Una app está logrando que miles de personas se conecten en una comunidad para dejar el planeta libre de basura. Jeff Kirschner es el creador de Litterati, la aplicación que permite a los usuarios identificar, ubicar y recoger los residuos de sus ciudades. Unos datos que, posteriormente, son utilizados para trabajar con las marcas y organizaciones con el objetivo de buscar soluciones más sostenibles. Más de 110.000 personas de 115 países ya se han descargado la aplicación consiguiendo grandes historias de impacto positivo.
Litterati surgió durante un paseo en un lago de California. Kirschner iba acompañado de sus dos hijos pequeños y le advirtieron de un plástico flotando en la superficie: “Papa, eso no va ahí”. Recordó entonces sus años de infancia en los campamentos de verano cuando el director, antes de que llegaran los familiares, les animaba a recoger cinco piezas de residuos. ¿Por qué no extender este sistema a todo el mundo? En su cuenta de Instagram empezó a subir y compartir fotos artísticas de una lata de refrescos, un cigarrillo, un ticket… y poco a poco se dio cuenta de que estaba generando una base de datos. Así lanzó su primera app.
“Nuestra misión es crear un mundo sin basuraleza. Empoderar a la comunidad, darles la tecnología que les permita hacer cambios en su comunidad, su pueblo, su ciudad y su país”, explica Dick Ayres, cofundador. Este destaca “el poder de los datos porque nadie puede discutirlos”. Esto es precisamente lo que está consiguiendo la aplicación Litterati. Al identificar y geolocalizar la basuraleza que se recoge, se obtiene una información valiosa sobre marcas y envases. Con ella confeccionan mapas de las zonas problemáticas para poder actuar sobre el problema.
Aplicar el cambio: un envoltorio más sostenible
Ayres pone el caso de Holanda, donde se ha registrado una de las últimas historias de impacto positivo. Identificaron que el envoltorio de plástico de un caramelo estaba por todas las calles. “Dijeron de hacer una campaña y todos los que encontraban el envoltorio lo capturaban y recogían; después de dos meses teníamos 16.000 ejemplos. Con esos datos fueron a hablar con el máximo responsable de la compañía. Y se comprometió a crear un tipo de envoltorio más sostenible”.
No es el único caso. En la escuela de Fremont, sus estudiantes de quinto grado utilizaron Litterati para etiquetar, mapear y recolectar 1.247 piezas de basura en el campus durante varias semanas. Comprobaron que las pajitas y envoltorios de la cafetería eran el principal residuo. Y pidieron al director que dejara de comprar bebidas con pajitas. Ahora cuentan con un campus más limpio.
![Litterati, al identificar y geolocalizar la basuraleza que se recoge se obtiene una información valiosa sobre marcas y envases para confeccionar mapas](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2019/03/Heineken-Glass.jpg)
En España
Ayres reconoce que en estos años se ha producido un cambio y la sociedad está despertando ante el grave problema medioambiental al que nos enfrentamos. “Holanda está yendo muy rápido, Inglaterra también, en Australia son muy activos y en EEUU depende de dónde hablemos. En California es fortísimo”, señala. ¿Y en el caso de España? “Va un poco más lento”, apunta.
Precisamente, LitteratiSpain se ha puesto en marcha con el objetivo de activar una comunidad en el país. Se ha trabajado en varios colegios y creado un programa educativo. “La sociedad se está moviendo y eso nos da mucha más esperanzas. En Litterati solo somos dos personas y pese a los pocos recursos estamos teniendo un impacto importante”.