Siempre encontraremos los castillos en un enclave privilegiado para disfrutar del paisaje, nos aportarán una experiencia cultural única y nos invitarán a sumergirnos en la memoria de pueblos. Reyes visigodos, como Tudmir, míticos caudillos árabes, como Al Azraq, y monarcas de la cristiandad tan señalados como Jaume I o Alfonso X El Sabio aguardan, tras los muros de piedra o tapial.
Mucho había que defender, ahora que visitar. Un viaje a través del tiempo, donde la arquitectura medieval y los parajes naturales más imponentes crean la estampa perfecta. La provincia de Alicante tiene cinco rutas de castillos, porque era muy complicado aglutinarlos en una sola. Desde la costa hasta las montañas del interior, paseos en los que confluyen historia, patrimonio y naturaleza.
Cada fortaleza nos abre la puerta para adentrarnos en sorprendentes espacios naturales y practicar actividades complementarias como el senderismo.
Ruta 1. Castillos del Vinalopó
Monumentales y dominadores en un horizonte extenso y diáfano. Así son buena parte de los castillos que jalonan el Valle del Vinalopó. Unas treinta fortalezas. El de Villena, el castillo más grande de la zona.
Como el Castillo del Río, en Aspe. Se trata de una fortaleza semiderruida de origen árabe, construida en el siglo XII sobre un montículo situado cerca de la confluencia del río Tarafa con el Vinalopó.
También destaca el castillo de Biar, Banyeres de Mariola, Elda o Sax. En el Castell de Castalla descubrimos una de las principales, y mejor conservadas, fortificaciones de la provincia de Alicante; que a su vez forma parte del Conjunt Patrimonial del Castell de Castalla. Desde su Torre Grossa se contemplan espectaculares vistas de la Foia de Castalla y las sierras que la envuelven.
En un enclave también privilegiado y de gran valor ecológico, encontramos La Torre del Tamarit, conocida también por Torre de la Albufera o Torre de las Salinas, es de planta cuadrada y está situada entre la Torre del Pinet y el Castillo-Fortaleza de Santa Pola. Al estar un poco alejada de la costa su función principal no era la de vigilar el litoral marítimo, sino el permitir la comunicación con las torres del campo de Elche y vigilar las salinas.
Ruta 2. Castillos de la llave del Reino
Estas fortalezas las encontramos en parajes de la ciudad de Alicante, Tabarca, Mutxamel, Busot, El Campello y Aigües.
En esta ruta recorremos la huerta alicantina a través de las once fortificaciones: el castillo De Santa Barbara, fuerte De San Fernando, Torre de Mutxamel, el castillo de Busot, la torre de la Illeta (El Campello) y la torre de Aigües.
En plena ciudad, el Castillo De Santa Barbara se encuentra en el monte Benacantil, el pulmón de Alicante por su enorme pinada.
La torre de Aigües también en un espacio privilegiado. Porque lo mejor de esta fortaleza es sin duda el hecho de que está en lo alto de un cerro; desde el que se puede ver la costa mediterranea allá a lo lejos. La torre se alza en lo alto y no tiene nada delante, ni otros cerros ni montes más bajos, que le tape la hermosa vista de la Costa Blanca.
Ruta 3. Castillos de Tudmir
Orihuela es el epicentro de este gran paseo. Además, tampoco podemos perdernos el Castillo de Ayala, en Cox; los castillos de Callosa y Guardamar del Segura, la Torre del Moro o la Torre de la Mata, en Torrevieja, y la Torre de la Horadada, en Pilar de la Horadada.
Emplazado en lo alto de la Sierra de Callosa, en una cumbre rocosa de unos doscientos metros de altitud, justo por la parte posterior del actual santuario de San Roque, encontramos las ruinas del castillo de época Califal, del año 961.
Ruta 4. Castillos de la Montaña
Una ruta para amantes del senderismo. Este gran paseo atraviesa los parques naturales de la Montaña de Alicante, Sierra de Mariola y El Carrascar de la Font Roja.
El castillo de Perputxent está ubicado en un paraje natural de gran valor. Dominando todo el valle se encuentra esta fortaleza situada a un kilómetro antes de llegar a l’Orxa, es de origen musulmán y su fecha de construcción data de finales del siglo XII e inicios del XIII. El Castillo está ubicado sobre una enorme roca de forma singular junto a la Sierra de la Solana. La cima más alta de la fortaleza llega a los 380 metros y desde ella se puede ver el valle de Perputxent y una parte del río Serpis.
En Alcoy, el castillo de Barxell, el de Agres, de Planes o de Jijona, son fortalezas de visita obligada en esta ruta.
Ruta 5. Castillos de la frontera del miedo
El miedo a los corsarios y le necesidad de dotar al litoral de enclaves que fijaran población y evitaran una hipotética invasión constituyen el germen fundacional de algunas de las localidades más emblemáticas de la costa mediterránea. Villajoyosa, Benidorm, Altea, Calp, Xàbia o Dénia nacieron como “poblas novas”, fundadas por los monarcas cristianos para aglutinar la vida, colonizar un territorio semivirgen y construir una frontera marítima jalonada por torres defensivas y fuertes.
En esta ruta encontraremos las fortalezas más espectaculares situadas en montañas y junto al mar mediterráneo.
Entre otros, destacan el castillo de Guadalest, el de Polop, el de Denia o el de Castells de Castells, todos en unos enclaves naturales de gran valor paisajístico.
Todas estas rutas nos ofrecen la oportunidad de conocer espacios de gran valor histórico, cultural y paisajístico. Además, en cada una de ellas se puede aprovechar la visita para degustar la gastronomía y productos típicos de cada zona. Como, por ejemplo, la gamba roja de Denia, los nísperos de Callosa, las cerezas de la Vall de L`Aguar o la Vall d`Ebo, o el arroz con conejo y caracoles del Vinalopó, entre otros.