Una fábrica itinerante. Así definen desde la multinacional de la alimentación Unilever su último proyecto, un contenedor marítimo en el que producirían caldo. Este prototipo, como explican, les permitiría flexibilizar la producción de la compañía y su traslado de forma rápida y ágil en cualquier parte del mundo.
Su centro de innovación en Wageningen, Países Bajos, es el campo de pruebas para este experimento. La idea es ir más allá de la producción de caldos para plantear otros alimentos que se encuadren en esta estructura. De hecho, ya adelantan que piensan que en función de las necesidades de cada momento, Unilever pueda ampliar la producción a mayonesas, salsas de tomate y helados.
¿Qué ventajas les aportaría como empresa el tener una fábrica itinerante? La que primero destacan es la posibilidad de aprovechar al máximo los ingredientes locales. Pero ese no es el único punto de atención, claro. Conseguir esa movilidad les permitiría otros avances. De hecho, Xavier Mon, como vicepresidente de Comida y Refrescos de Unilever España, valora que «la flexibilidad y la producción localizada permiten responder con mayor rapidez a los cambios de la demanda en cada uno de los mercados locales».
Producción a pequeña escala, menor desperdicio
Al tener disponible una fábrica adaptada a un contenedor marítimo, Mon asegura que «los productos pueden lanzarse más rápidamente». Y con eso, termina el también director general de Unilever Food Solutions, son capaces de «producir pequeños volúmenes para pruebas de productos sin necesidad de líneas de producción en masa, lo que nos permite un menor desperdicio de material».
Este es un ejemplo que refleja la voluntad con la que abrieron en 2019. En aquel entonces, su director ejecutivo Alan Jope alertó que «necesitamos una transformación fundamental del sistema alimentario si queremos alimentar a más de nueve mil millones de personas de manera sostenible y nutritiva». Los avances en tecnología agroalimentaria que trasladan a esta fábrica itinerante representan los frutos de lo conseguido en este tiempo. Y ese precisamente era el objetivo que se marcaron cuando lo inauguraron, buscar nuevas formas de abordar problemas mediante la innovación.
Hasta trescientas toneladas de condimentos
¿Cómo lo han aplicado para esta fábrica itinerante? Automatizando todo el proceso para ajustarse a un espacio de 13 metros de longitud. Eso incluye desde la manipulación de las materias primas hasta la cocción y el envasado. De esa forma han conseguido que en turnos de ocho horas sea capaz de producir trescientas toneladas de condimento líquido. Los sensores instalados se encargan de transmitir la información continuamente. Así, añaden, es posible realizar ajustes y solucionar problemas rápidamente. El sistema integral requiere de poca infraestructura, como indican, solo requiere un cable de electricidad y una manguera de agua para funcionar. Cada contenedor tiene asignados de dos a tres operarios, que pueden seguir a distancia su funcionamiento.
Esta semana, en la que se ha celebrado el día mundial de la Ingeniería en el Desarrollo Sostenible, han puesto en valor este sistema como punto de partida para nuevas opciones. Unilever ya ha avanzado que si tiene éxito el planteamiento, lo piensan aplicar a otras áreas en las que se manejan, como productos de belleza y de cuidado del hogar. Lo que tienen claro que sí es un nuevo camino es el trabajo modular. Con ellas pretenden abrir nuevas formas de trabajo para jóvenes emprendedores a los que les alquilarían o venderían estos contenedores habilitados para ello.