«En realidad, las políticas verdes son muy transversales», cuenta Rubén Martínez Dalmau. Y lo sabe bien porque como vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana, asegura que estas «van más allá de nuestra vicepresidencia, más allá de esta u otra conselleria». Por eso, recalca que «ya no podemos hablar de políticas verdes diferenciándolas de otras que no lo tienen que ser».
De ahí que su lema sea que «pasamos de ‘políticas verdes’ a la ‘política en verde'». Una sencilla frase pero con impacto profundo porque «eso afecta al conjunto del Gobierno». De forma que «nadie queda al margen y, por tanto, lo conveniente es coordinarnos de forma adecuada para ser más eficientes y útiles».
Entre las responsabilidades de Dalmau en el Gobierno valenciano está el ser también responsable de una área de nueva creación. Es la que se suma a Vivienda y que denominaron Arquitectura Bioclimática. Pero, ¿cómo explicar a la ciudadanía de qué manera afecta esta Conselleria en el día a día? El conseller tira de su experiencia como profesor y apunta que «la arquitectura bioclimática es enfrentar la construcción, desde sus procesos iniciales hasta la gestión de los materiales más allá de la vida útil de las viviendas, considerando su impacto en el cambio climático, por supuesto en clave de adaptación a él pero, también, desde la mitigación». Y el carácter pedagógico le lleva a ofrecer un ejemplo sencillo de cómo se aplica. «Un aislamiento natural en nuestras casas o aprovechar mejor la luz del sol es arquitectura bioclimática».
La importancia del nombre
Con esa introducción hecha, Dalmau se lanza. E indica que el trabajo que impulsa desde su conselleria «se trata de un replanteamiento global de la arquitectura a partir de consideraciones que hasta hace pocos años no eran tenidas en cuenta y, ahora, pasan a ser un eje fundamental». Y sobre la elección del nombre, razona que «podríamos encontrar sinónimos para el concepto de bioclimático como pueden ser construcciones sostenibles o construcciones saludables, aunque me parece que la referencia al clima es importante para entender qué es lo que nos estamos jugando».
La referencia al clima es importante para entender qué es lo que nos estamos jugando
Esa mención a lo global es una forma natural para Dalmau de expresar la necesidad de que una vicepresidencia autonómica lo aborde. «Este Consell tiene como primer eje del pacto que dio pie a su formación la cuestión de la emergencia climática y la transición ecológica. La coordinación de todas las políticas verdes de este Gobierno se han situado al nivel de una vicepresidencia».
Que eso no se queda solamente en una organización administrativa lo demuestra recordando que «acabamos de aprobar una declaración de emergencia climática. Creo que todo esto son mensajes potentes para explicitar el valor de las políticas frente a la crisis climática». Y aquí reitera que este es un trabajo que no se aborda solo desde una conselleria. «Ahora estamos empeñados en que, de forma urgente y transversal, esta preocupación se traduzca en políticas concretas que ayuden a transitar hacia un modelo energético, productivo. Y, en definitiva, de vida que quepa en los límites del planeta y no lo deprede como hasta ahora ha sucedido».
La nueva arquitectura
Entre esas políticas concretas que menciona está la rehabilitación de edificios. Su intención, asegura, «es ser capaces de convertirnos en un motor de esta nueva arquitectura». La idea pasa por «ser ejemplo, desde la Administración, también para la iniciativa privada». Una filosofía que piensa aplicar «más allá de las subvenciones [que] estamos trabajando para facilitar modelos de pliegos de condiciones para que el conjunto de las administraciones tengan más fácil encaminar sus políticas hacia la rehabilitación y procesos constructivos lo más sostenibles posible».
Entre las soluciones que ha ido mencionando a lo largo de este primer semestre de mandato, Dalmau ha incluido el aislamiento y aprovechamiento de condiciones naturales. Para el conseller, «el día a día está lleno de posibles gestos domésticos que pueden favorecer la lucha contra el cambio climático, también en lo relativo a las viviendas».
El día a día está lleno de posibles gestos domésticos que pueden favorecer la lucha contra el cambio climático
Lo importante está en «que todas las intervenciones que se hagan en ellas vayan destinadas a minimizar el gasto energético y la dependencia de los combustibles fósiles». Tanto como también «facilitar la gestión de los residuos». Y recuerda, «como en todas las áreas relacionadas con la lucha contra la crisis climática, la implicación de la ciudadanía es fundamental pero nosotros no queremos con ello eludir nuestra responsabilidad como administraciones».
Más renovables
Esa responsabilidad a la que alude la asume como propia para el Consell. Para ser ejemplo de sostenibilidad con sus edificios, la Administración autonómica se pone manos a la obra. «Haciendo todo aquello que reclamamos a los demás: siendo los primeros en aprovechar cualquier tipo de intervención arquitectónica que nos afecte para transitar hacia un modelo lo más sostenible que se pueda».
Y esa actitud debe ser así para «no perjudicar más nuestra situación climática. Y porque, a medio plazo, estamos hablando también de una mejor gestión de nuestros gastos». Para el conseller la apuesta es clara, «porque aumentar el uso de renovables siempre nos saldrá más barato».
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Con un año tan políticamente agitado, con las elecciones municipales, autonómicas y las estatales, Dalmau recalca el impacto de estas últimas. Sin Gobierno en Madrid están pendientes los presupuestos en las autonomías, por eso recuerda que la parte valenciana ha cumplido. «Nosotros hemos hecho nuestros deberes en tema de presupuestos. Ciertamente la falta de gobierno en Madrid lo que retrasa es la discusión y aprobación de un nuevo modelo de financiación autonómica que necesitamos de manera urgente».
Y no solo porque al ser una nueva área administrativa no basta con prorrogar presupuestos. «Lo necesitamos nosotros que somos una conselleria de nuevo cuño y las que ya estaban«, puntualiza. Tratando el tema del dinero concluye que «en el nuevo modelo de financiación no se puede perder de vista que vamos hacia presupuestos que se han de pensar en el marco de la transición ecológica. Y eso no es cosa menor».