El proyecto Guardian fomenta el agua regenerada para combatir incendios forestales. En la foto, Vicente Adobes, Robert Raga, Nuria Campos, Mario Ruiz, Javier Anguiano, Ferran Dalmau, Eva Sevillano y Francesc Hernández.

Europa aprende a luchar contra incendios con el agua regenerada

En las localidades de Riba-roja de Túria y Paterna se está trabajando en nuevas formas para combatir mejor los incendios forestales. Es lo que se denomina proyecto Guardian, un programa en el que la Unión Europea está atenta para encontrar fórmulas, como el uso de agua regenerada, que pueda replicar en su territorio. De explicar el trabajo conjunto entre ambas ciudades y las otras entidades se encargan los invitados del séptimo #encuentrosiambiente: Vicente Adobes, Robert Raga, Nuria Campos, Mario Ruiz, Javier Anguiano, Ferran Dalmau, Eva Sevillano y Francesc Hernández.

Ese espíritu conjunto lo subraya Adobes, el gestor del proyecto Guardian. Y así lo define como «resultado de la unión de varias ideas que han germinado en el Ayuntamiento de Riba-roja». Entre esas ideas, tres son la clave que distingue Guardian: protección contra incendios, cuidar el medioambiente y estimular la economía circular. Reaprovechar el agua procedente de las depuradoras que ya existían en las cercanías del parque natural les dio la forma de enlazar estos propósitos. «En esencia pretende reutilizar el agua para estos cortafuegos verdes que son una novedad para nosotros y un experimento de mejora del paisaje», señala.

Al plasmarlo en un documento que presentaron ante  la tercera convocatoria de las acciones urbanas innovadoras de la Unión Europea, consiguieron su primer gran reconocimiento. Raga, alcalde de Riba-roja, recuerda la emoción de su pequeño equipo al ser seleccionados frente a proyectos mucho más grandes.

El peligro de especies invasoras

«Es un proyecto que pretende sentar las bases para ofrecer replicabilidad en entornos urbano forestales para que se haga bien», apunta Adobes. Y de ahí que añade que se trata de evitar «una sucesión de cañones de protección antiincendios y una sucesión de herbáceas que no son autóctonas». A estas últimas se refiere también Raga al alertar del peligro que suponen especies como la caña invasora. Un incendio este mismo año en una zona de cañar obligó a desalojar a más de un millar de alumnos por el peligro que causaba la densa humareda. «Este tema nos ha preocupado siempre muchísimo», recalca.

Campos resalta la protección medioambiental como uno de los motivos principales para sumarse a esta iniciativa. «Era fantástico porque se usa agua regenerada», destaca la teniente alcalde de Paterna. Y de explicarlo se encargan Ruiz, de Cetaqua, y Anguiano, de Hidraqua. El primero señala que este es un uso «relativamente novedoso en Europa: la legislación en España contempla usos ambientales pero no está completamente tipificado». Eso implica que se pidieron autorizaciones específicas para ello. «No la usaremos solo para esas barreras verdes contra incendios, también para mantener el estanque del parque de La Vallesa», apunta.

Mucho más por regenerar

La aplicación práctica de la economía circular mediante el fomento de la agua regenerada es una de las virtudes que ve Anguiano en este proyecto. «El agua es un recurso escaso y con el cambio climático empeora esta situación», sostiene. Por ello, añade que soluciones como esta permiten reservar el agua potable para el consumo. Aún con todas estas ventajas, «queda mucho por recorrer en España, donde se usan unos 400 hectómetros cúbicos anuales que solo es un 10 % de la que se trata, y en Europa». Con Guardian se abre la puerta al uso medioambiental como, «sobre todo a la defensa de la interfaz urbano-forestal».

En el peligro de los incendios se centra Dalmau. Y es que Europa apoya las soluciones que pueden surgir de aquí con el agua regenerada porque de media se queman medio millón de hectáreas cada año. Así lo recuerda el director de MEDI XXI, para el que es importante ser consciente de la necesidad de invertir para evitar catástrofes como los casi 500 muertos en el continente entre 2000 y 2016. Y esa cifra no deja de crecer. Entre 2017 y 2018 en Portugal, Grecia y España perdieron la vida 225 personas por esta causa.

Sensores en los árboles

Otra de las maneras de innovar llega con las investigaciones de las dos universidades públicas de Valencia, la UPV y la UV. De la Politècnica surge el trabajo de Sevillano. Como detalla, una de las funciones en las que están trabajando es en el cálculo de cómo debe ser el riego de los árboles que crean estos cinturones verdes. «Vamos a analizar muy detalladamente la vegetación con unos sensores que van a monitorizar todo el sistema», indica. Así sabrán cuánta agua entra a los árboles por la raíz y cuánta conservan en ella. O cuánta se vuelve a emitir a la atmósfera. «Y es muy importante porque los árboles cada vez tienen más sed», añade. Un aspecto muy grave porque, como reitera, «cuesta mucho más quemar leña verde que seca».

De ese impacto económico se encarga también Francesc Hernández. El catedrático de la UV resalta el valor añadido que tiene el proyecto. «Lo que nos falta es la ejecución práctica de la economía circular, hay que demostrar que es viable, sostenible y replicable». Y para demostrarlo les corresponde analizar los costes de las inversiones y las operaciones de mantenimiento, «porque esto tiene que permanecer en el futuro. Tenemos que ser capaces de cuantificar la mejora en el bienestar de la sociedad».

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