Ruta Ojos del Prao

Descubriendo manantiales en Viver: Ruta Ojos del Prao

Galerías de agua, manantial que brota de agujeros y un paraje que no deja indiferente a nadie. Así son los Ojos de Prao. Este maravilloso entorno del municipio de Viver en Castellón ya fue descrito por el Botánico Cavanilles. Tal y como recuerda una placa en la zona. #iambientefinde invita a descubrir manantiales con la Ruta Ojos del Prao.

Descubriendo manantiales en Viver

También conocida como Viver de las aguas, este municipio ubicado en la comarca del Alto Palancia de Castellón, cuenta en su término municipal de unos 50 kilómetros cuadrados con más de 50 fuentes. Por ello, no es de extrañar encontrar diferentes zonas con una gran riqueza paisajística.

Pero no solo se pude disfrutar del la belleza del agua y los paisajes naturales. Viver cuenta con diferentes monumentos y una rica gastronomía que hará las delicias de todos aquellos que se decidan a relajarse en la naturaleza castellonense.

La Torre del campanario de estilo barroca; la Iglesia parroquial de la Virgen de Gracia y San Miguel Arcángel; la Iglesia parroquial de San Francisco de Paula o las Ermitas de San Roque y Santa Bárbara, son algunos de ellos.

A estos, hay que sumar monumentos civiles como la Torre de Viver de mampostería y de origen árabe. La Torre Herragudo de origen romano y la Torre íbera de Ragudo, situadas estas dos últimas en las cuestas de Herragudo.

No obstante, muchas son las rutas que el Alto Palancia se pueden disfrutar, ejemplo de alguna de ellas es el paseo del amor en Algar del Palancia.

Ruta Ojos del Prao

Ruta Ojos del Prao

Puede que Ojos de Prao sea uno de los lugares más curiosos del municipio de Viver. Esto es así porque el hundimiento de la tierra deja a la vista el río subterráneo. Este manantial recibe su nombre debido a los cinco ojos o lumbreras que lo conforman. En la localidad también es conocida como la Fuente de las Lumbreras. Junto al de San Miguel, es el manantial de aguas subterráneas más importantes de la localidad.

Estos ‘ojos’ están  una zona muy plana del valle del barranco Hurón, con rocas tobáceas o toscas, y se encuentran a escasa distancia del mismo. Estas aguas riegan tanto los campos de Viver como de Jérica y Novaliches. Por lo que a lo largo de los tiempos han existido diferentes conflictos por el ‘control’ de sus aguas. En condiciones normales, el caudal es aproximadamente de unos 160 litros por segundo, pero varía en función del periodo anual o las lluvias.

Sin embargo, la ruta no solo deja maravillado al visitante por el manantial, sino que en la zona hay diferentes galerías donde hay agua de forma permanente y que se puede acceder por varias simas señaladas y perfectamente valladas. De las existentes, se puede acceder a alguna a través de las escaleras.

Quien camine por esta ruta y acuda a Viver, no puede dejar de visitar el Parque de La Floresta. Esta zona del interior del pueblo cuenta con una Piscifactoria romana, grutas y formaciones calcáreas, una cascada espectacular, diferentes casas colgantes, refugios antiaereos e instalaciones deportivas.

La ruta de Ojos de Prao, de unos nueve kilómetros aproximadamente, es sencilla de hacer para cualquier personas y se puede seguir desde la página de Turismo de Viver y la propuesta parte desde Viver, camino de San Miguel hasta llegar a Ojos del Prao y regresar al municipio de Viver. Según explican el sentido de la ruta es indiferente, pero si que hay que estar pendientes de las señalizaciones (verde y blanca), ya que la ruta discurre entre campos de cultivo, con multitud de caminos y cruces .

Ruta Ojos del Prao

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