La selva amazónica podría pasar de ser el pulmón del planeta a emitir dióxido de carbono

Una quinta parte de la selva amazónica, conocida como el pulmón verde más grande del planeta, ya está emitiendo más dióxido de carbono del que absorbe. Así lo revelan las últimas investigaciones, de las que se hace eco el programa Newsnight de la cadena británica BBC.

Después de una década de estudios de las emisiones de gases de efecto invernadero en la cuenca del Amazonas, parece que un 20% de las tierras han pasado de absorber dióxido de carbono a emitir. Un cambio debido a la deforestación y los incendios forestales a que está sometida esta selva.

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Si un árbol vivo captura CO2, la materia en descomposición —y su combustión— liberan. Así, lo que se supone que es uno de los lugares donde se retiran más gases de efecto invernadero de todo el planeta lo hace cada vez menos. Un problema que se añade a las emisiones de origen humano responsables del calentamiento global.

«Cada año es peor», afirma la profesora Luciana Gatti, la responsable del equipo de investigación, en declaraciones a la cadena pública británica. Carlos Nobre, otro de los participantes de este gran estudio, considera la situación «muy preocupante». Como afirma, «podría estar mostrando el principio de un gran punto de no retorno». Así, según indican sus datos, durante las próximas tres décadas más de la mitad de la selva podría convertirse en una sabana.

Menos capacidad para eliminar CO2

Esta es una posibilidad que hacía tiempo que los expertos temían pero que ahora es cada vez más clara. Hace décadas la selva amazónica eliminaba unos 2.000 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera cada año. Ahora solo elimina un poco más de la mitad. Y eso sin tener en cuenta las emisiones de las zonas «muertas» de la selva.

Para el profesor Nobre, la situación es crítica: si la deforestación actual del Amazonas es de aproximadamente un 17%, el punto a partir del cual la situación se volvería irreversible es, afirma, entre un 20 y un 25%. Unas cifras que están mucho más cerca de lo que se había pensado hasta ahora. Y eso supone un grito de alerta para los esfuerzos que, desde todo el mundo, se están haciendo para frenar el calentamiento global y evitar sus efectos más perjudiciales no solamente para los humanos sino para los ecosistemas de todo el mundo.

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La solución, sin embargo, está en manos de las autoridades políticas de los países de la cuenca del Amazonas, entre ellos Brasil, que tienen en sus manos establecer una moratoria a la urbanización y la deforestación de la selva, tomar medidas de prevención de los incendios forestales e impedir, así, que el Amazonas desaparezca, afectando el resto del planeta y acelerando el cambio climático. A.S. Mon Planeta

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