El uso y abuso de materias primas, la cantidad de energía que se utilizar, así como agua, para fabricar determinados productos y los efectos que todo ello conlleva para el medio ambiente es la principal preocupación de la sociedad desde hace años. Por ello, muchas investigaciones van encaminadas a lograr la economía circular y la búsqueda de la reducción de los gases de efecto invernadero. La industria cementera es una de ellas. Por ello, ahora se trabaja en el co-procesamiento del cemento como una solución sostenible y circular.
El co-procesamiento del cemento, solución sostenible y circular
En este sentido, el EBI (Instituto Europeo de Bioinformática) junto con otras seis asociaciones industriales trabajan para lograr aumentar la circularidad de los composites. De hecho, en una declaración conjunta destacan la importancia que el co-procesamiento del cemento puede desempeñar en el tratamiento de los composites al final de su vida útil.
De hecho, el cemento, así como el petróleo o el acero, es uno de los productos básicos para el crecimiento de las economías gracias a su versatilidad como material constructivo. Sin ir más lejos, cabe señalar que el cemento es el componente principal del hormigón, el material más utilizado en todo el Planeta.
La contrapartida de este material es su gran consumo de recursos energéticos, así como materias primas. Para su producción se necesita calentar a muy altas temperaturas la mezcla de piedra caliza, arcilla y baixita. Este proceso proporciona la descomposición del carbonato de calcio en óxido de calcio, lo que provoca altas emisiones de CO2. Por lo que, la industria cementera, es responsable a nivel global de aproximadamente el 12 al 15 % del uso total de energía industrial; del 5-7 % de todas las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono; y alrededor del 3 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
La mejor opción: co-procesamiento del cemento
Es por ello, que los expertos señalan el co-procesamiento como la mejor manera de recuperar energía y materiales, además de ofrecer una solución segura y saludable tanto para la sociedad como para el medioambiente. Entre estas acciones está el co-procesamiento de los combustibles alternativos como reducción del uso de los fósiles y de las emisiones. Además, esto no supone ninguna merma en la calidad del producto final, con lo que todo son ventajas.
Pero, ¿qué es el co-procesamiento?
Es un proceso que consiste en ingresar al horno cementero desechos previamente acondicionados que sirvan como energía térmica o materia prima en la producción. Es decir, desechos eliminados de forma eficiente sin generar nuevos residuos, cenizas o emisiones diferentes a las ocasionadas durante el proceso original. Esto es posible porque todo el material involucrado se convierte en energía o se incorpora al clínker de manera permanente e irreversible, manteniendo las garantías ambientales y de calidad del producto. La industria del cemento ha sido pionera mundial en poner en marcha programas de co-procesamiento de residuos.
Cabe destacar que al año en el mundo se co-procesan más de diez millones de toneladas de residuos y desechos. Esta práctica ya se lleva a cabo desde hace más de treinta años en países como Japón, Estados Unidos, Canadá y diversos miembros de la Unión Europea. Actualmente, la industria cementera en Alemania, Bélgica, Austria y Suiza sustituyen más del 40% de sus combustibles por residuos acondicionados especialmente para estos efectos. En el caso de Holanda, esta sustitución es de más de un 80%.
Fomentar el crecimiento de la industria y su futuro circular
Por todos estos beneficios, la Comisión Europea y las autoridades deberían reconocer el co-procesamiento del cemento como un proceso de reciclaje, así como facilitar la ampliación del co-procesamiento con un marco normativo de la UE más favorable. Todo ello para contribuir al crecimiento de la industria y garantiza un futuro circular tanto para el sector del cemento como para el de los materiales compuestos.
España cuenta con un sector a la cabeza de Europa
De la misma manera que en el resto del continente, desde hace 30 años, el sector cementero español está implementando medidas para lograr su completa modernización y adaptación a las necesidades actuales. De hecho, las fábricas españolas están a la cabeza de Europa en eficiencia energética, incluso se encuentran entre las más eficientes del mundo.
Cabe señalar que, aproximadamente, un 60% de las emisiones de CO2 de fabricación no proceden de la combustión, sino que se originan en el proceso de descarbonatación de la caliza, necesario para obtener el clínker, que luego es molido finamente para dar lugar al cemento.
En dicho proceso, las cementeras pueden aprovechar residuos minerales generados por otras industrias para sustituir la utilización de materias primas naturales. Ejemplo de ello son las cenizas, las escorias, los residuos de construcción y demolición o los lodos producidos en el proceso de fabricación de papel o azúcar. Con ello, también se evitaría parte de las emisiones del proceso, ya que estos materiales recuperados contienen óxido de calcio y no es necesaria la descarbonatación del mismo. Además, se reduce el contenido de clínker por tonelada.