No nos creemos la gravedad de la crisis climática. Al menos en el alcance que tiene en diferentes facetas de nuestra vida diaria como turismo y finanzas. Esta es una de las conclusiones del primer informe de evaluación del Plan de Adaptación al Cambio Climático.
En la encuesta que ha preparado el Gobierno se concluye que una minoría (en torno al 40% y menos) aprecia riesgo alto en sectores como finanzas y seguros, turismo e industria. Con estos datos, la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), Valvanera Ulargui, cree “evidente que se hace necesario trabajar para que estos sectores conozcan y puedan estar preparados ante los riesgos a los que tendrán que hacer frente”.
A ello se han puesto ya para esbozar los pasos a seguir en su actualización, el llamado PNACC-2. Este nuevo Plan de Adaptación, abarcará 2021-2030 y prestará atención a aspectos emergentes. De estos, destacan la influencia de factores demográficos en la vulnerabilidad a la crisis climática; la consideración de los riesgos en España que se derivan de los efectos provenientes de más allá de nuestras fronteras; o el papel de los estilos de vida en la creación de resiliencia frente al cambio del clima, entre otros.
A partir del trabajo de evaluación, se concretan 38 recomendaciones. Este futuro Plan de Adaptación, abarcará desde cuestiones generales, recursos necesarios, estructura del plan, nuevas temáticas y enfoques de trabajo, normativa y políticas públicas, generación de conocimiento, movilización de actores, participación y gobernanza o evaluación y seguimiento.
![El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático ha presentado sus primeros resultados](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2019/09/190910plannacionaladaptacionalcambioclimatico_tcm30-499859-1024x681.jpg)
¿Y los logros?
En el apartado positivo, la evaluación del Plan de Adaptación identifica algunos logros importantes. El primero de ellos es que ha situado el tema en las agendas de las instituciones. Y esto tanto en el ámbito estatal como en el autonómico y el local. Hoy, la adaptación ya está ocupando su propio espacio en las diferentes políticas públicas, planes y estrategias puestos en marcha en casi todos los territorios autonómicos y en muchos ayuntamientos.
El segundo es que ha ayudado a canalizar recursos económicos y técnicos hacia la adaptación. Así es posible avanzar en la generación de conocimiento, la movilización de actores y la sensibilización de la sociedad. Con la idea de conseguir la progresiva concienciación sobre la necesidad de adaptar los diferentes sectores y territorios geográficos a la crisis climática.
El tercer logro es la movilización de actores relevantes en materia de adaptación. Desde el Ministerio consideran que ya están en el debate público sobre la materia y abriendo espacios para la reflexión, el intercambio, el aprendizaje mutuo y el trabajo conjunto.
Las proyecciones regionalizadas de cambio climático para el siglo XXI representan el último de los logros. Gracias a ellas se analizan diferentes escenarios de emisión. Y estos son accesibles a cualquier persona interesada a través del visor de escenarios de cambio climático. Un trabajo resultado de la Oficina Española de Cambio Climático, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Biodiversidad.
El cambio es visible
Con el estudio por regiones, se dibujan unas tendencias de futuro que, en lo esencial, profundizan en la evolución ya observada. Y lo primero es que los datos extremos aumentan, tanto como los eventos extremos del clima. Así se ve en las temperaturas máximas y mínimas en progresivo durante estas dos décadas. El cambio es más evidente en verano y otoño, de la misma manera que es mayor en zonas interiores y del este que en las del norte.
Menos lluvias. Sí, las precipitaciones tienden a disminuir, moderadamente, en la mayor parte de España. En el futuro, las sequías tenderán a ser más largas y frecuentes. Las olas de calor, por su parte, serán más frecuentes, largas e intensas. Las estimaciones resultan más fiables en las cuencas hidrográficas del sur peninsular. En estas los expertos están más acuerdo entre las proyecciones, aunque existe una dispersión apreciable en los valores.
La evapotranspiración real, en general, muestra una ligera disminución para finales de siglo bajo el escenario más emisivo, salvo en las zonas montañosas y en el invierno. Desde el ministerio advierten de que los incrementos estimados de temperatura son muy similares para los distintos escenarios de emisiones durante los dos próximos decenios. Es en escalas de tiempo más largas cuando el ritmo de calentamiento empieza a depender de la trayectoria de concentración de los gases de efecto invernadero (GEI). Eso seguido con aumentos más elevados (> 0.3°C por década) en los escenarios de altas emisiones, particularmente después de 2050.