A diferencia de la mayoría de insectos, el picudo rojo de las palmeras tiene mecanismos para continuar su desarrollo frente a disminuciones bruscas de la temperatura ambiental. Esta es la conclusión de un estudio llevado a cabo en la Universidad Miguel Hernández de Elche sobre esta amenaza grave para especies vegetales autóctonas. La profesora del área de Zoología de la UMH y líder del estudio publicado en la revista internacional Journal of Thermal Biology, Trinidad León, apunta que estos resultados suponen una evidencia científica más de la necesidad de detener el cambio climático global.
Como explica la investigadora, el cambio climático está vinculado a variaciones impredecibles de temperatura. De hecho, cada vez son más frecuentes eventos de anomalías térmicas como períodos fríos o cálidos no estacionales. La mayor parte de los insectos detienen su desarrollo morfológico durante periodos anormales de disminución de la temperatura ambiental. Es entonces cuando entran en un estado de inactividad conocido como quiescencia. Sin embargo, el estudio demuestra, por primera vez, que el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) no interrumpe la transición larva-pupa a causa de ello. Cuando es sometido a una disminución brusca de temperatura durante siete días, simplemente ralentiza levemente su desarrollo.
A pesar de ser un insecto de zonas geográficas cálidas, en este trabajo se demuestra por primera vez que se protege del frío. Su forma de hacerlo es segregando sustancias crioprotectoras que produce en su interior. Según la profesora León, estos resultados suponen una evidencia científica más que pone de manifiesto la necesidad de actuar frente al cambio climático. Si no se actúa, se producirá un desequilibrio en el que plagas como el picudo crecerán, mientras otros muchos insectos desaparecerán.
Pioneros en la técnica
Estas son algunas de las principales conclusiones del trabajo, realizado por profesores e investigadores de la UMH. El estudio lo han co-dirigido la profesora del área de Zoología y también miembro del Instituto de Bioingeniería Trinidad León y el profesor del Departamento de Física Aplicada Arturo Serna. Los otros dos co-autores son los profesores del Departamento de Ciencia de Materiales de la UMH Antonio Fimia y Roque Madrigal.
Con estos descubrimientos, estiman que serán útiles a la hora de diseñar nuevas estrategias para combatir las plagas de picudo. Además, los investigadores de la UMH han innovado en el método de análisis, utilizando técnicas físicas punteras. Este estudio es el primero en el que se aplica la tomografía computarizada por rayos x. De esta forma cuantifican el efecto de una disminución abrupta y transitoria de la temperatura ambiental sobre el desarrollo morfológico, interno y externo, del picudo rojo.
AP-Waste: un proyecto para la biodegradación de plásticos agrícolas a través de insectos
Uno de los aspectos que era más difícil de medir con precisión era el volumen de hemolinfa. Este líquido equivalente a la sangre es uno de los diferentes órganos y tejidos estudiados pero dado que el sistema circulatorio de insectos es abierto conlleva esas complicaciones. Otro de los avances logrados del equipo es que ha sido el primero en aplicar la microscopía holográfica. Esta les ha servido para cuantificar la arquitectura tridimensional externa de un insecto.
Para realizar este trabajo, los profesores de la UMH han contado con ejemplares de picudo proporcionados por el equipo de Tragsa, integrado por Jose Juan López, Victoria Martínez, Juanjo Esquinas, Natalia Penalva y Paula Toledo.