Naciones Unidas endurece su discurso para animar al cambio y cuidado del planeta.

No hay planeta B: la ONU explica por qué cambiar nuestra actitud con la Tierra

El 22 de abril se ha celebrado el día de la Tierra y para el planeta no hay elecciones o vacaciones de Semana Santa. Naciones Unidas ha recordado la importancia de cuidar nuestro entorno con medidas de efecto inmediato. No hay alternativa, recuerdan, no hay planeta B. Este es el lugar del que debemos preocuparnos.

La Vicesecretaria General de la ONU señala tres prioridades que considera imprescindibles para salvar nuestro planeta. La primera es acabar con el actual consumismo insostenible, le sigue recuperar la biodiversidad que estamos perdiendo a pasos agigantados y termina con afrontar de una vez el cambio climático. Para remarcar la gravedad, advirtió que la Tierra se encuentra en un punto de inflexión sin precedentes.

Cambiar por las personas

En la serie de ejemplos que van apoyando el razonamiento sobre la urgencia del cambio, el primero lo dedican a los efectos en las personas. Los dos millones de desplazados, los 49.000 millones de dólares en pérdidas, los 1.600 muertos en incendios forestales o el aumento del hambre debido a las sequías son algunas de las consecuencias que nos dejó el calentamiento global en 2018. En total, casi 62 millones de personas estuvieron expuestas a peligros naturales por su causa. António Guterres pide medidas concretas en lugar de discursos. Entre sus propuestas, acelerar la transición a las fuentes de energía renovables.

El aumento de las temperaturas es una de las estadísticas más recurrentes para cifrar el impacto del cambio climático. Desde la ONU recuerdan que reducir el calentamiento global en medio grado centígrado supone la diferencia entre la vida y la muerte. Un aumento de diez centímetros en el nivel del mar, un océano Ártico sin hielo en el verano y la extinción de los arrecifes de coral se pueden evitar. Para ello se ha de limitar el aumento de las temperaturas a un 1,5 °C en lugar de 2°C para 2100. Conseguirlo necesitará de medidas rápidas y sin precedentes. “Los próximos años serán los más importantes de nuestra historia”, ha dicho un grupo de expertos.

El cambio empieza en casa

El cuidado de la Tierra empieza en casa. Una de las últimas tendencias en este sentido es dejar atrás los plásticos de un solo uso. En las estadísticas que posee el organismo internacional, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y, al año, se usan quinientos mil millones de bolsas. Si este no se recicla, ocho millones de toneladas acaban en los océanos anualmente, amenazando la vida marina. La asamblea medioambiental de la ONU terminó con una declaración en la que más de doscientos países se comprometen a reducir el uso de plásticos de aquí a 2030.

Una de las soluciones que propone Naciones Unidas es aplicar la economía circular. Según sus datos, así podrían reducirse hasta un 99% los desechos de algunos sectores industriales. Y ese mismo porcentaje las emisiones de gases de efecto invernadero. De esta forma se protege tanto el medioambiente como se combate el cambio climático.

En este apartado de lo que se puede hacer desde nuestros hogares, recuerdan que lo que nos viste tiene su coste ambiental. Confeccionar unos vaqueros requiere unos siete mil quinientos litros de agua. Eso equivale a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años. Ese es solo uno de los varios hallazgos alarmantes de un estudio ambiental reciente que revela que el costo de estar siempre a la moda es mucho más caro que el dinero que pagamos por ello.

Graves amenazas

El discurso de la ONU en el día de la Tierra no duda en tomar tonos dramáticos. Según señalan, la degradación del medio ambiente provocará millones de muertes prematuras. Como indican,
nuestra salud estará cada vez más amenazada si el mundo no toma medidas urgentes para frenar y reparar los graves daños causados al medio ambiente. La contaminación del agua, del aire y los desechos químicos amenazan la integridad de los seres humanos y hasta su capacidad para reproducirse.

Otro ejemplo de esa negra perspectiva es que la biodiversidad que nos alimenta está gravemente amenazada. Un estudio de la FAO revela que el consumo insostenible de plantas y animales que apoyan la producción alimentaria, las conduce a su extinción. Directamente señalan que eso pone en grave peligro el futuro de los alimentos y medios de subsistencia.

Una imagen impactante representa esa amenaza: estamos hirviendo vivos los arrecifes de coral. La ONU se pregunta si los arrecifes de coral que han sobrevivido la extinción de los dinosaurios, la era del hielo y otros cambios ambientales masivos sobrevivirán a la humanidad. El panorama no es muy prometedor, dicen los científicos. Según sus estudios, para 2050 casi el 90% de estos super ecosistemas podrían estar extintos. Con ellos, adiós al hábitat del 25% de las especies marinas, y los medios de vida para cientos de millones de personas.

Las mujeres, la fuerza

Dentro de todos los riesgos presentes, el repaso de la ONU apunta a una luz, las mujeres. A ellas las considera la fuerza que el medio ambiente necesita. Según señalan, cuando el cambio climático y los desastres naturales amenazan más que nunca el futuro de la humanidad, es momento para que las mujeres alcen la voz y sean escuchadas. Para Naciones Unidas, su relación con el medioambiente y su sensibilidad en la gestión de los recursos naturales son un tesoro que aún está por descubrir.

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