Naciones Unidas critica la palabrería gubernamental sobre cambio climático y pide más acciones.

¿Será 2022 el año en que se deje atrás la palabrería sobre el cambio climático?

Naciones Unidas repasa los informes presentados en 2021 y cuestiona la actitud de los Gobiernos para afrontar la crisis medioambiental tras la COP26. De ahí que critique los mensajes huecos como palabrería y espere acciones para intervenir. Y la dureza del lenguaje que emplean está en consonancia con los peligros que anticipa. En 2021 se emitieron dos informes en los que se reflejaba el aumento de las temperaturas que ya se sufre y las previsiones al respecto.

No son los únicos documentos presentados sobre esta materia. En otro abordaron las concentraciones de gases de efecto invernadero, que están en niveles récord, y el peligroso sobrecalentamiento, con repercusiones preocupantes probablemente para las generaciones actuales y futuras.

Más eventos extremos

Entre esas consecuencias del cambio climático incluyen eventos climáticos extremos más frecuentes. De ahí que contrapongan a la palabreria para recoger la experiencia como prueba de ello los habido en los pasados doce meses. Los datos de la Organización Meteorológica Mundial muestran que, durante las últimas décadas, el aumento de los desastres naturales ha afectado de manera desproporcionada a los países más pobres. Y, el año pasado, contribuyó al aumento de la inseguridad alimentaria, la pobreza y los desplazamientos en África.

Ese enfoque lo destacan en este análisis por el movimiento que critica que los países que más sufren la crisis climática son también los menos responsables de su creación. De ahí que pidan la adaptación para reducir la vulnerabilidad de estos países aumentando su capacidad para absorber los impactos. Un informe clave de ONU Medio Ambiente (PNUMA) de noviembre señaló que incluso si los países cerraran el grifo de las emisiones hoy, los impactos climáticos permanecerían durante las próximas décadas.

Sin transición energética

¿En qué otro aspecto consideran que se aborda esta cuestión con palabrería? En la transición mundial hacia formas de energía más limpias y poner fin al uso de carbón, piden que esta se acelere. Y critican que, según los planes actuales, los gobiernos continuarán produciendo energía a partir de fuentes de combustibles fósiles. Eso, a pesar de los compromisos climáticos mejorados.

En un intento por cambiar esta trayectoria, la ONU sostuvo un Diálogo de Alto Nivel sobre Energía, el primero de este tipo en 40 años. Los gobiernos nacionales se comprometieron a proporcionar electricidad a más de 166 millones de personas en todo el mundo, y las empresas privadas se comprometieron a llegar a poco más de 200 millones.

La financiación prometida

Y ese dinero que no llega. Este es otro aspecto en que denuncian la palabrería. Existen innumerables soluciones para abordar la crisis climática, subrayan, sin embargo, todavía no está del todo claro de dónde vendrá el dinero para pagarlo todo. Hace más de una década, los países desarrollados se comprometieron a movilizar conjuntamente cien mil millones de dólares por año para 2020 en apoyo de la acción climática en los países en desarrollo. ¿Y dónde están esos fondos? Como apuntan, la cifra nunca se ha cumplido.

En lo que sí ven avances es en la parte privada. De ahí que valoren que el mundo empresarial parece estar despertando al hecho de que las inversiones climáticas tienen sentido económico. En la mayoría de los países, por ejemplo, la energía solar es ahora más barata que la construcción de nuevas centrales eléctricas de carbón, y las inversiones en energía limpia podrían crear 18 millones de puestos de trabajo para 2030.

El compromiso privado

En octubre, 30 directores ejecutivos y líderes empresariales senior de las principales empresas, con un valor colectivo de unos 16 billones de dólares, asistieron a una reunión de la Alianza de Inversores Globales para el Desarrollo Sostenible (GISD), para desarrollar pautas y productos que alineen el ecosistema de finanzas e inversión existente, con el Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El enfado de la ONU hecho público mediante este análisis tiene un punto de inflexión reciente, la COP26. De esta cita esperaban compromisos concretos que sirvieran para frenar los diversos problemas globales del cambio climático. A pesar de los avances hechos, señalan la financiación como problema pendiente. Si unos 77 países, incluidos 46 países como Polonia, Vietnam y Chile, asumieron compromisos para acabar con el carbón por primera vez. Y los mayores financiadores de carbón (China, Japón y República de Corea) no se unieron.

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Seguir adelante

Pese a todos estos problemas, desde Naciones Unidas valoran los avances hechos. El presidente de la COP26, Alok Sharma, se conmovió hasta las lágrimas por las tensas negociaciones cuando una intervención aparentemente de último minuto de la India ajustó la redacción relacionada con los combustibles fósiles, lo que enfureció a algunos países. A pesar de ello, subrayan que por primera vez en una COP, se incluyeran esas dos palabras –combustibles fósiles–. Y, sobre todo, que las naciones del mundo acordaron «eliminarlos gradualmente».

Del compromiso al adiós a la palabrería, las palabras de António Guterres, secretario general de la ONU, reconocen esta decepción en el público. “Pero el camino del progreso no siempre es en línea recta”, recuerda. “A veces hay desvíos. A veces hay zanjas. Pero sé que podemos llegar allí. Estamos en la lucha de nuestras vidas, y esta lucha debe ganarse. No rendirse nunca. Nunca te retires. Sigue empujando hacia adelante”.

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