Un paisaje impresionante con mucha historia, un auténtico oasis es lo que nos podemos encontrar en la comarca del Bajo Segura, en el municipio costero de Guardamar del Segura (Alicante). Allí se halla un espacio sorprendente, un bosque litoral resultado de un ambicioso proyecto de reforestación. El conjunto destaca por la belleza de su estampa de dunas fósiles y móviles.
Las Dunas y Pinada de Guardamar del Segura están declaradas Lugar de Interés Comunitario (LIC). Es uno de los parajes naturales más preciosos de la Costa Blanca. Las dunas están formadas a partir de las arenas aportadas por el mar, formando un cordón dunar que cubre todo el frente litoral del municipio, de norte a sur. Constituyen un espacio de gran atractivo donde podrás dar un paseo al lado del mar rodeado de naturaleza.
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Este espacio forestal, a orillas del Mediterráneo, tiene 800 hectáreas de extensión. En su origen fue un conjunto de dunas de arena móviles, que fueron fijadas a través de la plantación de diversas especies vegetales como pinos, palmeras, cipreses y eucaliptos.
¿Qué son las dunas litorales?
Pues son acumulaciones de arena arrastrada por las brisas marinas y los temporales de Levante desde las playas inmediatas. Estas, a su vez, no son otra cosa que depósitos de arena de origen continental que los ríos han arrojado al mar (Ebro y Ródano principalmente en este caso).
Las dunas son más frecuentes y grandes cuanto más seco es el clima . En el caso de Guardamar, con sólo 250 mm de lluvia al año, está clasificado como árido. Se trata pues de formaciones dinámicas, en proceso constante de transformación, que avanzan desde la playa hacia el interior sepultando cuanto encuentran a su paso: campos de cultivo, edificios o pueblos enteros.
Las más alejadas de las playas, a las que no llega la fuerza del viento, pueden devenir en dunas fósiles, esto es, con la arena firme y endurecida hasta convertirse en roca arenisca. Sobre una de ellas están las ruinas del castillo medieval y en su ladera septentrional estaba situada la vieja Guardamar.
Las dunas móviles, las que están más cerca del mar y se ven sometidas a los temporales de viento, cubren un amplio espacio litoral que se extiende desde el sur de las Salinas de Santa Pola hasta el cabo de Cervera (dunas de La Mata).
Defensa y Repoblación de las Dunas
El 2 de diciembre de 1897 fue aprobado por Real Orden el Proyecto de Defensa y Repoblación de las Dunas de Guardamar. De esta forma se pone la primera piedra en un proceso innovador para la época y con unos excelentes resultados para la población de Guardamar, que vio desaparecer el riesgo que representaba el avance dunar.
La intensa deforestación que tuvo lugar en la cuenca del Segura unida a los procesos erosivos del río sobre la cuenca desprotegida provocaron un aumento considerable de los sedimentos. Posteriormente, eran redistribuidos a lo largo de la costa por la acción del mar. La fuerza del viento ponía la guinda a este amargo pastel, movilizando dichos sedimentos hacia el interior.
Así, las dunas avanzaban a un ritmo de entre 2 y 8 metros por año. Para fijar estas dunas, se procedió a una repoblación forestal dirigida por el ingeniero de montes Francisco Mira y Botella. La repoblación, que se inició en el año 1900 y finalizó en la década de los 30, ha dado lugar a la actual masa forestal consolidada junto al mar, conocida como “la pinada”. En ella se conserva un vivero y diversas edificaciones forestales de la época.
Los más de 600.000 árboles que fueron plantados a lo largo de cuatro décadas crearon un entorno paisajístico de extraordinario atractivo ecológico, turístico y cultural.
Fiesta del Árbol
Uno de los legados del proceso de la repoblación forestal es la Fiesta del Árbol, en la que se realizan plantaciones en la pinada.
La primera celebración de la Fiesta del Árbol en Guardamar fue en 1904. Consistió en un acto abierto a todo el pueblo, pero centrado en los niños. Éstos ‒acompañados por los maestros de la escuela‒ plantaban árboles y cantaban himnos.
En la actualidad, esta fiesta se sigue celebrando en Guardamar el 31 de enero de cada año, sin perder el espíritu pedagógico con el que se concibió.
Secretos arqueológicos en la arena
Las Dunas de Guardamar albergan dos importantes yacimientos arqueológicos: la ciudad portuaria fenicia de La Fonteta (s. VIII–VI a. C.) y la Rábita Califal (s. X–XI d. C.), uno de los conjuntos históricos y religiosos más importante del Islam en España.
Separados por casi dos mil años de antigüedad y una espesa capa de arena, la relevancia cultural, histórica y monumental de ambos los sitúa entre las ruinas más importantes en su género, no solo de la península ibérica, sino también de todo el Mediterráneo occidental.
Dunas y mucho más
Sol, playa, historia, buena gastronomía, pasear por un espacio natural espectacular… Pero, si vas Guardamar, no puedes dejar de visitar su Lonja Pesquera situada en el puerto marítimo. Allí, se puede adquirir pescado fresco en la subasta que realizan de lunes a viernes a las 10 de la mañana y que se encuentra abierta al consumidor final.
Todos los pescados de la lonja se encuentran en la mayoría de las cartas de los restaurantes de la zona. Arroces, a la marinera, a banda, huertano o platos tradicionales como el caldero serán el broche de oro de la ruta