Elisa Valía tenía 8 años cuando Rita Barberá llegó al Ayuntamiento de Valencia. Según explica la concejala del ciclo integral del agua, «no entendía cómo, legislatura tras legislatura, podía ganar con esas mayorías». Este fue uno de los motivos por los que en 2009 decidió afiliarse al Partido Socialista. Según comenta Elisa Valía, sintió «la necesidad de empujar para que hubiera un cambio en la ciudad de Valencia. Así que, después de diferentes cargos orgánicos, me incorporé a la candidatura del Ayuntamiento en 2019». La formación de Elisa Valía y su experiencia laboral estaban dentro de la arquitectura y los proyectos, pero lo cierto es que no es ajena a las cuestiones medioambientales y en concreto al agua.
¿Cómo ha sido la evolución de Elisa Valía desde que llegó a la concejalía?
Lo que más me gusta de la posición que ahora mismo tengo es poder aprender. Tengo la oportunidad de conocer mi ciudad desde otro punto de vista. Tenemos unas infraestructuras que vertebran toda la ciudad, que no se ven, pero que es una forma especial de ver la ciudad desde el subsuelo. Es algo que me parece muy motivador poder aprender de un sector como el del agua que ahora estamos trabajando por no solamente garantizar la prestación de un servicio básico, sino en ir más allá y cambiar la forma en la que la ciudadanía se relaciona con el agua.
¿Cómo estáis haciendo ese cambio?
Sobre todo estamos trabajando en la vertiente más medioambiental del ciclo integral del agua. Reducir el impacto que puede tener prestar el servicio de abastecimiento de agua y el saneamiento y, por otra parte, trabajar mucho en la línea de garantizar la sostenibilidad del uso del recurso.
Al final, lo que tenemos claro es que sin agua no hay vida, no hay prosperidad, economía y tenemos que garantizar que la forma en la que utilizamos el recurso es sostenible en el tiempo y que no estamos sobreexplotando fuentes importantes de recursos.
¿Cuándo Elisa Valía y su equipo entran en la concejalía, qué es lo que se encuentran?
Encontramos un servicio uy profesional, que funcionaba muy bien, ya que para que alguien abra el grifo en casa y el agua salga hay todo un engranaje detrás perfectamente engrasado. Sin embargo, nos encontramos que este trabajo no trascendía a la opinión pública, sino que la gente lo da por hecho.
Esto tiene su parte negativa a la hora de plantear la gestión. Al final esto es un servicio que se paga a través de la factura del agua y lo justo es que la población sepa por lo que paga, en qué invertimos este dinero.
Al respecto de esto que comentas, ¿cuáles son los pasos que se han seguido?
Una de las primeras cuestiones claras era el cambio de la forma en la que nos comunicamos con la ciudadanía. Lo primero era dar a conocer qué es el ciclo integral del agua. Por ello, gran parte de los esfuerzos se han dedicado a poner el ciclo integral dela gua en el centro del debate público cuando se habla de medio ambiente. Es verdad que cuando se habla del cuidado del medio ambiente se hace en el sentido de renaturalizar las ciudades, pero el agua se queda al margen. Ahora sí que hablamos de lo que hacemos para garantizar el agua, ya que es lo que posibilita que tengamos ‘verde’ en las ciudades.
En lo que incidimos es tener mucha presencia pública hablando del agua, que la ciudadanía conozca lo que hacemos, nuestros retos y qué tenemos pensado poner en marcha para alcanzar esos retos.
Comunicación de los retos
¿Qué y cómo se comunica a la ciudadanía?
Por una parte, intentamos que la gente no pierda la perspectiva de que es un privilegio tener los servicios de agua que tenemos en Valencia y su área metropolitana. Hay mucha gente en el mundo que ni tiene agua potable ni los sistemas de saneamiento en condiciones, por lo que los valencianos somos unos privilegiados. Es bueno mantener los pies en la tierra y ser conscientes de ello. Para cuidarlo tienes que apreciarlo, y para apreciarlo tienes que conocerlo. Por lo tanto, hemos abierto muchas instalaciones, se ha explicado cómo se trabaja, los procesos, lo que hacemos.
Por otra parte, hemos explicado qué podemos hacer cada uno de nosotros para garantizar la sostenibilidad del sistema. Hemos incidido en el consumo responsable, en el hecho de que hay que reducir la huella de carbono, los plásticos de un solo uso asociados al consumo de agua, el agua del grifo es la más controlada que se puede beber… Hay pequeñas decisiones que pueden ayudar a gestionar mejor.
Además, contar lo que hacemos y porque lo hacemos. Para qué sirve un depósito de tormentas y por qué en Valencia es estratégico invertir en ellos, qué hacemos para congelar la tarifa del agua en Valencia por tercer año consecutivo…
Mucho se habla de la importancia del agua y ahora también de la importancia de las aguas subterráneas. ¿Qué se ha hecho desde el equipo de Elisa Valía para garantizar las aguas subterráneas en Valencia y mantener su calidad?
