Ya está en marcha el Reglamento de la UE sobre la homologación y la vigilancia del mercado de los vehículos de motor. El nuevo reglamento, aprobado en mayo de 2018, renueva a fondo y endurece fuerza el sistema anterior de homologación de tipo y de vigilancia del mercado. Además, mejora la calidad y la independencia de la homologación de tipo y los ensayos de los vehículos. Con él, se incrementa los controles de los automóviles que ya están en el mercado de la Unión. Y, por último, mejora todo el sistema gracias a una mayor supervisión europea.
«Los europeos esperan con toda la razón poder conducir automóviles más limpios y más seguros», ha destacado el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton. Para conseguirlo, ha añadido, «pide que se hagan unos controles más estrictos de los automóviles que se comercializan y circulan por nuestras carreteras. También pide que se garanticen el cumplimiento de la normativa y la supervisión a nivel europeo».
Esta es la razón, según el comisario, por la que se basa la Comisión para, a partir de ahora, «poder hacer controles de automóviles, activar recuperaciones a nivel de la UE e imponer multas de hasta treinta mil euros por vehículo en caso de que se infrinja la ley». Con estas medidas esperan complementar el trabajo desarrollado para impulsar una movilidad más limpia y más segura.
La actual crisis sanitaria y económica implicaría según Breton que haya «aún más inversiones de futuro en infraestructuras y en innovación». La idea es que los esfuerzos de la Comisión «para restablecer la confianza de los consumidores, mejorar el mercado único y apoyar la viabilidad a largo plazo y la competitividad mundial de la industria europea del automóvil» se complementen mutuamente.
Los cambios que vienen
Entre los principales elementos de la nueva normativa se incluyen tres puntos:
– Independencia y calidad de las pruebas antes de comercializar ningún vehículo. Para obtener y mantener su designación por parte de los Estados miembros, los servicios técnicos que se dedican a hacer ensayos e inspecciones de nuevos modelos de automóviles serán objeto de auditorías independientes basadas en criterios muy estrictos. A partir de ahora, las administraciones nacionales de homologación de tipo se someterán a revisiones inter pares. Y así garantizar que toda la UE aplica y se hace cumplir la normativa de manera rigurosa.
– Controles de vehículos que ya están en el mercado. El nuevo marco mejora también los controles de los vehículos que ya están en circulación y los controles de las ventas de los concesionarios. A partir de ahora, los Estados miembros son obligados a someterse regularmente a ensayo un número mínimo de vehículos. Además, en su territorio podrán adoptar medidas de salvaguardia respecto a los vehículos no conformes sin tener que esperar a que actúe la administración que haya emitido la homologación de tipo.
– Supervisión europea. La Comisión podrá llevar a cabo controles del cumplimiento de la normativa y de la conformidad de los vehículos tanto en laboratorios, como en la carretera. En caso de que los fabricantes incumplan la normativa en materia de homologación de tipo (por ejemplo, con dispositivos de desactivación o con declaraciones falsas), la Comisión puede ordenar recuperaciones a nivel de la UE e imponer a los fabricantes sanciones de hasta treinta mil euros por automóvil. Y es que hasta ahora solo podían imponer este tipo de medidas las administraciones nacionales de homologación de tipo.
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Más laboratorios para impedir fraudes como el Dieselgate
Desde que se aprobó el reglamento en 2018, los fabricantes de automóviles, los organismos de homologación de tipo y otros interesados han trabajado de manera constante para respetar la nueva normativa. Con eso esperan poder adaptarse a unos requisitos mucho más rigurosos. La Comisión ha otorgado recursos adicionales al Centro común de investigación (ERC) para que asuma este nuevo papel en la vigilancia del mercado. Así cubren los gastos de personal adicional necesarias, los costes operativos y la construcción de dos nuevos laboratorios. El ERC ya ha hecho uso de este dos nuevos laboratorios de tecnología punta para hacer controles.
La homologación de tipo es el proceso para certificar que un vehículo cumple todos los requisitos para poder ser introducido en el mercado. De esta forma se controla con rigor el cumplimiento de la normativa de la UE por parte de los fabricantes. En esto se incluyen los límites de emisiones establecidos en otro reglamento.
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La Comisión propuso esta nueva normativa de homologación de tipo en 2016, a raíz del escándalo del Dieselgate. Hubo que esperar hasta 2018, cuando el Parlamento Europeo y por el Consejo la aprobaron. Esta reforma forma parte del trabajo general de la Comisión en favor de un sector de la automoción limpio, sostenible y competitivo, tal como se establece en la comunicación de la Comisión denominada Europa en movimiento. Las iniciativas de la Comisión incluyen normas sobre la calidad del aire y sobre las emisiones de CO2, sobre la mejora de los ensayos de emisiones de los automóviles o sobre el apoyo a la producción de combustibles y baterías alternativos o la defensa de la competitividad de la industria europea. Món Planeta