“Vívela surge de una necesidad propia de contribuir a que la industria actual del equipaje tome un rumbo más sostenible. Vimos que es un sector donde queda mucho por hacer”. Así define esta iniciativa del Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) una de sus promotoras, Davinia Pastor. Que junto a su compañera María José Ibarra consiguieron ser uno de los proyectos galardonados en la 9ª Maratón de Creación de Start-Ups UMH.
Desde finales del pasado mes de agosto, Vívela cuenta con sus dos primeros productos en el mercado. Una riñonera y una mochila creadas con plásticos reciclados. Dos artículos 100 % sostenibles, ya no solo por sus materiales de fabricación sino en todo el proceso de producción. “Para nosotras la transparencia es fundamental. En la web lo explicamos todo: desde que lo diseñamos hasta que llega el producto al consumidor. No serviría de nada defender un producto ecológico si luego todo lo demás no lo es”, recalca Pastor.
¿Y cómo llega un residuo plástico a transformarse en una mochila sostenible? “Trabajamos con una fundación de la India, Plastics for change. Este país es donde se genera más contaminación y residuos plásticos a nivel mundial. El material con el que creamos nuestros productos es conocido como ‘plástico con destino el océano’. Lo recogen de playas, ríos y zonas cercanas al mar. De esta manera evitamos que llegue al agua donde es más difícil recoger y el daño al ecosistema puede que ya esté hecho. Después lo llevan a una planta donde lo trituran para hacer hilo de poliéster. Y, por último, una empresa también local, donde nosotras mandamos el diseño, se encarga de la producción. El 80 % se hace a mano”.
Comercio justo
Desde Vívela consideran esta una cadena de suministro basada en el comercio justo y que tiene siempre como principal foco la sostenibilidad. “Los productos tienen muchas características buenas. Siendo la comodidad y la capacidad sus puntos fuertes. A la vez se nota que son de calidad. Que también es importante. No solo interesa el material sino que sea algo duradero. En nuestros diseños hemos intentando cuidar todo los detalles. Queremos transmitir que no son de usar y tirar. No son una moda pasajera”. Pastor explica que para la filosofía de este nuevo proyecto empresarial trabajar con Plastics for change es “fundamental”. Ya que, además, buscan poder crear medios de vida mejores y más seguros para las personas sin recursos. Y ponen el foco en el “empoderamiento femenino”. Ayudando a mujeres indias a tomar un papel activo en su economía.
Vívela nació a principios de 2020 centrada en el diseño y fabricación de equipajes sostenibles. Es decir, maletas de viaje. Pero al poco tiempo de empezar su aventura la crisis de la covid-19 “nos explotó de pleno en la cara”. “Obviamente todo el tema de los desplazamientos también se fue al traste. Por lo que hemos tenido que pivotar. Cuando comienzas algo así, no estando aún en el mercado, cuesta mucho que te hagan caso. Entonces hemos tenido que apostar por otro tipo de productos más accesibles y fáciles de producir para darnos a conocer”. Aunque el objetivo a medio plazo de las jóvenes emprendedoras sigue siendo llegar a conseguir dicho primer sueño. Para ello, ya cuentan con una patente para un soporte y tirador de maleta para sus productos.
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Maleta de bambú
“Nuestra primera intención fue probar con una resina ecológica pero no salió como esperábamos. Por lo que lo hemos descartado. Aunque lo que sí estamos haciendo es un prototipo con bambú en Madrid. Es uno de los diseños que tenemos en mente pero también tenemos otros para la maleta. Con otro tipo de materiales. Y también otros productos. Al final esto es ensayo y error. Llegas con un pensamiento y luego tienes que ir probando, cambiando, Al final de la idea inicial que tenías al resultado final es muy diferente. Pero todo sirve, todo suma. Tenemos que ir muy poco a poco hasta dar con la tecla”, añade Pastor.
Aunque la aceptación de las primeras semanas en el mercado de sus productos “ha sido muy buena”, desde Vívela son “plenamente” conscientes de las dificultades que se presentan a día de hoy en España. Un país donde apostar por este tipo de productos sostenibles es aún “complicado”. “Nosotras no vemos justo que este tipo de productos tengan precios elevados. Pero producir el material nos cuesta mucho. Es más caro que cualquier otro. A la gente le falta todavía concienciación. Pero tenemos la esperanza de que poco a poco todos vayamos mejorando. En España también se puede conseguir pero cuesta más que en otros lugares donde está más acostumbrados”. Por ello, Pastor anuncia encantada que próximamente podrán hacer envíos a diversos países europeos. Como son, entre otros, Alemania, Austria o Bélgica.