Gran parte del agua de las cloacas y de otros sistemas de desagüe va a parar a los ríos y a los mares del mundo sin haber sido tratadas en mayor o menor medida. Eso contribuye, en algunos casos más que en otros, a la contaminación de las costas y la degradación de los ecosistemas marinos. Además, algunos componentes y organismos que contienen las aguas residuales también pueden ser un peligro para la salud humana.
Hasta ahora no se había estudiado en profundidad el alcance de este problema y cuáles son los lugares del planeta que más contribuyen a ello. La respuesta la ha encontrado un equipo de la universidad norteamericana de Columbia. En su investigación, han analizado casi 135.000 vertidos de aguas residuales. Y ahí han calculado las cantidades de patógenos provenientes de la materia fecal y de nitrógeno que contienen.
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Los resultado de este estudio se recogen en un artículo en la revista PLOS One. Según explican, la mitad del nitrógeno proviene de solo 25 sitios y casi la mitad de patógenos también. Por si el problema no fuera lo bastante grave, algunos de estos lugares están en lo alto de la lista en ambos contaminantes. Disponer de esta información podría ayudar a mejorar los sistemas de tratamiento de aguas en las zonas más contaminadas y aliviar este problema en gran medida.
Uno de los descubrimientos más importantes es que, normalmente, los estudios de los impactos humanos en los ecosistemas costeros se han centrado en los residuos de la agricultura por la gran cantidad de nutrientes y patógenos que contienen. Sin embargo, las aguas residuales de los pueblos y ciudades han sido mucho menos estudiados, en parte porque sus elementos nocivos son invisibles: una playa aparentemente limpia puede estar llena de patógenos humanos.
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Los diversos sistemas de tratamiento de aguas, además, tienen ventajas distintas. Los de las depuradoras, mucho más caros, eliminan los patógenos, pero dejan pasar más nitrógeno. Mientras que los sistemas sépticos, más baratos, eliminan el nitrógeno, pero son menos eficientes con los patógenos. Así, saber qué es más importante filtrar en cada lugar puede ser muy útil para conseguir que las aguas lleguen más limpias a ríos y mar.
Esto es precisamente lo que hace este estudio, analizar los datos disponibles en todo el mundo. Y de ahí saber cuánto nitrógeno y patógenos hay que eliminar en cada lugar. A día de hoy, las aguas residuales urbanas que llegan al mar contienen un 40 % del nitrógeno que produce toda la industria agrícola mundial. Y llega al 58 % de los arrecifes de coral del mundo y al 88% de las praderas de algas. Estos dos son hábitats muy importantes por sus ecosistemas y, también, como puntos de almacenamiento de carbono.
De todos los puntos de vertido del mundo, la mitad apenas tenían ni nitrógeno ni patógenos. Sin embargo, hay 25 de los más de 135.000 analizados, que vierten el 46 % del nitrógeno que va a parar al mar y otros 25 son responsables del 51 % de los patógenos vertidos. El más importante es el Yang-tsé, en China (11%), seguido del Nilo (Egipto), Misisipi (Estados Unidos), Paraná (Argentina) y Danubio (Rumanía/Ucrania). Las proporciones diferentes entre uno y otro contaminante dependen, esencialmente, de los sistemas de tratamiento empleados. Aleix Salvans. Món Planeta