La cascada de la Casa Vicens se ha reconstruido como parte del Museu de les Aigües

Una cascada de Gaudí renace en el Museu de les Aigües

Refrescar y dividir. Esos eran los propósitos que el arquitecto Antonio Gaudí le dio a cascada para la Casa Vicens. El agua como una cortina simbólica que protege y da paso al jardín y a lo privado. El agua también como sinónimo de frescor y como precursora del moderno aire acondicionado. Gaudí, siempre preocupado por la función de cada elemento de su cosmología arquitectónica, diseñó una original cascada para que cumpliera esas dos misiones en la Casa Vicens.

Esta vivienda en la entonces Vila de Gràcia de Barcelona fue su primera gran obra residencial. Considerada una joya modernista, está reconocida como Patrimonio de la Humanidad. A pesar de eso, una parte tan relevante como esta cascada fue destruida. Tuvo un carácter efímero porque el desarrollismo de la época del alcalde Porcioles hizo que despareciera. La culpa se atribuye a la especulación parcelaria que afectó a toda la ciudad catalana.

Ahora esta obra fugaz, que estuvo en pie menos de sesenta años (1883-1941), ha vuelto de nuevo a la vida.  Y lo hace gracias a una iniciativa inédita que ha permitido levantar, en solo seis meses, una fiel reproducción. Hecha a escala real, se encuentra ya en el Museu de les Aigües. Es en Cornellà de Llobregat, un paraje en el que cobra un nuevo sentido.

La cascada de la Casa Vicens se ha reconstruido como parte del Museu de les Aigües
La cascada de la Casa Vicens se ha reconstruido como parte del Museu de les Aigües.

Así era la cascada

Sabemos que la naturaleza era una de las principales fuentes de inspiración para Gaudí. El arquitecto fue pionero en la utilización del agua como elemento funcional en sus obras. La cascada, que fue construida en un momento de optimismo en la Barcelona de finales del siglo XIX, tiene diez metros de alto y diecisiete de ancho. Pese a la época, no se la considera modernista. Así lo ve el responsable del proyecto de reconstrucción e historiador del arte, Daniel Giralt-Miracle. Con un arco parabólico y una gran simplicidad y contundencia estructural, su estilo enlaza con la obra del norteamericano Louis Kahn o de los arquitectos rusos de principios del siglo XX.

La reproducción de la cascada de Gaudí, construida con materiales y procedimientos propios de su época, ayuda a mostrar el vínculo entre el agua y la ciudad. A ello contribuye aún más su ubicación en el Museu de les Aigües, cuyas instalaciones, situadas en un recinto rico en patrimonio industrial modernista obra de Josep Amargós i Samaranch, conviven con una central de bombeo en funcionamiento que es la responsable de impulsar el 50% del agua que se consume en Barcelona y su área metropolitana. Con esta joya arquitectónica, el Museu celebra sus quince años de vida, ampliando además sus jardines y con la renovación de la exposición temporal. Servicio y conocimiento unidos para albergar un legado histórico de la arquitectura del agua.

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