La presentación del segundo número del Dinapsis Digital Paper dedicado a la Ciudad e Innovación destaca la importancia de la colaboración público privada. Un factor fundamental para Esteve Almirall, el experto internacional en tecnologías de la información que se ha encargado de este monográfico. En el Museo de Aguas de Alicante ha subrayado una idea: «La Administración tiene que generar esos espacios de innovación».
Y en los innumerables ejemplos que ha desgranado como avance de lo que se puede encontrar en esta edición hay un factor común. La innovación se incentiva desde lo público y crece desde lo privado, ha reiterado. Y para ello plantea las opciones que puede elegir la Administración en relación con la sociedad, convertirse en proveedores de servicios o ser orquestadores de sistemas.
La diferencia entre ambos está tanto en los resultados como en el camino para llegar a ellos. Si se escoge lo primero, Almirall alerta de que se ha de ser consciente de que «es un juego de suma cero, si no hay dinero, no hay recursos». Mientras que con el segundo, «el dinero lo ponen los grupos que están ahí» y el crecimiento no viene solamente dado por los recursos monetarios.
A través de este número ha repasado los beneficios que la innovación abierta aporta a la ciudad. Una labor en la que ha recalcado precisamente la importancia de sus gestores de poner las facilidades para que los emprendedores creen. Ahí ha señalado los ejemplos de ciudades como Boston, Nueva York, París o Barcelona en el fomento de estas ideas.
La apertura de datos públicos en Boston condujo en 2008, en una iniciativa pionera, a un extraordinario crecimiento de aplicaciones. Con muy bajo coste, ha recalcado, se abrieron diferentes posibilidades de utilidad para el ciudadano, como iLiveAt o Are you Safe?
Colaborar, colaborar y colaborar
Los diferentes casos de Esteve Almirall coincidían una y otra vez en la importancia de colaborar. «Los laboratorios de datos de las Administraciones no suelen funcionar, mientras que los de las universidades, sí», ha afirmado. En Finlandia intentaron en 2016 lanzar un servicio municipal que funcionara como Uber. «Pero no funcionó. Lo que sí se vio es que mejoró la conciencia de la ciudad y se probará a volver a hacerlo sin conductor. Que es una tendencia a la que nos veremos abocados».
La mejora de la movilidad urbana, ya sea por la sostenibilidad, transformar el paisaje o salvar vidas, es una de las áreas en la que más ejemplos ha incluido. Uno de ellos ha recordado era que en San Francisco crearon un mapa de los lugares con más accidentes de tráfico para así intervenir en esos puntos y evitarlos.
Y la importancia de la ciudad en la innovación tiene ahora su momento clave. Para el coordinador del Dinapsis Digital Paper una de las cosas que ha probado la rápida digitalización y que se ha comprobado con la pandemia es que «la innovación ha vuelto a las ciudades». La clave de ello, ha continuado, es que «la innovación es digital, ya no necesitas los espacios que ofrecían en Silicon Valley. Por eso está volviendo a las ciudades con espacios de cotrabajo».
Que esos espacios existan en las ciudades es una responsabilidad de la Administración. Ahí ha puesto el ejemplo a seguir de la Station F en París como iniciativas que aplican el ideario de que «si la ciencia es global, la innovación es local». Y para que esta segunda parte sea posible, «tienes que tener un ecosistema que absorba eso». Y ahí la administración local puede intervenir de forma decisiva. «Si no tenemos ese ecosistema, esa ciencia creada desde lo público la aprovecharán otros. Por eso hay que generar ese espacio. Y hay que entender que la Administración tiene que generar esos espacios».