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En Cabo de Gata y otras zonas de Andalucía están testeando el proyecto Life Adaptamed.

Adaptamed, espacios naturales frente al cambio climático

La conservación de la Naturaleza «ya no responde a un concepto estático, como si se tratara de las piezas de un museo». Así lo ha advertido Regino Zamora, el coordinador científico del programa Life Adaptamed. Estos días recibe la visita de técnicos de la Comisión Europea para analizar su evolución.

Esta iniciativa está liderada por el Centro de cooperación del Mediterráneo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN-Med) y financiada por la Unión Europea. Es «pionera, porque busca adaptar la conservación de los ecosistemas mediterráneos más vulnerables al cambio climático a esta realidad».

El programa incluye una serie de acciones concretas para regenerar Doñana, Cabo de Gata-Níjar y Sierra Nevada. La idea es que, de esta manera, puedan «seguir proporcionando servicios ambientales a la sociedad».
En estos puntos se están aplicando ya «medidas de gestión adaptativa que aporten facilidades a los ecosistemas para responder ante los efectos del cambio climático», ha explicado Javier Cano, coordinador técnico del proyecto.

Se trata de «actuaciones de carácter forestal» para incrementar la resiliencia de los servicios ecosistémicos que brindan estos espacios protegidos. Estos constituyen «un foco importante de conservación, a la vez profundamente transformado por las actividades humanas».

La regeneración natural permitirá recuperar o mantener servicios ambientales cuantificables. Entre ellos, la fijación de carbono, la retención de suelos, la polinización o la resistencia ante la sequía. Y, de esta forma, «combatir el cambio global».

El despliegue de Life Adaptamed en Andalucía.
El despliegue de Life Adaptamed en Andalucía.

La prueba en la diversidad andaluza

El coordinador de Life Adaptamed ha justificado la elección de Andalucía como escenario para el desarrollo del programa por «su diversidad ecológica». En esta región destaca que «ofrece desde zonas semiáridas como el Cabo de Gata hasta un humedal costero como Doñana, pasando por los ricos ecosistemas de alta montaña de Sierra Nevada».

El equilibrio de estos espacios protegidos «está en riesgo por culpa del cambio climático global». Y así ha insistido Zamora, quien también apunta a una conservación insuficiente.

Así, ha citado la actuación en monocultivos de pino que «se plantaron hace sesenta años para retener suelo y luego fueron abandonados». Eso, a día de hoy, ha generado una «mayor densidad forestal bajo la cual solo hay suelos marrones», más que auténticos ecosistemas.

Otra intervención contra la desertización se desarrolla en Almería gracias a la preservación del azufaifar. Este es «un arbusto singular que casi representa la única vegetación en la zona». Por ello, «su conservación es una prioridad para el proyecto Life Adaptamed», ha señalado Cano.

Para este experto, «anticiparse y detectar las señales de cambio global en las áreas más vulnerables» es clave. Y así, plantear soluciones de futuro ante un problema que en Europa «afecta especialmente a la región mediterránea».

La pluralidad de escenarios de este proyecto facilitará uno de sus objetivos, que pasa por la «transferibilidad de resultados». Y así extender a otras regiones españolas y europeas las medidas que hayan probado su eficacia en el fortalecimiento de los ecosistemas. EFE

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