Los #encuentrosiambiente volvían este miércoles a la presencialidad. Lo hacían con una cita dedicada a la economía circular en las ciudades sostenibles. Una mesa en la que se ponían en valor las alianzas y colaboración público-privadas. “Hemos venido a hablar con la parte de la Administración que se encarga de gestionar estas soluciones en el día a día”, apuntaban en la presentación del debate.
“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible suscitan un consenso amplísimo y es un logro”, afirma Alfonso Vegara, presidente de Fundación Metrópoli. La entidad lleva más de veinte años analizando ciudades del mundo para crear soluciones colaborativas que faciliten la economía circular. “Están de acuerdo universidades, empresarios, administraciones públicas, etcétera, pero lo que resulta más complejo es la aplicación práctica”, indica. En ese sentido, incide en la necesidad de buscar esas soluciones de colaboración para desplegar políticas urbanas coherentes. Y es que “gran parte de los problemas de la humanidad de pueden reducir en escala de las ciudades”.
Es por eso por lo que la Generalitat Valenciana lleva ya mucho camino recorrido en cuanto a economía circular y gestión de residuos. “Ya no hablamos de la gestión de residuos de una forma lineal, sino que hablamos de los recursos que contienen esos residuos”, asegura José Vicente Miró, subdirector general de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Generalitat Valenciana. Y es que España no dispone de gas propio ni de muchos recursos minerales y, por tanto, aprovechar todo lo posible es siempre bienvenido.
Aumentar la reutilización
La optimización sigue siendo el camino, según razona Miró. Y explica que mientras anteriormente acababa en el vertedero un 80 % de los residuos que se generaban, en este momento esa cifra ronda el 40 %. “Hoy celebramos el décimo aniversario de la planta de secado de lodos de Cemex en Alicante”, un buen ejemplo de colaboración público-privada para infraestructura de revalorización de residuos, sostiene Miró. Al mismo tiempo, insistía en que hay otros materiales de los que nos hemos desprendido de forma indiscriminada durante mucho tiempo y que podrían ser útiles. “Hay materiales biomásicos con un gran potencial energético que están llegando al vertedero, y solo se aprovecha un 1 % de ellos cuando podríamos reutilizar un 10 % como mínimo”, apunta.
Recientemente se ha aprobado por el Ayuntamiento de Alicante el Plan Local de Gestión de Residuos. Un nuevo modelo para regir la recogida selectiva durante los próximos seis años. Este plan marca la pauta de todo lo que hay que hacer antes de que lleguen a la planta o vertedero. El objetivo es actuar mediante cuatro ejes: concienciación sobre el objetivo de ‘residuos cero’ (aunque suene utópico), reducción de residuos, selección de residuos en origen (en casa) y tratamiento independiente de cada residuo en función de su contenedor. “Todo eso nos va a llevar a que, también mediante la modernización de infraestructuras y técnicas, podamos llegar a que solo el 15 % de los residuos lleguen al vertedero”, avanza Manuel Villar, concejal de Medio Ambiente.
El caso de Cemex y Aguas de Alicante
El foro continuaba con una segunda mesa de ejemplos prácticos. Es el caso de la planta de depuración fruto de la colaboración de Cemex y Aguas de Alicante. Los lodos de estas depuradoras son un subproducto del proceso de tratamiento y contienen todos los materiales contaminantes que se extraen en la depuración. Tienen una carga orgánica importante que antaño se depositaba en vertederos. La implantación de nuevas tecnologías ha supuesto que se conviertan en una materia prima para la gestión agrícola.
Sin embargo, hay limitaciones que obligan a buscar más soluciones. “El reto es buscar esas soluciones alternativas que sean sostenibles”, afirma María Flor, gerente de Depuración de Aguas de Alicante. Para ello, según explica, la empresa mixta que se encarga de la gestión integral del ciclo del agua en Alicante “pone todos sus esfuerzos en buscar alternativas de economía circular”.
El secado térmico y la posterior revalorización del material es la última vía adoptada para ello. En la planta de Cemex, por ejemplo, se utiliza el calor producido por la propia cementera para secar estos lodos. Una vez secos, tienen potencial energético para ser empleados como combustible en la propia fábrica. Óscar Nasarre es el director de Cemex en Alicante y describe el proceso. “Es un proyecto claro de economía circular que utiliza calor residual y no emplea combustibles fósiles”, apuntó. Con ello, se obtiene un combustible alterno para el horno que reduce sus emisiones globales de CO2 a la atmósfera.