la mano de su presidente, Luis Boyer, y del decano del Colegio de Arquitectos, Luis Sendra Mengual. Un evento en el que se dieron a conocer dichas conclusiones, así como los retos de futuro. Y donde, además, se contó con la participación de diversos expertos en la materia para visibilizar los ejemplos prácticos que pueden ayudar a la consecución de estos objetivos.
Residuos gestionados irregularmente
Las ideas reflejadas en Horizonte Mediterráneo Sostenible son claras. El setenta por ciento de los residuos que se generan con la construcción son gestionados de forma irregular. Por lo que se necesita investigar y desarrollar nuevos procesos, así como un sello verde para materiales reciclados y respetuosos con el medio, al tiempo que se requiere una nueva legislación. En cuanto a la movilidad, según este estudio, es urgente un cambio en la mentalidad ciudadana. Este debe pasar por la peatonalización de la ciudad y la mejora de las conexiones del transporte público para liberar el centro. Para ello se propone la creación de bolsas de aparcamiento a las afueras, así como la creación de una autoridad metropolitana del transporte, entre otras iniciativas.
Respecto al urbanismo, el informe habla de la necesidad de conectar las zonas verdes como el monte Benacantil y la Serra Grossa. Además, plantea incrementar el valor de los barrios. Eso pasaría por la aplicación de un nuevo PGOU que tenga en cuenta las singularidades de la ciudad. Sobre la energía, habla de la necesidad de reducir el consumo energético urbano, donde el parque de viviendas no cumple con las directivas técnicas que lo permiten. Así que habla de habilitar espacios de interlocución entre el sector privado y las administraciones para lograr una normativa factible para todas las partes.
Economía circular en la construcción
La cita de Horizonte Mediterráneo Sostenible se centró en la economía circular aplicada a la construcción. De esta forma, María Martínez, arquitecta fundadora de la empresa Mat Map, un mapa de materiales de construcción que tras descatalogaciones o demoliciones siguen siendo aptos para su reutilización —con el consiguiente ahorro de costes y en la huella ecológica—. Esta habló precisamente sobre las posibilidades del reciclaje en este sector. “De esta forma, ahorra la empresa de demolición porque no paga la parte proporcional de las tasas correspondientes a los materiales de los que se deshace. Al tiempo que el cliente final obtiene un material más económico”, explicó Martínez.
José Luis Campos, arquitecto fundador del estudio Crystal Zoo, hizo reflexionar sobre el diseño sostenible en las construcciones actuales. En estas se prima dar nuevas funciones a edificios y espacios ya existentes, así como pensar las nuevas edificaciones en función del entorno. Algo que, según contó, no es nada nuevo. “Son conceptos que podemos aprender del pasado y de nuestros mayores”, sentenció.
Cristóbal Navarro, miembro de la empresa Urbana de Exteriores y también presidente de Cepyme Alicante, se centró en el compromiso de las constructoras. De ahí que habló de la necesidad de un cambio en el paradigma cultural a través de estímulos positivos y negativos. Incentivos y castigos harían cambiar cuanto antes el pensamiento y el modo de actuación ahora existente. “Una política que además es urgente y que debe aplicarse en lo local pero pensando siempre en global”, afirmó.
Nuevos materiales para ayudar al cambio
Balón que fue recogido por el alcalde de Salinas y presidente de la empresa pública Iniciativas del Alto Vinalopó, Isidro Monzó. Este habló sobre la eficiencia en la gestión de recursos de construcción en el marco de la economía circular. Un modelo a seguir en cuanto a la investigación y aplicación de técnicas para el reciclaje de recursos y el cuidado del medioambiente. “Al principio parecía que sería un sueño. Pero, al final, hemos conseguido colaboración público-privada. Y hemos desarrollado nuevos materiales de construcción que son sostenibles”, afirmó. Un ejemplo son los ladrillos hechos con residuos agrícolas y resinas.
Por último, Enrique López, jefe de sección de la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Generalitat Valenciana, dedicó su ponencia al papel de la administración pública en la gestión de residuos para el desarrollo de la economía circular en ese ámbito. Una materia en la que existen muy pocas directivas a nivel europeo sobre las que ceñirse y que requieren amplio consenso para su aprobación. En este sentido lanzó una pregunta al aire. “¿Es ignorancia o es dejación y por tanto son cómplices de esta mala praxis?”, preguntó al público de Horizonte Mediterráneo Sostenible.
Una pregunta que es perfectamente trasladable además a toda la ciudadanía. Y es que todas las partes que intervienen están en plena disposición de aplicar, en la medida de sus posibilidades, distintas iniciativas que ayuden a conseguir una ciudad sostenible y respetuosa con su entorno. Ahora solo falta que se pongan en práctica.