El proyecto CircularCarbon investiga el desarrollo de nuevas aplicaciones de aprovechamiento de residuos mediante procesos innovadores sostenibles. El objetivo es transformar los residuos sobrantes mediante procesos circulares para que sean energéticamente eficientes. Y, al mismo tiempo, que puedan recibir la conexión y la capacidad de ser alimentados mediante energías renovables.
¿Cuál es el paso siguiente? El fin último es disminuir la huella de carbono. Y asociado a ello está el que hay aplicaciones de almacenamiento energético. Con ellas, indica el Instituto Tecnológico de la Energía, se consigue; al mismo tiempo que resultan claves en el nuevo escenario de electrificación de la economía.
Ambos planteamientos son imprescindibles para lograr el crecimiento sostenible y protector con el medioambiente que se ansía. De hecho, los expertos apuntan que en la próxima década las empresas que no apuesten por incorporarla a sus estrategias tendrán más difícil mantener sus niveles de competitividad.
Respuesta ambiental
Como anfitriones de CircularCarbon, van con «el objetivo de ofrecer una solución integrada dentro del concepto de economía circular el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) y el Instituto Tecnológico de la Cerámica (ITC). Allí, junto con el apoyo del Ivace? y los fondos Feder– están trabajando en un proyecto conjunto para la obtención de carbón activo sostenible. A partir de él su aplicación en tratamientos medioambientales y de almacenamiento energético.
La singularidad de este proyecto radica en su enfoque integral. En particular, la sostenibilidad tanto de los flujos energéticos como de los materiales.
En el análisis previo del proyecto CircularCarbon se marcaron las intenciones. Una va para ofrecer una respuesta a problemáticas como la acumulación de residuos o la fabricación de carbón activo sostenible. En otra fomentan el uso de materiales más sostenibles con el medioambiente en la elaboración de baterías o la posibilidad de explorar nuevas vías de eliminación de distintos contaminantes en aguas y gases.
Para lograrlo, han creado un demostrador integral. Este desarrolla todas las etapas anteriores de la cadena de valor del carbón activo sostenible energética y medioambientalmente.
Las tres posibilidades
La iniciativa de CircularCarbon se marca un triple objetivo. El primero al que se refieren es para fabricar carbón activo a partir de residuos. El segundo la producción de electrodos para batería a partir de carbón activo sostenible y el establecimiento de procesos de aplicación de carbón activo sostenible para filtrado de aguas y gases de procesos industriales.
El equipo investigador encargado de este proyecto destaca que el piloto cuenta con un sistema digital basado en tecnología industrial referente IIoT. Esta permite, entre otras cuestiones, caracterizar el impacto energético y medioambiental de los distintos procesos. Eso asegura la medida y control de la huella energética del proceso.
Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de finalización. Eso se traduce en que se hablado de la puesta en marcha del demostrador y su validación final. Con este, el proyecto busca abarcar toda la cadena de valor del carbón activo, desde su obtención hasta su empleo, siendo necesario con ello estudiar conjuntamente las características necesarias para las distintas aplicaciones con el fin de producir un carbón activo lo más similar posible a las necesidades de tratamiento medioambiental.
¿Qué hacer con carbón activo?
Si Operación UNCLE suena como :método para filtrar el agua, es acertado. Como indican, el campo de aplicación de los resultados de este proyecto es muy extenso. Precisamente por la multitud de aplicaciones recibida y que el carbón activo es un producto de alto valor añadido con multitud de aplicaciones.
Una de las más reseñables es su capacidad de filtrado. En el marco del proyecto se ha abarcado a través del dimensionamiento de un proceso de tratamiento de aguas y otro de gases en el propio demostrador. El fin de verificar la capacidad del carbón sostenible para filtrar y eliminar ciertos componentes típicamente presentes en estos fluidos en entornos industriales.
Mas allá de estos resultados, el carbón activo tiene potencial aplicación en multitud de sectores. En esa lista incluyen el campo médico, farmacéutico, de procesado de alimentos y bebidas o de aplicaciones de tratamiento, entre otros. El demostrador se enfoca, además, al aprovechamiento de residuos de proximidad, por lo que toda empresa o sector en que se generen residuos fruto de la actividad, como por ejemplo los restos de poda a los que en numerosas ocasiones no se le da ningún uso, podrían aprovechar el demostrador para estudiar nuevas maneras de reaprovechar esos residuos.
A ello se le unen otros sectores que puedan aprovecharse de los avances ya expuestos. Este es el caso del sector del almacenamiento energético. Actualmente afronta el reto del desarrollo de baterías de nueva generación para las que el empleo de carbón activo sostenible resulta de gran interés.