Frente a unos Gobiernos que no creen en la urgencia de actuar ya para frenar el cambio climático, el secretario general de la ONU ha mostrado sus frases más contundentes. Guterres en la COP26 ha asegurado que «estamos cavando nuestra propia tumba». ¿La culpa? La adicción a los combustibles fósiles que amenaza con llevar a la humanidad y al planeta hacia un precipicio, debido al calentamiento global insostenible.
Eso se ha podido ver con los datos que año a año hablan de los récords de temperaturas superados. Y a eso ha hecho referencia el representante de Naciones Unidas, «nuestra adicción a los combustibles fósiles está empujando a la humanidad hacia el abismo. Tenemos por delante una difícil decisión: o acabamos con ella o ella acaba con nosotros”, ha destacado.
Todos estos avisos van acompañados de las cinco líneas con las que creen que se puede cambiar ese panorama. Y Guterres en la COP26 ha tenido claro el mensaje con que arrancar, «basta». Así se ha dirigido a los líderes mundiales: “Basta de maltratar la biodiversidad. Basta de matarnos a nosotros mismos con el carbono. Basta de tratar la naturaleza como un retrete. Basta de quemas, perforaciones y minas cada vez más profundas”.
La severidad de ese mensaje va aparejado a la experiencia de la falta de cumplimiento de los compromisos de anteriores citas. “Y aunque las últimas promesas fueran claras y creíbles (existen dudas reales sobre algunas de ellas), seguiríamos dirigiéndonos hacia la catástrofe climática. Por lo tanto, en el momento en que abrimos esta conferencia tan esperada sobre el clima, seguimos abocados a la catástrofe climática”, ha subrayado.
Las peticiones
En esa línea pide que se mantenga el compromiso de no superar el aumento de los 1,5 ºC. Y para ello, Guterres en la COP26 ha dicho que si los compromisos se quedan cortos, los países deberán revisar sus planes y políticas climáticas nacionales, no cada cinco años, sino cada año.
Al cumplir todo esto, el secretario general recalca que se debe seguir protegiendo a las comunidades vulnerables. En la última década, casi 4 000 millones de personas fueron víctimas de desastres relacionados con el clima, y la devastación no hará más que aumentar, ha dicho Guterres. ¿De qué manera se puede conseguir? Con medidas de adaptación y sistemas de alerta temprana que funcionan; así como la agricultura y la infraestructura inteligentes, desde el punto de vista climático, salvan vidas y empleos.
La financiación
“Todos los donantes deben destinar a la adaptación la mitad de su financiación para el clima. Los bancos públicos y los bancos multilaterales de desarrollo deben empezar lo antes posible», ha afirmado. La reivindicación del dinero es una línea en la que han insistido este año en la ONU.
Y de nuevo lo ha hecho en esta inauguración, “Los que más sufren, a saber, los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, necesitan financiación de forma urgente. Más financiación pública para el clima. Más ayuda internacional para el desarrollo. Más subvenciones. Más facilidades para acceder a la financiación”, ha reclamado.
Las alianzas
Esas acciones serán necesarias porque según él nos estamos acercando rápidamente a puntos de inflexión que desencadenarán “bucles retroactivos de sobrecalentamiento global”. Y ante ello, la inversión en la economía neta cero, resiliente frente al clima, creará “bucles retroactivos, círculos virtuosos de crecimiento, empleo y oportunidades sostenibles”.
Si hay un espacio para la esperanza no está en los gobiernos, sino en la juventud. «La legión de la acción climática, encabezada por los jóvenes, es imparable. Son más. Se les oye más. Y les aseguro que no se van a marchar. Estoy con ellos», ha sostenido. “En nombre de esta generación y de las generaciones futuras, los insto: A que elijan la ambición. A que elijan la solidaridad. A que elijan la protección de nuestro futuro y el de la humanidad”, ha concluido Guterres.