Diversos expertos en movilidad urbana sostenible se reunieron este lunes en la jornada Mou-te en verd que organizaba la Cátedra Vectalia Movilidad y el Ayuntamiento de Alcoy. La cita se celebraba en la sede de la Universidad de Alicante en la localidad alicantina, que se encuentra en el edificio de la Cámara de Comercio de Alcoy. Un espacio que sirvió como centro neurálgico desde el que impulsar la transformación ecológica de la movilidad urbana. Entre los participantes se encontraba Manel Ferri, técnico de Movilidad en la Diputación de Barcelona, desde donde ha venido investigando en la materia.
La conclusión que extrae de su labor al frente de los distintos proyectos en los que ha trabajado es que se da un nuevo paradigma. El planteamiento actual de la movilidad sitúa a las personas en el centro, desplazando a los vehículos. «Hay que pasar de las ciudades en las que el anfitrión es el coche a ciudades en las que este sea solo un invitado«, afirma el experto. Un modelo que se ha demostrado exitoso en numerosas ciudades europeas, pero también en lugares como Vitoria. Uno de los ejemplos más cercanos que pueden servir para proyectar la solución a los problemas que se están encontrando actualmente las ciudades.
«La situación de partida de muchas áreas metropolitanas es que poseen un modelo de movilidad insostenible», afirma Manel Ferri. Es decir, que prima el excesivo del coche y del aparcamiento gratuito para estos. Algo que se traduce en numerosas emisiones contaminantes y que afecta al cambio climático y a la calidad del aire que respiramos. «Una parte de ese problema se ve agravado por la cantidad del parque móvil que comprenden los vehículos diesel», añade. Sin embargo, no es algo que no tenga solución. «Se soluciona apostando de verdad por el transporte público y la eco-movilidad», afirma el experto.
¿Qué es la eco-movilidad?
Manel Ferri explica que la eco-movilidad consiste en fomentar, incrementar y promocionar los desplazamientos a pie, en bicicleta o en carsharing (coche compartido), además del transporte público. «Hay que buscar un modelo de ciudad en el que el vehículo privado tenga menos peso», explica. Ampliar el espacio peatonal y reducir el espacio destinado al paso de vehículos privados. «Hay que apostar por peatonalizar las ciudades«, afirma. «El transporte público debe ser la columna vertebral del cambio modal que requieren las ciudades«, añade. Algo que, según reconoce, no es fácil, pero sí necesario.
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Ley de financiación del transporte público
Para todo esto, explica Manel Ferri, «hace falta sinergias entre administraciones y ambición«. Pero, en cualquier caso, hay señales que indican que todo esto es posible y señala de nuevo el caso de Vitoria, también Pontevedra e incluso el proyecto que está preparando Barcelona. «No implica más que el cumplimiento de lo que dicta la Unión Europea«, afirma. Un proceso que ahondaría en la ‘descarbonización’ del transporte y en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que marca la ONU, reduciendo las emisiones de gases contaminantes.
En el terreno del transporte público, asegura que falta una ley a nivel estatal que ayude a los municipios para que tengan mayores recursos económicos en la financiación de estos servicios. Ahora mismo es insuficiente a todas luces. «Para que sea competitivo, llegue a más sitios, funcione mejor y aporte un servicio de calidad, se necesitan mayores recursos«, afirma. Una opción que solo ve viable si se acuerda y se pacta con fondos estatales y no municipales. «Si nos creemos que estamos en emergencia climática, el transporte público juega un elemento fundamental en la reducción de emisiones y hay que apostar por él para mejorar», explica.
El ejemplo de Barcelona
«La Diputación de Barcelona colabora y cree en las medidas que se van a poner en marcha en la capital«, afirma Manel Ferri. A partir de 2020 se va a restringir el paso de vehículos que no dispongan de la etiqueta ambiental. Un primer paso que influye a un perímetro de 95 kilómetros cuadrados, más que Madrid Central. «A pesar de todas la deficiencias o insuficiencias que pueda tener esta medida inicial, es un paso necesario para mejorar la calidad del aire y la salud pública«, asegura el experto en movilidad.
La medida afecta a un parque móvil que es antiguo y minoritario. Sin embargo, se crea con la intención de ir ampliando el rango de actuación a más vehículos. «Hace más de una década que ciudades como Berlín ya tienen implementadas estas medidas y nosotros vamos con retraso», sentencia. «Los ‘perjuicios’ de estas medidas afectan a los conductores de vehículos, pero los beneficios afectan a toda la sociedad«, describe. Destaca, entre otras cosas, la reducción del gasto sanitario y la mejora de la calidad de vida de los residentes en esos entornos metropolitanos.
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Mayor empeño y ambición
El experto pide mayor ambición a las administraciones. «Teniendo en cuenta la política disruptiva que se está llevando a cabo en materia de movilidad, hay que garantizar el derecho a la movilidad y no el derecho a utilizar el coche«, sentencia. Además, pide la creación de organismos que trabajen en el fomento de estas iniciativas. Es el caso de una Oficina de la Bicicleta de la Comunitat Valenciana. «Si se quiere hacer estas políticas, se requiere de unidades de gestión específicas que permitan que todo esto no se diluya en la estructura oficial«, concluye.
Una de sus metas sería incrementar considerablemente la tasa de utilización de la bicicleta. Según explica, el primer objetivo de esta oficina sería promocionar la bicicleta a todos los niveles. Sobre todo, para los desplazamientos cotidianos, implicando a las empresas para promover planes de desplazamiento para el trabajo. Además, podría crear incentivos para la sustitución del vehículo por bicicleta en lugar de por otro coche nuevo.