La compañía espacial ilicitana pionera en la reutilización de aeronaves propulsadas con combustible renovable ha creado el primer micro lanzador made in Spain de la historia, el Miura 1. Guillermo Martínez, líder del área de procesos de PLD Space, analiza la importancia de este hito.
El primer cohete privado a nivel español y europeo servirá de prueba para su hermano mayor, el orbital Miura 5. Con esta aeronave la compañía comenzará a ofrecer un servicio comercial a partir de 2025 para aquellas empresas que quieran colocar satélites en la órbita terrestre.
Tras dos intentos de lanzamiento del Miura 1 fallidos, por fuertes vientos y por problemas en el encendido del motor, respectivamente, la firma nacida en Elche tratará de hacer que el micro lanzador despegue en próximas fechas.
Uno de los mayores avances de PLD Space tiene que ver con la sostenibilidad. La empresa ilicitana utiliza combustibles renovables creados a partir de materias primas recicladas y renovables para alimentar sus cohetes con los que, según la compañía, “reducir la huella de carbono en un 90% o llegar incluso a que sea negativa”.
Desde PLD Space también aseguran que son “la primera empresa en Europa que apuesta por la recuperación de sus vehículos de lanzamiento como prueba de su compromiso por el medio ambiente”. Este plan de reutilización, basado en un sistema de aerofrenos y paracaídas, evitará la contaminación directa de los residuos de la aeronave y la derivada de la extracción de los metales pesados necesarios para crear la electrónica que hay detrás de un artefacto de estas características.
¿Cuál es la importancia de este lanzamiento para el sector aeroespacial en España y en Europa?
Sería el primer lanzamiento orbital desde Europa, y yo creo que a nivel español es la hostia. Porque conseguir todo el desarrollo de llegar hasta aquí es muy importante. Nuestra competencia va directamente a hacer el cohete grande, lo que sería nuestro Miura 5, que es en el siguiente que estamos trabajando.
El problema que tiene hacer directamente el grande es que los errores que cometes, cuando te equivocas, porque te equivocas, son también mucho más grandes. Y eso tiene costes económicos muy diversos.
Lo bueno que tiene este pequeño lanzador es que contiene el 90% de las tecnologías que vamos a utilizar en el Miura 5. Hemos hecho un cohete suborbital tipo Ferrari, porque tiene toda la tecnología necesaria como si fuera un cohete orbital.
¿Qué probabilidad de éxito tiene la misión del Miura 1?
No lo sé, pero habría que valorar cuál es el éxito. Realmente, lo que hemos conseguido ya es un éxito, porque hemos conseguido desarrollar un lanzador, un lanzamiento y un motor de cero.
Hay tanta cantidad de subsistemas dentro de lo que es el lanzador que pueden fallar. Con que el cohete suba 100 metros, yo estaría contentísimo y lo consideraría un éxito.
¿Es el cohete creado 100% por PLD Space?
Sí, en general. La punta del cohete sí que se la encargamos a una empresa externa. Y la biónica sigue siendo desarrollada por una compañía española. No hemos hecho la válvula ni actuadores hidráulicos, pero lo que es el desarrollo entero, salvo lo que es la punta del cohete, y la biónica, lo demás lo hemos hecho nosotros.
¿A qué tipo de empresas irá dirigido este servicio?
A cualquier empresa que quiera poner un satélite en órbita, ya sea para tipo gubernamental, ya sea para una constelación… Vale para tantas cosas, para telecomunicaciones, para control de cosecha, para temas militares, de vigilancia…
¿En qué fase se encuentra el Miura 5?
Tenemos todas las tecnologías de base desarrolladas, tenemos un modelo preliminar y estamos pensando en desarrollar los detalles e industrializarlo directamente. Estamos comenzando a cortar las primeras chapas y la primera parte del motor para probar todos los subsistemas.
¿Cuánto podría valer poner un satélite en órbita con el Miura 5?
Depende de la carga, está entre 15.000 y 16.000 euros por kilo, más o menos. Y el lanzamiento cuesta entre nueve y diez millones de euros.
¿Cómo les ha apoyado la ciudad de Elche?
En Elche siempre ha habido cierto apoyo, aunque al principio cuesta. Cuando yo entré trabajábamos en boxes que la Universidad Miguel Hernández (UMH) prepara para hacer microempresas de prueba. Esa era la oficina, diez tíos ahí metidos con computadoras, y ahí arrancamos. Nos ayudaron también a mover las naves que teníamos en ese momento. Hemos tenido bastante apoyo.
Creo que ha sido una relación bidireccional, hemos aportado valor a nivel local, provincial y nacional con la capacidad de poner un lanzador en el espacio con todo lo que eso significa estratégicamente. Nos viene bien a nosotros como compañía y genera puestos de trabajo, un tejido industrial más potente y la gente de alrededor se ve beneficiada.
Como startup , ¿en qué medida influirá el resultado del lanzamiento en los inversores y clientes potenciales?
Definirlo como startup se me queda un poco corto. Ahora mismo somos 125 personas en plantilla y estamos intentando ser 200 a finales de año y camino casi a las 300 antes de 2025.
Si que es una empresa que se define normalmente en el mundo financiero como pre-revenue, es decir, que ahora mismo no facturamos aún por nuestros servicios, porque no hemos lanzado y no estamos cobrando. Dependemos 100% de la inversión de capital de gente privada.
El hecho de que salga bien facilitaría cerrar las rondas de inversión y, si saliera mal, va a costar un poco más. Independientemente de eso, tenemos una segunda unidad del Miura 1 para volver a intentarlo. Es como la vida, cuanto más azúcar, más dulce.