Las estaciones depuradoras extran lodos de las aguas que luego se reciclan.

La fábrica circular, el pionero sistema internacional que convierte los lodos depurados en energía

El décimo aniversario del trabajo conjunto de Cemex, Aguas de Alicante con Epsar es un referente de la economía circular. Y lo consigue a través de las grandes cifras que han ido alcanzando en estos años. La más destacada de ellas es que se han tratado trescientas mil toneladas procedentes de las aguas residuales tratadas en depuradoras alicantina para convertirlas en combustible que alimenta la factoría de cemento. Eso, valoran sus responsables, afianza su posición de referente en Europa por su reducción de la huella de carbono que los lodos dejan en el medio.

¿De dónde surgen estos lodos? Estos son el producto que resulta de extraer y concentrar la contaminación orgánica de las aguas residuales durante el tratamiento de depuración. Con este proceso, Aguas de Alicante da una segunda vida al agua para su reutilización o para su vuelta al medio en las mejores condiciones.

Y eso es posible gracias al valor que se les da a los lodos secos como combustible en el horno cementero. La factoría ubicada a las afueras de Alicante los reutiliza como combustible de sustitución en el proceso cementero. Con eso ganan dos objetivos. Uno es la propia transformación, por otro que se consigue que estos residuos no terminen en el vertedero y con ello que se emitan ciento veinte mil toneladas de CO2 a la atmósfera.

¿Cómo lo tratan?

La instalación, que se ubica junto a la fábrica de cemento de Cemex en Alicante, cuenta con dos túneles térmicos donde seca el lodo. Es al secarlo cuando se convierte en un combustible apto para generar la energía del proceso de fabricación de cemento. Todo ello, remarcan, sin consumir ningún tipo de energía calórica más que la que desprende el horno en su propio proceso de fabricación.

El aniversario de la banda arranca sin complejos.
El aniversario de la banda arranca sin complejos.

Javier Díez, director general de Aguas de Alicante, destaca que “la planta de secado térmico es un proyecto avanzado e innovador y ejemplo de gestión avanzada en el ciclo integral del agua. Su funcionamiento supone una alternativa sostenible y transformadora de la gestión de residuos, ya que convierte los lodos en un recurso energético. Eso contribuye a la disminución de la huella de carbono tanto en el proceso de tratamiento de las aguas residuales como en la fabricación de cemento».

La planta de secado ocupa una superficie de 1.500 metros cuadrados y su puesta en marcha supuso una inversión de 12,5 millones de euros. Su funcionamiento permite condensar una media de 12 metros cúbicos por hora de agua procedente de los lodos y cuenta con medidas correctoras para evitar la propagación de olores.

Cambiar para el desarrollo

La planta de secado es el destino preferente de los lodos generados en las depuradoras de Alicante, EDAR Rincón de León y EDAR Monte Orgegia, gestionadas por Aguas de Alicante; además recibe lodos de otras depuradoras de la provincia como son Campello, Benidorm, Torrevieja, Orihuela, Ibi y otras. Del total de lodos que se producen en estas depuradoras, más del 60% se deriva a la planta de secado de lodos. Eso permite un tratamiento final distinto a la aplicación agrícola o el depósito en vertedero. Y así cerrar el círculo de este residuo convirtiéndolo en energía.

Según apunta Díez, “para Aguas de Alicante y, de acuerdo con su compromiso con los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible, es prioritario aportar soluciones que reduzcan la huella medioambiental del ciclo integral del agua, donde se incluyen los lodos de depuración. Por ello, a través de la gestión de las instalaciones de secado térmico contribuimos activamente tanto desde el punto de vista social, como ambiental y tecnológico, a la transformación necesaria para lograr un cambio de paradigma en el desarrollo de nuestra actividad.”

Referente internacional

Por todo ello, la planta de secado de lodos se ha convertido en un hito de sostenibilidad y un referente tecnológico a nivel nacional e internacional. «La instalación cierra el círculo de los residuos que generan las aguas procedentes del consumo humano», señala Óscar Nasarre, director de la fábrica de Cemex en Alicante. Ahí ha valorado el permitir «utilizar como combustible una parte de lodos generados en la provincia de Alicante, y, además, sin coste de energía calórica adicional” .

“Con este proceso hemos evitado en fábrica el consumo de 35.000 toneladas de combustibles fósiles (coque), al tiempo que reducimos las emisiones de CO2 y nos permite colaborar con la sociedad alicantina, gestionando un residuo que se genera en el tratamiento de las aguas residuales de la provincia”, ha añadido. En estos 10 años los lodos secos han supuesto de media alrededor del 4,5% del total de combustibles utilizados en la fábrica. Así, según ha detallado Nasarre, “el consumo de lodos en el horno cementero junto a otros combustibles alternativos – la mayoría de ellos biomasa y derivados de residuos tratados y procesados para este uso – han evitado unas 800.000 toneladas de emisiones en CO2 a la atmósfera en los últimos diez años”.

En la actualidad en la planta de Alicante más de la mitad de los combustibles son alternativos, lo que contribuye a evitar gran parte de las emisiones que producen los combustibles fósiles, así como a alcanzar el objetivo de Acción Climática Cemex, que tiene como fin reducir un 55% las emisiones de CO2 para 2030 y la descarbonización de las operaciones de cemento, buscando lograr ofrecer hormigón con cero emisiones netas de CO2 para 2050. Cemex cumple así con su objetivo medioambiental prioritario: reduciendo las emisiones de CO2 utilizando los combustibles alternativos permitidos en el marco de su Autorización Ambiental Integrada.

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