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'Good Vibes' analiza la relación entre plantas e insectos polinizadores.

Good Vibes escucha el ritmo de las plantas y atrae a los insectos

El diálogo entre el mundo vegetal y los polinizadores que a él se acerca pasa a un modo de escucha activa.  Ese es el plan que apoya el programa Human Frontier en un grupo de investigadores internacionales. Italia, Australia y España, a través de la Universitat de València, impulsan el proyecto Good Vibes. Su objetivo es “diseccionar los mecanismos moleculares y fisiológicos de las respuestas de las plantas a las distintas señales vibroacústicas (VA) emitidas por los insectos que se les acercan». Y para ello utilizan un modelo, la planta conocida como boca de dragón, o Antirrhinum.

Dado que los visitantes de las flores de Antirrhinum tienen una eficacia desigual como polinizadores y emiten señales vibroacústicas características, se supone que las plantas son capaces de reconocer a los polinizadores eficaces detectando sus VA específicas. El personal científico que participa en este proyecto también postula que las respuestas de las VA que se producen en la boca de dragón afectan al comportamiento de los polinizadores. Eso incluye efectos en la transferencia de polen y, en consecuencia, en la aptitud reproductiva de la planta.

¿Cómo reaccionan las plantas a las vibroacústicas emitidas por los insectos que visitan las flores? ¿Han evolucionado las plantas hacia diferentes formas de flores y propiedades materiales para mejorar la propagación de las señales VA? ¿Por qué ha evolucionado la comunicación VA en las plantas?

El lenguaje de las flores

El personal científico que participa en el proyecto Good Vibes también postula que las respuestas de las VA que se producen en la boca de dragón afectan al comportamiento de los polinizadores. Entre esos efectos están en la transferencia de polen y, en consecuencia, en la aptitud reproductiva de la planta.

Desde Valencia, el equipo liderado por Tomás Matus caracterizará los mecanismos moleculares y fisiológicos de las respuestas de las plantas a los distintos VA emitidos por los visitantes de las flores. Así, evaluará las diferencias en la sensibilidad de las plantas, los umbrales de percepción y la detección de rangos de frecuencia o componentes temporales. Los genes relacionados con la forma de las flores y los receptores de detección/transducción de señales se editarán luego mediante CRISPR-Cas. Una vez hecho, se pondrán a prueba para analizar los procesos de detección de las VA. Eso permitirá comprobar las características estructurales que han evolucionado potencialmente para mejorar la transmisión de las VA en las plantas.

Este proyecto, destacan sus responsables, pretende ir más allá de las fronteras del conocimiento al abordar la compleja dinámica de los sistemas planta-polinizador desde un ángulo totalmente nuevo. Según Tomás Matus: “Nos esforzamos por revolucionar nuestra comprensión de cómo las plantas interactúan con su entorno a través de una comunicación finamente ajustada”.

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