Las aguas subterráneas son nuestro pequeño tesoro. Cuando tenemos que afrontar periodos de sequía, si tenemos las aguas subterráneas en buenas condiciones y en cantidad suficiente, tienes una salida de emergencia para paliar esa situación y garantizar el suministro.
Hay que hablar de aguas subterráneas como una estrategia global, porque no solo tendremos que tirar de ellas para abastecer a la población, sino para abastecer otros usos en caso de sequía prolongada. Por ello, por ejemplo, en las grandes obras de la ciudad, en lugar de tirar el agua que se extrae del nivel freático al sistema de alcantarillado y depuración, lo que estamos haciendo es reconducirlas e infiltrarlas en el terreno para rellenar los acuíferos.
Además, estamos trabajando en renaturalizar la relación de la ciudad con el agua. Estamos apostando por los suelos drenantes, por explicar que tanto desde la administración como desde las iniciativas privadas hay que trabajar en la línea de que el terreno sea permeable y permita que el agua de lluvia se incorpore a los acuíferos. Luchamos contra la idea de que cuando deja de llover inmediatamente el agua debe desaparecer del suelo, de los parques, de las calles… Hay que trabajar en el diseño, en ocasiones no se necesita utilizar la tecnología, sino diseñar en función de lo que puede pasar.
Lo que tienes que tener son dispositivos e infraestructuras que tienen otro uso, pero que cuando se necesiten ayudan a drenar toda esa agua y te ayuda a complementar el sistema. Ejemplo de esto es un parque que está a medio metro de la cota de la calle. Se llena y el terreno irá filtrando. Si hacemos los jardines por encima de la cota de calle, esa agua se expulsará al sistema de alcantarillado, pudiendo provocar que el sistema colapse, ya que tiene una capacidad determinada.
Todo esto es un proyecto a largo plazo, no solo esta legislatura en la que Elisa Valía y su equipo está…
Se plantean cambios de forma de trabajo que no tiene que ver con la legislatura. Esta pedagogía y dar a conocer de la que hablamos es a largo plazo. Además, tampoco pensamos en reformar todo lo ya está hecho. Si no que cuando se piensa y diseña un parque o zona nueva o hay una intervención urbanística determinada, se usen suelos permeables, que se deprima la cota de la superficie y así ayude a acumular agua…
El día a día y las infraestructuras
¿Cuál es el estado de los miles de kilómetros de la red de alcantarillado de la ciudad, los tanques de tormenta?
El trabajo que realizamos a este respecto lo podríamos separar en dos bloques. El primero de ello es el trabajo del día a día, como se trabaja para preparar la red de cara a esos momentos complicados y el segundo es cómo se proyectan las infraestructuras.
En el año que llegamos, incrementamos a 15 millones de euros la partida destinada a la contrata porque considerábamos que no era suficiente para garantizar un funcionamiento óptimo de la red. No se podía limpiar en condiciones, revisar la red siempre que era necesario, etcétera. Esto se corrigió con el aumento de presupuesto.
Luego se han redactado los proyectos de tanques de tormentas para poder licitarnos. Ya están los seis que diseñamos prácticamente en marcha, forman parte de una concepción única pese a ser proyectos diferentes. Uno ya está en licitación, el del Saler, que es muy importante porque nos ayudará a mejorar las prestaciones de la depuradora de El Saler.
Prioridades
Además, tenemos el siguiente en prioridades que es el de la Malvarrosa, que nos permite gestionar en momentos complejos una parte de la ciudad que es difícil de hacerlo por su propia situación.
Otro prioritario es el de la calle Ibiza, ya que el parque de desembocadura ya ha salido a concurso. La solución que se dé a este dependerá que podamos ejecutarlo o no. Actualmente, el último punto construido es el aliviadero de colector norte, punto por donde alivia el sistema cuando colapsa. Construir ahí un tanque de tormentas tiene mucho que ver con el diseño de este parque de desembocadura.
¿Cómo cambia la ciudad cuando estos seis tanques estén ejecutados?
Tendríamos una capacidad enorme para gestionar esos episodios de aguas torrenciales. Tenemos que explicar bien qué hace. Cuando hay lluvias fuertes, las que no se pueden verter directamente al medio son las primeras, ya que al arrastrar la contaminación deben ir a depuración según la ley. Estas son las que van por el alcantarillado y mandamos a depuración. No obstante, si el sistema va al máximo de su capacidad, no se puede mandar a depuración o la depuradora necesita aliviar sin completar el tratamiento. Si existen esos depósitos de tormentas, garantizamos que podemos almacenar el agua y que las depuradoras puedan tratar todas las aguas como toca.
Al final es revertirlo en el medio ambiente…
Seguirán habiendo aliviaderos, pero el objetivo es reducir su uso a esos momentos puntuales. Al final es economía circular, ya que esa agua se puede utilizar. Estás garantizando que en momento de escasez tu sistema es muy eficiente y reduces la demanda. Lo que hay que trabajar siempre es en una reducción de la demanda del recurso en sí. Debemos dejar de dar por hecho que tenemos garantizado la utilización del recurso. También hay que hacerlo lo más eficientemente posible y reciclar el agua lo máximo que se pueda.
