Aguas de Alicante edita la Guía de Compra Pública de Innovación especializada en Economía Circular. Un documento que se pone al servicio de las administraciones para que puedan llevar a cabo sus inversiones, no solo con la intención de ser innovadores, sino también sostenibles. El libro se presenta en el Distrito Digital el próximo martes, 26 de noviembre, en un evento organizado por iambiente.es y en su redacción han participado numerosas instituciones.
«Esta guía tiene un doble interés; por un lado, aflorar las investigaciones que se están realizando en el ámbito del medio ambiente y la economía circular y, por otro, favorecer que salgan adelante proyectos que actualmente no cuentan con la inversión suficiente y que necesitan el apoyo de las administraciones», explica Andrés Molina, profesor de la Universidad de Alicante y miembro del el Instituto Universitario del Agua y las Ciencias Ambientales (IUACA), una de las entidades colaboradoras con este proyecto.
Está destinado a las administraciones públicas en un sentido amplio. No limitándose a las propias del Estado, las autonómicas o las municipales. También está pensado para todas esas corporaciones cuya actividad repercute directamente en los servicios públicos. «Es una gran idea enfocada a los grandes proyectos que tienen que ver con la economía circular en este momento de emergencia climática», afirma Molina.
En la actualidad, existen numerosas investigaciones que están en marcha en diferentes institutos y entidades, pero necesitan recursos económicos para poder desarrollarse o ejecutarse. Un punto en el que se hace decisivo el apoyo de estas administraciones y otras corporaciones, a través de la compra pública de innovación. Organismos que han de apostar por esas ideas que podrían convertirse en herramientas útiles e imprescindibles. Mecanismos que revertirían en la calidad ambiental de las ciudades y por tanto en el bienestar de sus habitantes.
Retos de futuro
IUACA ha presentado 28 elementos de investigación e implementación tecnológica que facilitarían la economía circular y que se pueden enfocar a la compra pública de innovación, según informa Molina. «Somos un instituto multidisciplinar con más de 40 investigadores trabajando«, afirma el experto. Investigadores que han planteado en este libro todos sus retos de futuro y las posibles soluciones. También en materia jurídica. «En ocasiones, las administraciones o corporaciones no tienen del todo claro cuáles deben ser los transmisores de información para cumplir con la Ley de Transparencia», explica.
Reutilización de lodos de depuradoras
Entre las ideas que se plantean en esta guía, se incluye una investigación sobre los lodos de depuradoras. Y es que existe, tanto la tecnología como los procedimientos necesarios para limpiar de elementos contaminantes los lodos resultantes del proceso de limpieza del agua. Algo que permitiría su reutilización en la agricultura sin perjuicio de los cultivos ni del entorno ambiental. «Tenemos un grupo de investigación trabajando en la eliminación de contaminantes emergentes en las aguas residuales y aguas regeneradas», afirma Molina. «Esto también es un reto, porque las depuradoras no eliminan todos esos contaminantes y se tienen que desarrollar una serie de tecnologías para conseguirlo», añade.
Los abonos a base de lodos de depuradoras multiplican los microplásticos en tierras de cultivo
Seguridad ciudadana
La Guía de Compra Pública de Innovación en Economía Circular plantea otros retos relacionados con los sistemas urbanos de drenaje sostenible. Sistemas que permitan reducir los riesgos de inundación en las ciudades a través de nuevos materiales permeables. Del mismo modo, en materia de seguridad ciudadana se plantean sistemas para la reducción del riesgo sísmico en las redes de abastecimiento y saneamiento. Además, se habla de grandes infraestructuras hidráulicas y su repercusión en la sociedad. «Son muy variadas y van desde el ámbito de la química, pasando por la ingeniería, el derecho o la sociología, hasta la economía», describe Molina.
Un beneficio común
Con el libro editado, el paso siguiente es la difusión de la guía y que todas las instituciones la conozcan. «El objetivo es que podamos conseguir que se favorezca la realización de contratos con estos investigadores que están aportando todo su conocimiento», sentencia. Algo que redundaría no solo en beneficio de las administraciones —a través de la eficiencia y el ahorro de costes—, sino también en el bienestar de todos los ciudadanos.