Del 1 al 30 %. De apenas proteger las áreas marinas a que sea un tercio. Estas son los datos que representan el camino que se marca España para 2030. De momento ya va por el 12 %, una cifra con la que ya superan los diez puntos a los que se comprometieron en el Convenio de Diversidad Biológica. Y con el proyecto Life Intemares se pretende ser el mayor proyecto de conservación marina en Europa.
La cooperación es esencial en una misión de este tamaño. Las cuatro últimas entidades en asociarse son las universidades Politécnica de Valencia y Alicante, el centro tecnológico AZTI y a Junta de Andalucía. Desde el inicio del proyecto, en 2017, se han implicado directamente en el proyecto Life Intemares más de 770 organizaciones.
¿Qué es lo que aportan estas nuevas incorporaciones? Según avanza el Ministerio para la Transición Ecológica, se refuerzan investigación y conservación de la biodiversidad marina. Una forma de hacerlo es con las nuevas tecnologías para el seguimiento de hábitats y especies.
Los cuatro nuevos proyectos
La Universidad de Alicante también trabaja junto al Instituto Español de Oceanografía, a través de su unidad mixta. Su plan los despliega mediante campañas oceanográficas en Cabo Tiñoso, Murcia, para aumentar el conocimiento de hábitats y especies marinos. en el área comprendida entre el Escarpe de Mazarrón, Seco de Palos y campo de pockmarks, unas estructuras submarinas causadas por emisiones de gases.
La Politécnica de Valencia también colabora con el IEO en el desarrollo tecnológico de una red de observación marina. Esta se basará en plataformas que estudien la dinámica del fondo marino, campos de corrientes, materia en suspensión y el ruido submarino. Su plan es utilizar drones submarinos para monitorizar hábitats y especies. Además, desarrollarán marcas electrónicas y acústicas en el seguimiento de fauna para estudiar la conectividad entre espacios protegidos.
La Junta de Andalucía, precisamente, desarrollará actuaciones para mejorar ese conocimiento. Su idea es implicar a los diversos agentes del territorio en la gestión de los espacios protegidos y emprender acciones de sensibilización. Con eso asegurará la puesta en marcha de mecanismos para mitigar el impacto de actividades recreativas sobre hábitats de interés comunitario. Una medida pensada para praderas de posidonia, arrecifes y cuevas submarinas. A todo esto, busca impulsar el emprendimiento azul en lugares de la Red Natura.
Cierra esta serie de incorporaciones, AZTI con su participación junto al IEO en campañas de investigación para la declaración de nuevos espacios marinos protegidos. Y el elegido es el sistema de cañones submarinos de Cap Bretón, que alberga especies y hábitats de alto valor ecológico. De ahí que su intención es también conocer mejor la pardela balear, el ave marina más amenazada en Europa.
Campañas de investigación y procesos participativos
Estos son ejemplos de las 16 campañas de investigación que despliega Life Intemares. Y con estas exploraciones, estudian u posible declaración como espacios de la Red Natura 2000. En conservación de especies, se han desarrollado actuaciones para asegurar la supervivencia de la nacra, molusco endémico del Mediterráneo en estado crítico de extinción. Además, se han dado los primeros pasos para la elaboración y actualización de estrategias y planes de conservación. Así lo han hecho con la marsopa o la lapa Patella ferruginea, entre otras, para adoptar medidas con que reducir el grado de amenaza.
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A esas campañas de investigación suman los diez procesos participativos abiertos. De esta forma pretenden involucrar activamente a los sectores socioeconómicos y la ciudadanía en la elaboración de estrategias y planes de gestión. De esas ideas quieren compatibilizar los usos con la conservación de los valores naturales en los espacios marinos protegidos.