Debemos darle a cada gota de agua el máximo número de vidas posibles. Esto pasa por reutilizar el agua depurada.
Agricultores y agua depurada
Elisa Valía señala siempre la importancia de la huerta valenciana y su supervivencia depende de la existencia de agua suficiente…
Efectivamente, de hecho, si le preguntas a un agricultor qué tipo de agua prefiere va a apostar por el agua depurada. Este recurso siempre va a poder tenerlo aunque haya sequía. Saben que la otra, si hay sequía, se prioriza el consumo humano al agrícola.
Este es uno de vuestros compromisos, el garantizar que el campo siempre va a tener el agua que necesite.
Así es. De hecho, en algunas de obras que se están realizando en la ciudad de Valencia el agua de ese nivel freático se destina al consumo del campo a través de las acequias. Ejemplo de ello, es el caso de la zona de francos, marjales y extremales (zona de la Fonteta de San Luis) que no tiene derecho a riego porque no pertenecen a ninguna comunidad de regantes, han regado tradicionalmente con el sobrante y, por ejemplo, también les enviamos el agua que sacamos de la rotonda de los anzuelos. Pero hay momentos en los que tienen escasez de agua. Desde el Valencia Arena hemos ido trasladando agua, por lo que en este tiempo han tenido un privilegio. Ahora vamos a construir un pozo para garantizar ese suministro.
Cómo se ha conseguido congelar el coste del agua y concienciar a la población del uso responsable
Estamos convencidos de que hay que explicar todo lo que hay detrás para que la gente se conciencia del uso responsable del agua. El consumo no ha aumentado en los últimos años. En Valencia somos conscientes de la falta de agua, pero se puede reducir más la demanda del agua, sin menoscabar el bienestar.
Nos preparamos para lo que venga. La administración se está preparando para el empleo del agua con todos los cambios que hemos ido comentando.
Coste del agua
En cuanto al recibo del agua, todo parte de la reducción de la huella de carbono de la propia actividad, de la potabilización, de la distribución, etcétera. Buscamos ser más autosuficientes en el consumo de energía. Ya habíamos realizado inversiones en este sentido en depósitos del área metropolitana, en potabilizadoras… por lo que teníamos prevista la reducción del coste energético. Junto a esto, algunas tareas se hacían por la noche. Ahora cambiamos el esquema de trabajo y se hacen por el día porque de esta forma aprovechamos mejor la energía que generamos. Con esto y unas inversiones bien planificadas hemos amortiguado el golpe de la factura energética, que es muy elevada, porque tanto en Valencia como en los 48 municipios que forman parte de la Emshi son territorios planos y se necesitan muchas bombas de agua para transportar el agua a su destino.
De esta forma, se ha logrado congelar por tercer año consecutivo el recibo del agua. Las entidades con las que trabajamos valoran mucho esta previsión que hemos tenido a la hora de invertir para ello.
¿Cómo se ha logrado que la red tanto de Valencia como de los municipios de la Emshi sea una de las más eficientes?
Con inversión. Nuestro gasto corriente energético es enorme, principalmente porque nuestros municipios son planos. No es de recibo comparar ciudades que muchos de los sistemas funcionan por gravedad. Tampoco sabemos lo que invierten. Lo que sí sabemos es que nuestra área metropolitana tiene una eficiencia del 97%. Por lo que funcionamos sin fugas. Invertimos para que no se pierda ninguna gota de agua y para saber qué pasa con ellas, sensorizando toda la red y teniendo el control gracias a la digitalización que no es el objetivo final, pero sí la herramienta.
No solo sois eficientes, sino que innováis para obtener más datos sobre la sociedad en general y aportar información y conocimiento a otros sectores
La red tiene un potencial muy grande porque vertebra el territorio. Tenemos un área metropolitana que vertebra 48 municipios. Ahora estamos haciendo un proyecto piloto que tiene como objetivo la incorporación de fibra óptica por las conducciones. Esto tiene mucho valor a la hora de tener mucha información de lo que ocurre dentro de las conducciones, a la hora de evitar fugas, pero tiene otras aplicaciones. En un futuro podremos ver que también tiene muchas aplicaciones fuera de la gestión pura de la gestión integral del agua.
Creo que el hecho de que pudiéramos ver la incidencia del Covid a través de las aguas residuales nos ha permitido poner en valor todo lo que hacemos desde el ciclo integral del agua.
Tenemos muchos datos que las autoridades competentes pueden utilizar para mejorar y ser más eficientes. Ejemplo de ello es cómo Sanidad podía prever en siete o diez días antes de las olas lo que podía ocurrir. Esto no se queda puntual en el Covid. En las aguas residuales está toda la información de todo, pero queremos que sea útil. Por lo que consideramos que quién tenga que emplear los datos es quién nos tiene que decir que necesita.