“Es algo pionero; no había ningún programa más completo en este ámbito”, afirma Miguel Ruiz. Él es el presidente de la Asociación de Empresas de Transporte Urbano Colectivo (AETUC). También es docente del curso de especialista en Movilidad Urbana Inteligente de la Cátedra Vectalia, que se imparte en la Universidad de Alicante. Un programa que lleva en marcha algo más de un mes y que está sirviendo para generar el caldo de cultivo con el que impulsar a las ciudades hacia una movilidad sostenible y compartida.
“Tanto en Alicante, como a nivel nacional, se está comentado mucho este curso”, asegura Ruiz. Y es que es la primera ocasión en que aborda la movilidad urbana desde la perspectiva de las nuevas tecnologías en toda su extensión. Además, tocando aspectos específicos como la propia financiación de los proyectos más innovadores. “La movilidad inteligente es el elemento que han de cubrir desde ya todos los operadores de transporte”, comenta el experto. “Ese ha sido el acierto de esta cátedra”, sentencia.
La aplicación de las nuevas tecnologías está revolucionando los campos de actuación que tradicionalmente no han sido muy avanzados. Es el caso del sector de la movilidad en general y el del transporte colectivo en particular. “Ha sido un sector muy anclado en un material móvil muy determinado —ya sea el tren, el autobús, el metro o el tranvía—, donde todo el mundo ha estado muy centrado en el ámbito de la operación, más que en la experiencia del cliente”, explica. “Esto ha dado lugar a un nuevo paradigma”, afirma, gracias a la inteligencia que han aportado las nuevas tecnologías.
Movilidad compartida
Poseer ya no es una prioridad, por tanto. El experto asegura que la movilidad urbana está evolucionando hacia una mezcla de economía colaborativa y tecnología aplicada. “Ahora lo compartimos todo: patinetes, coches, bicicletas, motos, etcétera”, describe. “Estamos dejando el transporte propio para compartirlo que está dando lugar a nuevos modelos de negocio”, reflexiona. Tan es así que desde hace veinte años a esta parte las empresas del transporte eran las que era. Ahora, sin embargo, han entrado a coger parte del pastel multitud de nuevas empresas que están invirtiendo en el sector del transporte, como las automovilísticas, que quieren diversificar e introducirse en este sector. “Detrás de las empresas de car sharing están las automovilísticas porque vender coches ya no es rentable”, explica.
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Superar las expectativas del usuario
En el último congreso nacional de AETUC se ha centrado en la experiencia del cliente. Porque ya no se trata de transportar a una persona desde el punto A hasta el punto B. El concepto de transporte colectivo ahora pasa por conquistar a los usuarios con una experiencia satisfactoria durante el trayecto. “Aquí interviene un cúmulo de percepciones y contenidos, mucho más amplio que lo que implica el propio desplazamiento en sí”, explica. La comodidad, la amabilidad del conductor, la rapidez, las frecuencias, etcétera. “Muchos condicionantes que hacen que el servicio sea más complejo”, sentencia. “Hay que dar satisfacción y superar sus expectativas”, añade. Algo a lo que se está prestando especial atención a lo largo de esta cátedra.
Compartir antes que poseer
Está creciendo el público del transporte colectivo en detrimento del transporte particular. “Ya se percibe de una forma notoria”, afirma Ruiz. No hay espacio público suficiente para todos los vehículos privados. Las calles se congestionan y no hay aparcamientos. Eso, sumando a un transporte colectivo satisfactorio y eficaz, está transfiriendo usuarios de un ámbito al otro. “Ahora es más interesante compartir que poseer y por eso está cayendo a un ritmo vertiginoso el porcentaje de población que desea comprar un coche», asegura. Ya no quieren poseerlo, sino compartirlo, especialmente la gente joven.