Hyperin surgió como una alternativa al poliestireno que se usa para las fallas.

Hyperin: el aislante de origen vegetal que mejor protege de un incendio

Ana Blasco es CEO de la empresa Hyperin SL, una start up alojada en la plataforma Lanzadera de Juan Roig en Vaència. Es ingeniera química y con sus estudios e investigaciones ha conseguido elaborar el hyperin, la sustancia que da nombre a la empresa. Se trata de un material ignífugo que podría revolucionar el sector de la construcción sustituyendo a los aislantes tradicionales.

Y es que su resistencia al fuego llega hasta las cuatro horas, duplicando la de los materiales empleados en la actualidad. Además, favorece en mayor medida la conductividad térmica y su precio de coste se encuentra en la media que ofrece el mercado, por lo que no supondría aumentar los costes de una obra. Eso sí, ayudaría a reducir considerablemente la cantidad de residuos procedentes del sector de la construcción, porque al tratarse de un producto vegetal se convierte en un elemento perfectamente reciclable. Lo que llevaría a introducir de nuevo los desechos o remanentes en la cadena de producción.

Una alternativa al poliespan

El descubrimiento de este material fue casual. Ella trataba de elaborar un material con el que los artistas falleros pudieran elaborar sus monumentos sin emplear el poliespan o poliestireno expandido que usan actualmente. Un elemento derivado del petróleo que, con su combustión, emite toneladas de CO2 a la atmósfera. Gases que son los causantes de gran parte del daño medioambiental que está generando el cambio climático.

Pero en la búsqueda de este material, lo que realmente quería era matar dos pájaros de un tiro. Pretendía reducir el riesgo de incendios que se generan con la quema de la paja de arroz en los cultivos de la albufera valenciana. Por eso empezó utilizando esas fibras vegetales. “Triturando esa paja de arroz, mezclada con glutinatos, se conseguía un material que ardía perfectamente, pero era demasiado duro y había que favorecer su corte y manejabilidad”, explica Ana Blasco.

Hyperin es es capaz de soportar las llamas durante cuatro horas, mientras que los materiales utilizados actualmente lo hacen durante dos horas
Hyperin es es capaz de soportar las llamas durante cuatro horas, mientras que los materiales utilizados actualmente lo hacen durante dos horas

De las fallas a la construcción

En ese proceso de investigación y de pruebas, surgió el hyperin, un material que era más blando. Eso favorecía su usabilidad, pero sin embargo no cumplía con su fin último, que era ader. Cualidades que por otro lado le hacían muy óptimo para otros ámbitos. De hecho, en caso de incendios, su resistencia al fuego aumenta la seguridad de los hogares o establecimientos en los que se utilice. Y es que es capaz de soportar las llamas durante cuatro horas, mientras que los materiales utilizados actualmente lo hacen durante dos horas. Además, es un perfecto aislante térmico y acústico que favorece la climatización natural de las casas y su insonorización.

Unas características que ya se han podido comprobar en sus primeras obras, como es el caso del ático reformado en la calle Linares de Valencia. Lo que ha llevado a Ana Blasco a iniciar la fabricación de este material de forma industrial. Unas tareas que se iniciarán a finales del mes de abril en Madrid. “Al principio hemos trabajado a nivel artesanal, desde nuestro taller en Lanzadera, pero el proyecto ha ido ganando volumen y hemos tenido que buscar un partner con el que crear este material en grandes cantidades”, explica la CEO de la empresa.

Nuevos componentes vegetales

La buena acogida por el sector de la construcción y la producción a mayor escala para poder atender la demanda de este material, ha llevado a la empresa a plantearse nuevas alternativas. Del mismo modo que utilizan la paja de arroz triturada, ya se han llevado a cabo estudios con éxito para sustituir estas fibras vegetales por otras procedentes de la posidonia. Unas algas que en muchos casos crean problemas medioambientales y han de ser retiradas. Así que estaría generando un nuevo uso para esos residuos.

Por otro lado, por peticiones específicas, se han realizado nuevos estudios para utilizar fibras procedentes de rabo de gato, un cereal que tiene aplicaciones medicinales pero que en algunos casos se constituye como una especie invasora del entorno natural. Pruebas que también han tenido  éxito y que podrían significar una solución para esas difíciles situaciones a las que se enfrenta el medio ambiente.

La revolución fallera se resiste

En paralelo se han ido desarrollando nuevas pruebas para conseguir el objetivo inicial. De esta forma, los avances en la consecución de un material que sustituya al poliespan se han resuelto con éxito. Sin embargo, a pesar de la aceptación en el sector de la construcción, Ana Blasco ha encontrado todo lo contrario en el sector de las Fallas. “Es un ámbito muy conservador y tradicional”, describe Ana Blasco. “De igual forma que en el pasado se construían los monumentos en cartón piedra y costó que aceptaran el polietileno expandido, ahora rechazan este nuevo material que arde mejor y es más ecológico en su combustión”, añade.

“Me di una gran torta con el mundo fallero, pero he encontrado una gran aceptación en otro tipo de aplicaciones del hyperin”, confiesa satisfecha. “No obstante, las Fallas son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y para obtener ese título se exigieron ciertos requisitos medioambientales que no se están cumpliendo, así que es cuestión de tiempo que acepten otros materiales, o perderán el título”, sentencia.

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