En Benidorm, una de las capitales españolas del turismo de masas, lo que parecía una sencilla reforma de hotel abre una reflexión al cambio que se puede aportar establecimiento a establecimiento. En la primera línea de la playa de Levante, se acumulan los hoteles que atraen a los millones de turistas. Ricardo Sánchez es el director del Cimbel, un establecimiento que presume de tener habitaciones autosuficientes. Un logro que los sitúa como el primero en España en haberlo conseguido. Su sistema, aplicado en 8 de las 168 habitaciones que tienen, funciona gracias a la energía solar. “Ya nos gustaría que las 168 fueran autosuficientes pero no es posible”.
Al decidir ampliar la terraza de una serie de habitaciones en primera planta, se encontraron con el problema de cómo darles sombra. “Necesitábamos una protección en caso de que se cayera algo de las habitaciones superiores además de la sombra”. Sánchez lo explica sentado en el sofá de una de estas.
La primera alternativa para esta pérgola hubiera pasado por hacerlas de lonas o de obra. La solución que han aplicado les ha servido para conseguir eso y además “conseguíamos que toda la electricidad que se consume, como la que disfrutamos ahora, sea autosuficiente”. La instalación de unas placas fotovoltaicas les ha permitido ese cambio.
Guillermo Campos es el arquitecto que tuvo la idea. Sánchez destaca la importancia de que, el entonces presidente de Jovempa Marina Baixa, conociera a Luis Navarro de Cubierta Solar. Este último le había explicado que en sus propias oficinas estaban instalando este sistema con esa doble función. “Y lo que realmente haces es montar una estructura que no tiene mayor misterio”, explica Sánchez.
Invertir para ahorrar
Arrancar con estas placas fotovoltaicas implicaba un coste mayor que las soluciones mencionadas. ¿La diferencia? Estas desde su misma instalación ahorran el coste de electricidad. “Puede recuperar esa inversión mientras que cualquier otro montaje es un gasto”, resume Sánchez.
Estas placas fotovoltaicas generan unos once kilovatios sin baterías que puedan guardar la electricidad de más generada. Con eso, la luz de día “que es la más cara, es la que nos ahorramos”. Así, la luz que consumen estas ocho habitaciones es la de noche. “Esta es la más barata y la que menos se consume porque en Benidorm hay unas trece o catorce horas de sol”.
“Los hoteles llevan muchos años con placas solares”, recuerda el directivo. Aquí se vuelve a enorgullecer al asegurar que su establecimiento fuera el primero de la ciudad en hacerlo a finales de los 80, “cuando era impensable”.
Con esas placas, los hoteles consiguen dos grandes ahorros: luz y agua. Ambos estrechamente conectados porque estas, principalmente, sirven para calentar el agua. “Si la tienes que tener a 65º, los depósitos los puedes mantener a 48º” y mediante otros sistemas se eleva la temperatura. De esta forma, se ahorra el coste de calentar desde una temperatura más baja.
Las nuevas placas solares contrastan con aquellas instaladas décadas atrás, de mayor tamaño. Por eso, Sánchez cree que cuando toque renovarlas podrán ocupar menos espacio y calentar más.
Renovar en edificios ya construidos
“Los hoteles tenemos mentalidad de escala y vamos negociando todo. Así que el precio del kilovatio ni te quiero contar”, reconoce. Aplicar soluciones que consigan una mayor sostenibilidad tiene que ir vinculado, por tanto, al coste. Aquí, Sánchez plantea el gran reto que tiene el sector. ¿Cómo aplicar esas soluciones cuando las instalaciones ya cuentan su tiempo por décadas? “Un hotel que está abierto, como este que cumple 45 años, no ha cerrado ni un día. Esta ejecución es bastante sencilla”.
En su caso no cuenta con grandes espacios de aparcamiento exterior, como otros establecimientos en las afueras. Para ellos, Sánchez ve fácil el cambiar “los onduline por placas fotovoltaicas”. Aunque cueste más, insiste en que estos generan beneficios “y cuanto más espacio tienes, más posibilidades”. Por ejemplo, añade, en el espacio que va del hall a la piscina, se podría instalar este sistema en lugar de otro tipo de pérgolas. “Cuando los hoteleros nos molestemos en hacer cuatro números, apostarías mucho más por esta eficiencia: placas solares, fotovoltaicas y ahorro de agua”.
El impacto conseguido gracias a ser los primeros en tener estas habitaciones autosuficientes ya ha hecho que le pidan consejo. “Me han llamado y han venido a verlo”, comenta. “Y les ha llamado la atención porque son estéticas. Si me pones un armatoste es feo. Y hemos dejado los circuitos para que se vea que eso va a algún lado. Y la estructura la hemos pintado para que esté más integrada con la habitación”. Como destaca, “importa lo tecnológico y lo ecosostenible pero lo estético a los hoteles nos importa mucho también”.
Más sistemas de ahorro
La sostenibilidad en estas ocho habitaciones incluye otro factor, la climatización. En una habitación con terraza el tenerla abierta es una tendencia natural. Por eso instalaron sensores en esa puerta que se conectan a las máquinas del aire acondicionado. “Cuando abres la puerta, se te para el sistema de aire acondicionado”, explica.
El que se tenga y promocionen habitaciones sostenibles no provoca que todos los clientes tengan un carácter más proclive a ello. “No todos tienen esa concienciación. Como estoy pagando por algo, me da igual. Pero no. ¿En tu casa abres la ventana y te dejas el aire acondicionado a tope? Hay habitaciones en las que nos piden mantas para poder dormir con el aire acondicionado. Que dudo mucho que eso en casa se haga”.
Más sistemas que usan. Los minibares no tienen motor con las neveras. “Por el ruido y porque consumen mucho menos que una nevera en casa”. Otro. Todos los grifos del hotel instalaron un sistema de aireadores que “consiguen que consumimos un 40% menos de agua”. Con 1500 grifos era una inversión inicial que estudiar “y el agua no es cara de pagar” pero que asumieron para cumplir con ese ideario. Un clásico: las toallas. “¿En tu casa dos toallas de mano, de baño y un alfombrín los tiras a lavar todos los días? Eso no lo haces. Yo, cuando salgo, intento hacer lo mismo que en casa”. “Son pequeños detalles que hacemos para ver cómo ahorrar y que los clientes se conciencien”, concluye.