El rechazo a los mensajes negativos y la apuesta por la ilusión es una de las conclusiones de Mónica Fernández-Aceytuno en Casa Mediterráneo. La bióloga y premio Nacional de Medioambiente ha abierto el ciclo de conferencias Crisis Climática en el Mediterráneo organizadas por esta entidad junto a iambiente.es.
A lo largo de la charla, la divulgadora ha ido poniendo diversos ejemplos de su trabajo. Y donde más contundente se ha mostrado es la actitud con la que enfrentarse al contexto actual. «No podemos dividirnos entre los que creen en el cambio climático y los que no. Aquí estamos todos en el Titanic«, ha subrayado. Por eso considera que «necesitamos a todas las mentes con su imaginación».
Aceytuno rechaza el que se politice esta cuestión «y ponernos a unos enfrente de otros, porque se está intentando hacer bandos. Hay que pensar en cómo salir de esta». El énfasis en buscar soluciones es particularmente necesario ante la actitud de «pararnos a discutir porque eso me parece estéril, nos quita fuerzas. Es como una discusión de patios de vecinos. Vamos a mirar las cosas con altura».
Es hora de actuar
En ese sentido, a la hora de divulgar tiene también muy clara su opción: «No me gusta nada el catastrofismo. No te quejes, haz algo». Y ahí cree que desde Europa hay mucho que aportar. «Europa tiene que ser la cuna de la actitud ante el problema ecológico, marcamos una senda para los países que están pensando solo ahora en crecer. Tenemos la capacidad de marcar una dirección».
Preguntada por el público, ha reiterado su mensaje en positivo «sin perder el tiempo en menudencias». A su juicio, «el catastrofismo ha generado un cierto rechazo. No hay que perder el tiempo en asustarnos». Con ese carácter no ha dudado en asegurar que «este momento es apasionante». Y esa cree que es la forma de verlo «porque esta es una encrucijada: nada volverá a ser igual».
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Siguiendo ese razonamiento, Aceytuno ha destacado que con este momento de cambio, «es importante dirigirlo a la ilusión y la inclusión de todo el mundo». De manera que este sea «un sentimiento transversal». Ahí ha recordado que «más que un ser racional, el hombre es un ser sentimental. Y que de esa emoción tengamos la ilusión de salir de ahí. Porque cada uno en nuestro ámbito podemos hacer algo».
Con ello se ha mostrado convencida de que «esa ilusión se contagia más que el discurso de vamos a morir todos, que es la única verdad. Vamos a ilusionarnos con esto. Cualquier actividad es importante. ¿Voy a asustar o invitar a pensar y hacer?». En ese sentido, «cada vez la gente es más consciente y recicla. Creo que vamos a consumir menos, leer más, mirar más. Y esa es la mayor riqueza».
El enemigo público número 1
La conferencia le ha permitido tratar una amplia diversidad de temas. Entre ellos ha presentado una definición del ser humano como especie: «Nuestra cualidad mayor es que desordenamos el mundo. Hemos hecho que las especies traspasen sus barreras biológicas y este es un problema que nos vamos a encontrar». Un ejemplo fácil de ello es cómo se ha facilitado la expansión de ciertas especies. Y la más peligrosa, es un pequeño insecto. «El enemigo público número 1 de la Humanidad es el mosquito por las enfermedades que transmiten. Y con los insectos, que son la fórmula más exitosa de la naturaleza, con ninguno se ha conseguido acabar».
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Otro de los problemas que ha señalado es «el drama de perder suelo». Por una razón tan sencilla como «que comemos del suelo, lo necesitamos». Un aspecto que ha vinculado con el violento episodio de la Dana en el sudeste español: «¿Cuántas toneladas se han ido con la última? ¿Y por qué se han ido?». La respuesta es sencilla, ha añadido, faltaban manos para agarrarla. Y esas manos son «las raíces de las plantas que estaban aquí».
Mirar alrededor nuestro, incluso a las plantas más comunes del entorno, es una manera de trabajar por ese futuro. Como ha explicado, nombrar a las especies que nos rodean hace que nos preocupemos por ellas. Y así es como se consigue transmitir la necesidad de cuidarlas. Si además estas se investigan y se descubren propiedades beneficiosas, mejor. La belleza en lo que nos rodea es una de las claves con la que ha querido concluir Aceytuno su intervención.
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