Los edificios ya están construidos y el espacio restante es el que es. No hay más… y ahora lo ocupan en mayor medida los coches. «Solo podremos dar más espacio de movilidad a las personas quitándoselo al coche«, sentencia Luis Aragonés. Dirige el Curso de Especialista en Movilidad Urbana Inteligente, espacio de investigación y aprendizaje puesto en marcha por la Cátedra Vectalia de Movilidad, que imparte la Universidad de Alicante. Para la segunda edición de este curso se cerrará el plazo de matriculación el 20 de septiembre. Después comenzarán las clases, a cargo de numerosos expertos nacionales e internacionales.
El curso cuenta con cuatro enfoques concretos: personas, normativas públicas, urbanismo y nuevas tecnologías. Y es que esos son, de hecho, los cuatro condicionantes que más afectan al desarrollo adecuado de una movilidad urbana inteligente en las ciudades. En resumen, el objetivo es que las personas puedan vivir mejor en un entorno urbano sostenible. Para ello, hay que contar con las nuevas tecnologías. Además, las políticas públicas tienen que abordar una transformación urbana muy concreta y renovar las normativas.
Luis Aragonés: «La movilidad urbana inteligente requiere cambios de normativas»
Sobre todo ello versará esta nueva edición del curso en la que también estará presente el nuevo contexto sanitario, que aborda de lleno. «La movilidad, hoy por hoy, está muy condicionada por la covid-19 y tenemos que amoldarla», afirma Aragonés. Por otro lado, ha venido a demostrar que otras condiciones climáticas son posibles. «Cuando se paró el coche, el entorno se limpió y mejoró la calidad del aire«, recuerda. Algo que, para él, demuestra que es urgente cambiar el sistema actual en las ciudades.
La persona, en el centro
La prioridad es ahora cambiar los hábitos de transporte de las personas, para que hagan uso de los medios más sostenibles. «El patinete y la bicicleta eléctrica han venido para quedarse», sentencia el experto. Sin ir más lejos, recientemente la ministra de Educación, Isabel Celaá, pidió a los padres que los estudiantes se trasladaran en bicicleta al colegios. «Los padres pensarán en la seguridad de sus hijos durante ese trayecto», explica. En ese sentido, crear carriles seguros y con menos tráfico de vehículos ahondaría en ese sentido, según reflexiona.
Planes de movilidad acordes a la sostenibilidad
Para cambiar estos hábitos, es imprescindible implantar nuevas normativas. «Hay que planificar contando con la movilidad y su influencia, pero pensando en mayor medida en el transporte público y los vehículos alternativos», explica. Carreteras, vías e infraestructura en general. «La población sigue creciendo, pero ya no lo hace de forma masiva«, afirma el experto. Lo que sí crece exponencialmente es el parque móvil de las ciudades, hasta cotas insostenibles.
El cambio es imparable
Según indica Aragonés, tenemos elementos que se pueden usar y que hay que potenciar. «En Alicante, quizá, la bicicleta normal no podría implantarse por sus cuestas y largas distancias, pero sí la bicicleta eléctrica», afirma. Con ella, una persona se puede transportar al trabajo sin las incomodidades del esfuerzo físico y a una velocidad razonable. «Estos vehículos cada vez se usarán más y habrá que legislar al respecto«, comenta. Además, hay algo que le hace pensar que ese futuro es más próximo. «Al curso asisten como profesionales de todo tipo que quieren especializarse en esta materia, pero es grato ver a concejales y otros políticos, porque de ellos depende que todo cambie», sentencia. Y añade: «podrá tardar más o menos… pero no hay otra fórmula; el cambio es imparable«.