Son miles las toneladas de residuos textiles que acaban generando vertederos con enormes montañas de ropa. Algo que sucede a lo largo y ancho del mundo, por el gran volumen de producción de la industria textil. Es por eso que, desde el centro tecnológico Aitex, se han propuesto buscar el modo de acabar con esos deshechos. En eso consiste el proyecto ChemUp, impulsado con el apoyo de la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo de la Generalitat Valenciana, a través del Ivace.
El programa de investigación nace de la necesidad de buscar una salida, sobre todo, al poliester de los residuos textiles. “No puede terminar en los vertederos”, explica Javier Pascual, responsable G.I. de Fibras Técnicas y Materiales Textiles en Aitex. Es necesario y posible convertirlo de nuevo en un recurso de valor. “La pirámide de reciclabilidad ya está clara”, sentencia. Ahora habría que llevarlo a la gran escala.
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La pirámide de reciclabilidad de los textiles
“Lo primero que hay que hacer es reutilizar”, explica. Algo que no solo es lo más sencillo, sino también lo más económico. Ese sería el primer eslabón de la cadena de gestión de los residuos textiles. De hecho, existe todo un sistema de mercado y de aprovechamiento humanitario de ese material que se puede seguir usando.
Después, cuando el material no puede reutilizarse, la siguiente opción es deshilacharlo. Así, esos tejidos vuelven a convertirse en fibras que deben ser reprocesadas para generar nuevos hilos que a su vez pueden volver a formar parte de nuevos tejidos. “Tiene sus limitaciones, porque con el procesamiento van perdiendo propiedades”, explica el experto.
Cuando ya no es posible darle esa salida, se opta por el reciclado termomecánico. “Se funde el poliester y se convierte en ‘chips’ que pueden volverse a procesar para crear un hilo continuo nuevo”, describe Pascual. Ahí vuelve a haber limitaciones porque deben ser tejidos 100% poliester para que no haya contaminaciones que le resten propiedades a ese hilo. Contaminaciones como el color del tejido o los acabados de la prenda.
Una pureza del 99% y un rendimiento superior al 80%
Por último, cuando ni siquiera es posible aplicar este sistema, es cuando se opta por el reciclado químico. La vía con la que Aitex ha estado trabajando en el programa ChemUp. De esta forma, se rompen las cadenas moleculares del polímero para volver a generar los monómeros originales, que son sus unidades fundamentales. “Aquí también interfieren los contaminantes, pero la reacción química facilita que se puedan filtrar”, afirma el investigador. Ese filtrado se consigue mediante presión, temperatura, catalizadores, etcétera. Metodologías con las que se puede llegar a purificar este material. “Se obtiene una calidad bárbara con una pureza de más del 99%”, sentencia. Y el rendimiento también es alto. Por cada kilogramo de poliester que se trata, se puede conseguir más de un 80% de monómero puro. “Funciona muy bien y nos permite manejar material con pequeñas mezclas contaminadas”, concluye.
¿Cuál sería el precio de coste?
Ese monómero puro ya podría pasar al proceso de biopolimerización por condensación. Ese es el proceso tradicional por el que se consigue el poliester a partir del petróleo. “Con ello, se obtiene un polímero que dispone de la misma calidad que el virgen”, afirma. Lo que todavía no está claro es el precio al que podría salir ese polímero al mercado. El coste del reciclado químico podría ser mayor que el método tradicional para conseguir los polímeros. Además, en el mercado existe poca cantidad de este nuevo recurso, algo que eleva también su precio. “Saldría entre un 10 y un 20% más caro”, calcula.
“Hay pequeñas plantas que podrían tratar apenas algunas toneladas, pero la cantidad de poliester que hay a nivel global es muy superior a esa capacidad”, explica Pascual. “El día de mañana, habría que crear plantas de reciclado químico que sean capaces de absorber cien o doscientas mil toneladas de este poliester para reciclar”, sentencia. Ampliar la escala reduciría el precio de coste y facilitaría la entrada en el mercado de este nuevo recurso creado a partir del reciclaje textil.
Un poliester con la mayor calidad
El trabajo de ChemUp ha consistido en optimizar y calcular cuáles son las condiciones de trabajo más óptimas para obtener, con los residuos, un poliester final con la mayor calidad. En ese sentido, se ha trabajado en la reacción entre el residuo y el disolvente, la presión, las temperaturas, los catalizadores más adecuados, los tiempos de reacción, los carbones reactivos empleados en la purificación, etcétera. “Hemos hecho infinidad de pruebas con diferentes materiales de poliester, tanto posindustriales como de preconsumo”, destaca Pascual. “El objetivo final, a largo plazo, es que la industria pueda cerrar el círculo y vuelva a utilizar sus residuos para generar nuevas prendas”, concluye.