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Alberto del Villar

Alberto del Villar: «La seguridad hídrica es un desafío que requiere acciones coordinadas y una gestión integral del agua»

Alberto del Villar es profesor en el Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de Alcalá. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales (UNED), Máster en Hacienda Pública y Tributación (IEF) y Doctor en Ciencias Económicas (Universidad de Alcalá).

Su actividad investigadora se ha centrado en el análisis del mecanismo de precios, tarificación y costes de los servicios del agua, que han derivado en participar en múltiples proyectos y contratos de investigación, tanto como colaborador como investigador principal. En el V Congreso Nacional del Agua 2023, que se celebrará en la localidad de Cox los días 14 y 15 de septiembre, hablará sobre ‘La desalación en la estrategia de seguridad hídrica. Implicaciones económicas y ambientales’.

Alberto del Villar: «La seguridad hídrica es un desafío»

La creciente demanda de agua a nivel global y, como consecuencia, la fiabilidad de suministro de los recursos constituye una prioridad mundial ¿Es la desalinización del agua de mar y acuíferos la solución más equilibrada para dar seguridad hídrica a todo el planeta?

La desalinización es un recurso. Puede ser la solución en regiones donde los recursos hídricos convencionales son limitados. Sin embargo, a día de hoy, tiene un alcance limitado (espero que esto no sea así en un futuro cercano).

La seguridad hídrica que puede proporcionar la desalinización debe ir acompañada de una sostenibilidad financiera y una sostenibilidad energética. Sostenibilidad financiera entendida tanto por el lado de los costes, como de las actividades que se abastecen de esta fuente. Y, sostenibilidad energética entendida como acceso a una fuente fiable y económica de energía.

No es posible abordar soluciones comunes para problemas diferentes. La situación de diferentes regiones no es la misma y se necesita abordar una estrategia adaptada para cada caso. En el Golfo Pérsico y Península Arábiga la desalinización es la única solución. En otras regiones, podemos aplicar un mix de recursos.

La desalación, ¿una solución?

La sequía que vive el territorio nacional obliga a tener en cuenta todos los recursos hídricos ¿Es la desalación el factor más relevante para paliar la falta de precipitaciones en España?

No sólo la desalinización. Hay dos estrategias a seguir. Por la vía de la oferta, agotada la vía de los recursos naturales convencionales, la desalinización y la regeneración son la única forma de incrementar el agua disponible. Por la vía de la demanda, la mejora de la eficiencia en el uso del agua y la gestión de los servicios son las estrategias a seguir. No hay más caminos en este escenario.

¿La desalación se ha constituido en una solución para la armonía entre las demandas sociales de acceso al agua y las actividades económicas en zonas de escasez hídrica?

Se ha constituido en la ÚNICA solución en algunas zonas para incrementar la disponibilidad de agua y garantizar la seguridad hídrica.

¿Pueden sustituir las desalinizadoras a los trasvases para aumentar la disponibilidad de recursos hídricos? ¿Es una alternativa real al Trasvase del Tajo-Segura?

Vivimos un tiempo en el que se ha politizado absolutamente todo en la sociedad. Desde el deporte hasta la producción de alimentos, pasando por casi todas las facetas de la vida y las actividades humanas. La desalinización es una alternativa ‘técnica’, al igual que cualquier otra que tenga relación con las fuentes de agua. Sin embargo, al exacerbar el debate sobre la gestión del agua, la desalinización parece que se muestra como ‘neutral’ en cuanto a los efectos negativos provocados frente a otras alternativas (No necesariamente desde un punto de vista técnico, pero si ‘socialmente’ para determinados sectores). Por eso, la desalinización se presenta como la alternativa ‘menos beligerante’ en el caso del sureste peninsular.

La energía, su coste y la competitividad

¿Cómo influye el coste de la energía en el precio del agua desalada? ¿Es necesario compensar a los usuarios por los altos costes de desalinizar el agua?

La desalinización es intensiva en el uso de energía, por lo que requiere de acceso a una fuente fiable y económica de energía. El coste energético puede ser más de la mitad de los costes totales de producción de una planta desalinizadora.

Estamos ante un problema ‘transversal’ como es la energía. No afecta sólo a la producción de agua desalinizada. Sin embargo, para algunos sectores resulta no asumible el coste energético que conlleva la desalinización en el presente. La apuesta es conseguir superar el “problema energético” en el plazo de una década y disponer una energía fiable y a precios “razonables”. Mientras tanto, será necesario realizar un esfuerzo financiero con determinados sectores.

¿El uso de agua desalinizada puede hacer que los productos agrícolas dejen de ser competitivos en los mercados internacionales?

No necesariamente. La competitividad agrícola depende de la estructura de costes de las explotaciones y de los precios de los productos agrícolas. Si éstos últimos crecen más que los costes (incluidos los relacionados con el suministro de agua desalinizada), la competitividad del sector mejoraría.

Impacto ambiental de la desalinización

¿El impacto ambiental de la desalinización convierte en este recurso en poco sostenible?

No, en absoluto. Se han implementado medidas correctoras suficientes para el tratamiento de los rechazos (principal impacto de la producción). El problema del elevado consumo energético es un problema transitorio en vías de solución.

¿Cuál sería el mix de recursos hídricos más acertado para asegurar el suministro de agua en un territorio seco como la provincia de Alicante?

La respuesta es simple: todos. Es necesario abordar una gestión integral que incluya los recursos naturales (tanto locales como ‘externos’) e incremente los recursos no convencionales. Todavía queda un margen para la regeneración de aguas residuales en la provincia, además de incrementar la capacidad de desalinización. Pero no se puede dar una solución ‘generalista’. Hay que establecer las estrategias y mejorar la gestión en las áreas dónde exista margen de mejora. La seguridad hídrica es un desafío que requiere acciones coordinadas.

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