Jardinería urbana inteligente. Esa es la idea que desarrollan Verdtical y Fliwer. Su objetivo es traducir gracias a sensores las necesidades que tienen las plantas. Si existe el internet de las cosas, se plantean sus responsables, ¿por qué no el internet de las plantas?
El sistema que ofrecen consiste en equipar los espacios verdes con sensores. Estos son capaces de recopilar información sobre variables como humedad, iluminación, temperatura, abono y calidad del terreno. Incluso pueden controlar el punto de marchitez.
Todos estos datos son interpretados mediante su software con Inteligencia Artificial en la nube. Desde allí, el sistema recibe datos en tiempo real que posibilitan que el espacio verde se gestione a sí mismo. Además, los encargados de mantenimiento y propietarios reciben información y alertas de posibles fugas o anomalías.
Y aquí es donde introducen una variable particular. Si humanizamos a los asistentes virtuales, ¿por qué no hacerlo con todo lo conectado?. De esta forma, creen que “en breve, los espacios verdes podrán publicar e interactuar en las mismas redes sociales que las personas”.
Poner voz a las plantas
Su idea es que las plantas sean quienes se encarguen de avisar a los técnicos de mantenimiento de que necesitan una revisión, y no al revés. Por eso, desde Verdtical y Fliwer presumen de haber conseguido lo que dicen ninguna otra empresa había hecho antes: ponerle voz a las plantas.
Si la capacidad de comunicarse ya es de por sí un gran avance, estos se encargan de destacar dos ventajas. Por un lado, el tiempo. Con lo que ellos llaman plantas inteligentes es más fácil su cuidado. Por otro, prometen un gran ahorro en el agua de riego. Uno que estiman se situaría hasta los veinte mil euros anuales. Igualmente, las plantas serían capaces de autogestionar sus necesidades por sí solas.
La jardinería urbana inteligente que propone Verdtical busca solucionar un problema global: el agua es un recurso escaso. Como empresa responsable de jardines verticales y bioconstrucción su problema dicen que era que muchas veces no se incluyen espacios verdes por miedo al gasto de mantenerlos.
La idea de su unión con Fliwer era romper esa idea. Con esta tecnología, las plantas forman parte de la solución medioambiental: no consumen más agua de la necesaria y tienen importantes beneficios para las personas. Entre ellos, señalan uno se produce un ahorro significativo en cuanto a la huella de carbono. Tan fácil como que se reducen las visitas técnicas de control. Así, las empresas mantenedoras son más eficientes.
Su sistema de sensorización lo han planteado para que se pueda aplicar en cualquier tipo de espacio verde. Desde los jardines verticales a los que están habituados a trabajar hasta cubiertas vegetales y jardinería tradicional. El otro reto que creen haber superado es que también puede abarcar dimensiones variables, para que todos contribuyan a la mejora del ambiente urbano.