Parece mentira, pero el pantano más antiguo de Europa está a diez minutos de Alicante. Frente a tópicos como “A partir de la Vila Joiosa hacia abajo, está todo seco”, “Es llegar a Alicante y todo es secarral”, “Por la carretera desaparecen los pinos”… El Pantano de Tibi es inteligencia climática centenaria para combatir la pluviometría de Alicante.
Un contexto climático que , eso sí, va agrávandose con el cambio climático. La Agencia Estatal de Meteorología presentaba en 2019 un adelanto del Open Data Climatic, una herramienta que señala las consecuencias del cambio climático en los últimos cuarenta años. Entre los años 60 y 2010, una enorme mancha naranja ha aparecido en las comarcas del sur: Alicante ya es una «estepa cálida» según la clasificación de Köppen-Geigner.
![El pantano más antiguo de Europa a diez minutos de Alicante.](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2023/10/30-pantano-de-tibi--1024x768.jpg)
Para la ciudad, esa historia no es nueva. Desde hace siglos, comitivas por la Huerta de Alicante oraban a la Santa Faz o a la Virgen de Loreto por la llegada de lluvias. Un sistema inteligente gestionaba el agua del Monnegre desde el Pantano de Tibi hasta los azudes. Un sistema que está a las puertas de la ciudad, pero que resulta desconocido para la gran mayoría de sus habitantes.
Un viaje en el tiempo a una infraestructura hidráulica centenaria
La idea de su construcción partió de dos vecinos de Mutxamel, Miquel Alcaraz y Pere Izquierdo que propusieron represar las aguas del río Monnegre alzando un muro en la garganta formada por los montes Mos del Bou y La Cresta, en el término municipal de Tibi. La infraestructura venía a complementar el sistema de acequias y azudes desplegado entre Mutxamel y la Condomina, cuyo objetivo era mantener el riego de la Huerta de Alicante a pesar del caudal irregular del río Monnegre.
Las obras se comenzaron en 1580 dirigidas por Juan Bautista Antonelli, un ingeniero militar italiano que fortificó la costa sur valenciana. De hecho, una de sus mayores obras fue la reconstrucción del castillo de Santa Bárbara de Alicante. Tras comenzar las obras del embalse, pronto se paralizaron por falta de recursos, con tan sólo 6 metros levantados de pared. Los trabajos se reanudaron nueve años después y, hasta su culminación en 1594 se suceden las modificaciones, planos, informes, consultas e inspecciones en los que intervienen los más eminentes ingenieros de la Corona, como Cristóbal Antonelli, Jorge Palearo Fratin y Juan de Herrera.
Una ruta a pie desde Monnegre
Esta pedanía de Alicante es un enclave del término municipal, ya que está rodeado por San Vicente del Raspeig, Xixona y Mutxamel. A la altura de la ermita pedánea y el Pont de Dalt, se debe seguir el camino de Mutxamel a Tibi durante 500 metros. Antes de llegar a la casa Silim, la ruta se desvía a la izquierda siguiendo el camino del Pantano. Una pista de tierra durante dos kilómetros da acceso al pantano por un puente. Antes de visitar el pantano es posible visitar al otro lado del cauce una fuente (seca) construida para los trabajadores del pantano en 1795, junto a las ruinas de la casa de los trabajadores y un lavadero. El puente sobre el cauce del río Montnegre también tiene una placa de Carlos IV como promotor de dicho puente.
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De regreso al acceso al pantano, pasamos junto a la ermita de la Divina Pastora, de 1786, y continuamos por un estrecho sendero hasta la base de la presa. Se sube por una escalera tallada en la roca bastante empinada y con algún tramo de barandilla metálica. En la parte alta de la presa queda el brazo de una antigua grúa y una placa labrada en la roca que indica el nivel alcanzado por el agua en una riada de 1793. La presa no tiene barandillas de seguridad, así que debe tener cuidado durante la visita.
Un final con vistas panorámicas
Una vez cruzado el arco del pantano, se pasa el aliviadero por un puente y se sube por una senda hasta las ruinas de la antigua casa de vigilancia. En este punto, se debe tomar una senda a mano derecha. La nueva senda baja por unas escaleras talladas en roca y continúa por la umbría de la Cresta hasta la carretera del pantano. Al otro lado se encuentra el camino de la Escobella, en el que se deben tomar dos caminos a mano izquierda para llegar al Alto de la Escobella. Desde el pico tenemos una buena vista del Ventós, el Maigmó, la Penya Migjorn, el Cabeçó y toda la Huerta de Alicante.
Tomando el camino de vuelta, se debe bajar de la Escobella por su cara sur, por una empinada traza que enlaza con una senda por la que se sigue a la izquierda, hacia el Pla del Totxar. La senda sale al camino de la Sendera, donde se toma la izquierda. Continuando por el camino medio kilómetro, se debe parar en un desvío por la izquierda junto a un poste del PR-CV 282. El desvío baja por un barranco y más adelante se bifurca en dos. Esta vez, se puede seguir por cualquiera de los dos ramales para bajar a Montnegre, aunque es más breve por el de la izquierda, que sale a la pista asfaltada del Pont de Dalt.