La segunda jornada de la feria Efiaqua ha arrancado con el análisis de los expertos en gestión del agua y cómo afrontar la realidad de la crisis climática. Manuel Toharia, Amelia Navarro y Guillermo Berlanga han tratado el cómo adaptar las ciudades a este reto. A ellos se han sumado también los análisis para aplicar una economía circular en el sector y las últimas novedades tecnológicas.
Toharia, fundador de la feria Efiaqua, ha abierto la jornada de conferencias. En su charla ha subrayado la importancia de diferenciar entre cambio climático y problemas puntuales meteorológicos. Las recientes inundaciones en el sur de la Comunitat Valenciana han seguido presentes entre los diversos ponentes del congreso. Para Toharia, este ha sido un episodio «terrible pero no histórico».
La escala de tiempo en la que medir el impacto de lo sucedido ha sido la base del discurso de Toharia. «La dimensión temporal es esencial para el clima. El promedio se tiene que calcular a largo plazo, nunca a corto». De ahí que lo que más le preocupe es que «el tiempo se comporta de forma aleatoria y con mucha brusquedad». Y en ese ahora hay que trabajar para luchar contra sus problemas.
Toharia ha partido de los datos del profesor Jorge Olcina para resaltar que el problema particular es que «se ha construido mucho sobre zonas inundables». Es decir, estando esas áreas definidas y estudiadas, se ha edificado sobre ellas, con los correspondientes problemas que generan las lluvias intensas. «Hay que prepararse contra los excesos del tiempo que se agravan por el cambio climático», ha advertido finalmente.
Parques inundables
Amelia Navarro, directora de desarrollo sostenible de Hidraqua ha tomado el relevo a Toharia. Y los tres han incidido en la importancia de eficiencia, el prefijo que da nombre a Efiaqua. Para ella, es importante incidir en la renovación de infraestructuras que busquen la eficiencia en las redes. En ese ámbito de infraestructuras, Navarro se ha centrado en los ejemplos de los parques inundables como solución.
«Las gotas frías llegan en cualquier momento», ha recalcado Navarro como ejemplo de la imprevisibilidad meteorológica. El pasado 21 de agosto el parque de La Marjal en Alicante cumplió su función de absorber los excesos de las lluvias y evitar inundaciones en la ciudad. Los 22 000 metros cúbicos que acaparó entonces representan la mitad de lo que puede recoger. Este caso, como el de Rojales y cinco lagunas artificiales que evitan los vertidos directos al parque natural de La Mata en Torrevieja, o los de Paterna y Ribarroja «son soluciones que ayudan a las ciudades a estar mejor preparadas».
La necesidad de aportar el grano de arena por parte de cada uno de los agentes, por pequeño que sea, ha sido el cierre de Navarro. La responsable de desarrollo sostenible ha insistido en que hay que proponer medidas como el uso de agua regenerada, energías renovables y la reducción de emisiones para ayudar a paliar los efectos de la crisis climática.
Reutilizar más el agua
Guillermo Berlanga, con doblete en la jornada de Efiaqua, ha coincidido con Navarro en la importancia del agua regenerada. Como representante de Facsa, ha reconocido que en la provincia de Castellón este es un tema a mejorar. «En Castellón estamos a la cola de reutilización de agua y por eso es importante ver nuevas formas».
Una de ellas es aprovechar el agua de la lluvia simplemente con baldosas. Es el caso del proyecto LIFE Cersuds, lanzado en Benicàssim. Allí han desarrollado baldosas fabricadas a partir de residuos de la industria cerámica y que se usa como filtrantes para recoger el agua cuando llueve. «Lo han validado en una escala importante» y sirve como ejemplo de que «en el sector agua hay que encontrar nuevas sinergias».
Berlanga ha explicado que ellos mismos ya se han aplicado esa lección y ya trabajan «con membranas cerámicas de bajo coste para filtración de agua». El potente sector cerámico castellonense también colabora con ellos para encontrar nuevas fuentes con las que cubrir sus grandes necesidades hídricas. Ese es uno de los objetivos del proyecto Rewacer, «que hemos empezado con la industria cerámica, para estudiar un nuevo modelo de viabilidad usando el agua de las depuradoras urbanas».