Más ciervos, más cabras monteses, más jabalíes. El aumento de población de estos mamíferos conocidos como ungulados silvestres por sus pezuñas impulsa el debate sobre sus beneficios y perjuicios. De analizarlo se ha encargado el Área de Ecología de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) en un estudio que resalta la necesidad de valorar los importantes servicios ecosistémicos que proporcionan. El punto de partida de este trabajo es la relación con dos colectivos estrechamente relacionados con estos animales: los investigadores y los pastores de ganado en extensivo.
La investigación completa se ha publicado en la revista Science of the Total Environment, y ha sido dirigida por el investigador del Área de Ecología de la UMH Roberto Pascual Rico. Este ha contado con la colaboración de dos profesionales de la misma área, José Antonio Sánchez Zapata y Zebensui Morales Reyes, además de la investigadora de la alemana Universidad Leuphana de Luneburgo, Berta Martín López.
Sus conflictos y beneficios
Para estudiar las prioridades científicas, el equipo investigador llevó a cabo una revisión de 82 estudios publicados durante los últimos 19 años. Así determinaron qué servicios ecosistémicos y qué conflictos se mencionan en estos trabajos. El siguiente paso era estudiar las percepciones de los pastores sobre los ungulados. Para ello los investigadores realizaron más de 180 encuestas en cinco comarcas ganaderas de España entre los años 2012 y 2016.
De esta forma, los resultados han revelado que los ungulados silvestres juegan un rol doble. Por un lado, los beneficios. Los servicios ecosistémicos, como el mantenimiento de hábitat abiertos, son fuente de alimento o su valor estético. Y, por el otro, son origen de conflictos. Es el caso de los perjuicios en forma de daños agrícolas o colisiones de tráfico. Sin embargo, a pesar de que los científicos y ganaderos han destacado más los conflictos que los beneficios, el estudio demuestra que las prioridades científicas en relación a los ungulados silvestres defieren notablemente de los intereses y percepciones de los pastores.
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Del daño agrícola a la transmisión de enfermedades
En cuanto a los perjuicios, entre las publicaciones científicas han destacado los trabajos donde se mencionaban principalmente los daños de los ungulados a la vegetación natural y la biodiversidad animal. Al compararlo con los pastores, vieron que estos sumaban al daño a la vegetación la competencia por el pasto, el daño a otras especies silvestres (por parte del jabalí), los daños agrícolas y la transmisión de enfermedades al ganado.
¿Cuál es el mayor beneficio que obtenemos los humanos de estas especies? La caza. Entre los servicios ecosistémicos mencionados en las publicaciones científicas, este es claramente considerado el mayor provecho. Sin embargo, entre los pastores ni siquiera se señaló. Aquí resaltaron la regulación de otros organismos como, por ejemplo, que los ungulados silvestres constituyen una presa alternativa a su ganado para los depredadores.
Presas alternativas al ganado
Los resultados revelan que las especies estrictamente herbívoras —arrui, cabra montés, ciervo, corzo, gamo, muflón y rebeco— son mejor valoradas por los ganaderos que las omnívoras, como el jabalí. Las diferencias también tienen una base geográfica según la presencia de otras especies. Es el caso de la Cordillera Cantábrica, con presencia de grandes carnívoros como el lobo o el oso. Allí se valora mejor a los ungulados silvestres que en las zonas sin estos grandes carnívoros ya que los consideran presas alternativas al ganado.
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En el estudio también se desarrolla el hecho de que actualmente en Europa los ungulados silvestres han experimentado un incremento en su abundancia y distribución. De esa forma, están recolonizando muchas áreas en las que estaban presentes hace varias décadas, o incluso siglos, de las que fueron erradicados. Por eso advierten que las interacciones entre los ungulados y las personas van a incrementarse en los próximos años.
Con todas estas investigaciones, los investigadores concluyen que hay que promover la tolerancia hacia estos animales. ¿Y cómo conseguirlo? Estos proponen charlas informativas y procesos participativos abiertos a los diferentes actores implicados. La idea es que entre todos se decidan las medidas que podrían contribuir a diseñar estrategias que favorezcan la convivencia con estas especies.